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Lorena Cádiz
Fuengirola
Domingo, 8 de octubre 2023, 00:01
La historia de la pensión Santa Fe, en Los Boliches, en Fuengirola, se remonta muy atrás. A los años 50 y por tanto al despegue ... turístico de la Costa del Sol. Cuentan quienes llevan toda la vida en este barrio, que hoy es zona centro de la localidad, que uno de sus primeros propietarios fue una danesa. En sus manos funcionó bien: 36 habitaciones, repartidas en tres plantas, con un patio central y la playa a solo cien metros de distancia.
Después cambió de dueño y desde hace más de una década hasta ahora la pensión ha ido degenerando hasta tal extremo que hace solo unos días el Ayuntamiento decretó el cese de su actividad, como consecuencia de una inspección realizada por los técnicos municipales, «que puso de manifiesto que el establecimiento no cumplía las condiciones higiénico-sanitarias debidas», según la información aportada por fuentes municipales.
«Hace quince años que ya podían haberla cerrado», dicen los vecinos del entorno, que prefieren mantenerse en el anonimato, pero que hablan sin tapujos de la lamentable situación en la que se encontraba la pensión desde hace mucho. «No hace falta que me lo diga nadie, yo he visto con mis propios ojos a gente salir de ahí con picaduras de chinches», afirma otro vecino. El Ayuntamiento no confirma este punto y asegura que en las inspecciones realizadas por los técnicos no se han detectado chinches ni ninguna otra plaga de insectos, y que el cierre se debe a una continuada «falta de limpieza y mantenimiento».
«Lo que había ahí es inhumano: chinches, cucarachas y una dejadez absoluta», explica una vecina, que apunta a que en los últimos años muchos indigentes de la localidad residían en la pensión. «Tiraban las litronas por los balcones, escupitajos, había broncas», apunta un residente, que asegura que la pensión ha sido vendida recientemente, sin que de momento hayan trascendido más datos.
«Si yo hubiera tenido dinero, la hubiera comprado y lo hubiera reformado todo, eso es un buen negocio, son 36 habitaciones en pleno centro y al lado del mar», asegura uno de los comerciantes de la calle.
Lo cierto es que el cierre de la pensión Santa Fe era una crónica anunciada. Aunque el testimonio de los vecinos apunta a que en los últimos años ya no tenía un uso turístico, sino más bien social, solo hay que bucear un poco en los portales turísticos para ver las puntuaciones y valoraciones que dejaban los visitantes que se alojaban en alguna de sus habitaciones.
«Lástima no haberme pegado patadas en el culo cuando subí la primera escalera»; «los portales de reserva no deberían de anunciar esta pensión; «el misterio de esta pensión es que a pesar del deplorable estado en que se encuentra desde hace cuarenta años, continua aún abierta y no le han cerrado sus mugrientas puertas»; «para no volver» o «debería de cerrarla Sanidad, ahí no han limpiado en años», son algunas de las perlas que han dejado sus huéspedes en Tripadvisor, que acumula comentarios similares desde el año 2012 hasta el año en que estalló la pandemia.
Por lo pronto, y a la espera de saber si de verdad hay una operación de venta en marcha, el Ayuntamiento ha decretado el cierre, aunque aclara que es una medida cautelar que se podrá subsanar en caso de que se corrijan las deficiencias higiénicas detectadas.
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