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JAVIER RAMÍREZ
Jueves, 7 de abril 2016, 00:02
Otrora santuario de la brisca, el mus y demás juegos de cartas que hacían a los alumnos pasar innumerables horas en sus instalaciones, la cafetería de Económicas, en el campus universitario del Ejido, ahora se puebla de ordenadores, tabletas y alumnos con sus móviles que acuden en pequeños grupos para pedir un café, un refresco o una cerveza a los camareros de la barra.
La cafetería de esta facultad no recibe en la actualidad una gran afluencia de estudiantes para comer. Un fenómeno especialmente llamativo si se tiene en cuenta que solo hace unos años universitarios de otras facultades acudían hasta El Ejido para degustar la famosa tapa de patatas bravas que se servía. Sin embargo, ya no se ofrecen debido a que «ya no hay demanda y la gente no la consumía», según comenta Juan Manuel Arrabal Postigo, que lleva en las cocinas de esta cafetería desde el año 1982. Ahora, la tapa estrella es la de ensaladilla rusa, aunque antiguos alumnos de la facultad se siguen pasando por la cafetería reclamando esta popular manera de hacer las patatas.
Arrabal comenta que, durante la anterior copa de Navidad que ofreció la cafetería, las bravas volvieron a hacer acto de presencia en el espacio en el que fueron estrella.
Pese a que las horas invitan a alimentar el estómago, la cafetería de Económicas no presenta el trasiego de alumnos y profesores ávidos de un menú económico que sí puede contemplarse cualquier día en las de Teatinos. ¿Dónde están comiendo entonces los estudiantes de esta facultad? Para encontrarlos tenemos que desplazarnos unos metros fuera del campus, en la plaza Lex Flavia Malacitana. En una de las esquinas, varias bocaterías sirven bocadillos a precios populares.
Más tamaño y variedad
Juan Villegas, estudiante del Grado en ADE, reconoce que frecuenta este tipo de locales de bocadillos con más asiduidad que la cafetería de la facultad porque «aquí, por un euro más, tenemos la bebida y un bocadillo, cuyo tamaño es prácticamente el doble de grande que el de la facultad».
Rafael Lopera, también estudiante de ADE, afirma que «el precio de la cafetería está bien, pero a lo mejor deberían cambiar el menú». Respecto a esto, María Jesús González, dueña de la bocatería Lex Flavia, cree que los estudiantes acuden a su establecimiento «por la calidad de nuestros bocadillos y las facilidades. Pueden pedirnos los bocadillos directamente por WhatsApp, y los tienen preparados cuando llegan». Afirma que la cantidad de bocadillos que sirven es «incalculable» y que el estrella es el 'LADE', de bacon, queso, pinchitos y salsa kebab.
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