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MARÍA DOLORES TORTOSA
SEVILLA.
Domingo, 21 de octubre 2018, 00:03
Pedro Sánchez se vuelca con Susana Díaz en las elecciones andaluzas, las primeras que afronta como presidente del Gobierno. Sánchez arropó a Díaz en el comité director del PSOE-A que le proclamó candidata a la Presidencia de la Junta para las elecciones del día 2 de diciembre, celebrado ayer en Sevilla, y se comprometió a incluir un plan especial de empleo para Andalucía en los próximos Presupuestos Generales del Estado para 2019, si se aprueba. Este plan ha sido muchas veces reclamado por Susana Díaz en sus cinco años como presidenta de la Junta al Gobierno de Mariano Rajoy. Ahora Sánchez lo anuncia como plato fuerte de una campaña en la que el socialista se juega tanto como sus adversarios del PP y Cs, liderar la confianza de las urnas en una etapa convulsa tras la moción de censura que le hizo presidente en junio.
La batalla de Andalucía ha comenzado en firme a falta de 41 días para la cita con las urnas de las undécimas elecciones de la autonomía andaluza. El PSOE lleva presidiendo la Junta desde las primeras, en 1982. 36 años que pueden ponerse en 40 si revalida la Presidencia. Díaz dijo que afronta esta responsabilidad con «pasión, ganas, ilusión y agradecida». Pedro Sánchez le prometió todo el apoyo del partido y del Gobierno «con generosidad y cariño» para que pueda volver a ganar en Andalucía.
Para Susana Díaz, que el pasado día 18 cumplió 44 años, esta es la segunda vez que es candidata a la Presidencia de la Junta. Lo hace además apenas año y medio después de que perdiera las primarias para liderar el PSOE enfrentándose a Pedro Sánchez. Una pelea muy dura que ambos parecen haber dejado en el olvido y muy atrás por los gestos afables que se prodigaron antes y después de los mítines del acto. Sánchez y Díaz se abrazaron y besaron varias veces ante la mirada expectante de los partidarios de uno y otra que abarrotaron el salón del hotel NH Convención. Los gestos y también las palabras escenificaron la unidad que un partido centenario suele confabular con éxito cuando hay mucho en juego, como unas elecciones con el poder territorial de la comunidad más poblada de España. «Susana, estoy contigo. Me tienes a mí, a todo el partido, a todo el Gobierno con generosidad, cariño y compromiso, y toda la fuerza para que vuelvas a ganar las elecciones en Andalucía», le dijo Sánchez a Susana Díaz.
La imagen de una bandera andaluza ondeó todo el rato en una pantalla de televisión que presidió el comité. Una imagen con un mensaje significativo frente al PP y Cs, cuyos líderes nacionales, Pablo Casado y Albert Rivera, han protagonizado varios mítines en Andalucía obviando la enseña andaluza y con proliferación de la española. Para el PSOE esto es sintomático de la vuelta de la derecha a la recentralización de España. «La derecha tiene alergia a la descentralización», dijo Sánchez parafraseando al fallecido socialista andaluz Alfonso Perales cuando este debatía con los demás partidos la ampliación de competencias del nuevo Estatuto de Autonomíaen 2006.
Sánchez llamó a la reflexión sobre qué hubiera sido de la sanidad, educación y dependencia públicas si durante la gestión del Gobierno del PP de la crisis, España hubiera sido un estado centralista «sin autonomías como la de Andalucía». «Fue Susana Díaz la que dijo no a los recortes en dependencia», dijo para elogiar que en Andalucía se apliquen matrículas gratuitas en la universidad.
El presidente del Gobierno agitó el fantasma de la ultraderecha y arremetió contra el «abandono por parte de la derecha de la moderación», acusando a Pablo Casado, líder del PP, de «abrazar la radicalidad» y «alimentar la ultraderecha». Sin mencionar a Vox, añadió: «Lo peor es que cuando surge la ultraderecha, lo que dice Casado es que comparten los valores esenciales con la ultraderecha. Le pido que diga qué valores, porque nosotros, ninguno. Nosotros con paso firme para lograr una mayoría de gobierno en Andalucía», remarcó.
Susana Díaz se presentó como la candidata del proyecto «más sólido, solvente» y «de izquierdas», con el que «se identifica la mayoría de andaluces»; Llamó a su partido a hacer una campaña sin entrar en «el barrizal» de sus oponentes, en alusión a Casado y Rivera, a los que llamó «cenizos» y «pregoneros del Apocalipsis». Agradeció a Pedro Sánchez que «venga para hablar bien de Andalucía» e instó a sacar pecho de la gestión socialista frente a «los insultos». A partir del día 3 de diciembre, proclamó, «ellos plegarán sus trajes, recogerán sus maletas y se irán. Se llevarán sus desgracias y tristezas a sermonear a Madrid, porque lo que les interesa es eso, atacar al presidente y al Gobierno. Nosotros nos quedaremos con la alegría».
Díaz apeló a defender a esta tierra, «dentro y fuera, siempre con lealtad y firmeza, sabiendo que los intereses de Andalucía van de la mano de los de España». Reiteró su idea de presentarse como la candidata de una «Andalucía de banda ancha» que ya propuso el pasado miércoles. Volvió a incidir en que su proyecto es transversal en el que cabe todo el mundo, desde la izquierda al centro. «La banda ancha es el PSOE de Andalucía», dijo para recordar que este partido ha hecho gala de diálogo y consenso gobernando con andalucistas e Izquierda Unida. «La banda ancha permite que el PSOE sea capaz de defender los derechos de los trabajadores entendiéndose con los sindicatos y la patronal», puso de ejemplo.
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