La huella de César Manrique en Benalmádena, más viva que nunca

Cuando en los comienzos de la década de los 80 los pueblos aún pensaban en el asfaltado y la iluminación de calles, porque aún había muchas zonas sin urbanizar, Benalmádena iba un paso por delante, de la mano del artista canario y del entonces alcalde, Enrique Bolín, y ya era consciente de la importancia de embellecer.

Fue Bolín quien invitó a César Manrique a Benalmádena después de haberse quedado prendado de la obra de quien hizo las veces de pintor, escultor, arquitecto, urbanista y paisajista en Tenerife y en Lanzarote. Una vez en la Costa del Sol le mostró lo que hoy son los Jardines del Muro, en Benalmádena Pueblo. Un espacio que entonces era una ladera escarpada de suelo rocoso y escasa vegetación y que él transformó en 1981 en una zona de alto interés y valor paisajístico, en la que se mezclan edificaciones típicas de jardines, como son un templete y un balcón mirador de estilo tradicional mediterráneo, con elementos naturales como son una cascada con seis estanques escalonados a base de rocas del entorno y una red de caminos y paseos ajardinados en varios niveles, que van recorriendo el terreno y haciendo parada en diferentes miradores.

Aunque durante todos estos años se han llevado a cabo constantes labores de mantenimiento en este entorno, no fue hasta el año pasado cuando se adjudicó una actuación integral para poner en valor todo este entorno.

En total 450.000 euros de inversión que han servido para arreglar desperfectos, recuperar arbustos y otras especies, plantar nuevas, eliminar las especies invasores, el arreglo de los templetes y de la red de caminos, la instalación de 22 farolas nuevas, la revisión de toda la red eléctrica y la fontanería y el adecentamiento y reactivación de las cascadas, en las que además se ha incluido nueva iluminación.

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Toda esa obra acaba de finalizar y de ser recepcionada por el Ayuntamiento, de manera que la creación de César Manrique en el municipio costasoleño está ahora más viva que nunca para locales y visitantes.

Además, tras un recorrido por los renovados Jardines del Muro existe también la posibilidad de echar un vistazo al hotel La Fonda, que se encuentra muy cerca, y de cuya rehabilitación también se encargó en su día César Manrique