Guzmán Ahumada: «La autonomía andaluza acaba donde empieza el despacho de Santiago Abascal»

–«Fallecimiento por fusilamiento». Esto desató la última polémica a raíz de la conmemoración de la muerte de Blas Infante. ¿No se está cayendo en el riesgo de una crítica estéril y sin contenido real?

–En el acta de fallecimiento del registro civil de Casares dice en los motivos de la muerte: «Fallecido por herida de bala». Me retrotrae a ese tiempo. Pero es verdad que no es nada nuevo. El PSOE ya utilizó términos similares. Es una manera de banalizar lo que fue un asesinato del franquismo. ¿Que es una polémica estéril? Puede ser. Pero no podemos dejar pasar estas cuestiones. Más allá de eso, Twitter importa poco si se compara con lo que se está poniendo en el BOJA o se dejar de poner.

–¿Cuál es el balance que hace de estos primeros seis meses del Gobierno PP-Cs en Andalucía?

–Este Gobierno está demostrando que el PP y PSOE son piezas de ajedrez de distintos colores, pero que se deslizan por el tablero con los mismos movimientos. Prácticamente, no hay ninguna diferencia con el anterior Gobierno. El modelo sigue siendo el mismo.

–¿A qué modelo se refiere?

–Pues al modelo en el que el Estado representa cada vez menos y estamos abocados a la dependencia a ultranza de los grandes movimientos económicos. No somos capaces de influir en el cambio de modelo productivo, que sería el único que nos puede llevar a un empleo de calidad y a mejorar las condiciones realeas de vida de los andaluces.

–La economía andaluza está presentando un crecimiento por encima de la media nacional.

–Sí, es verdad. Pero se siguen utilizando las mismas fórmulas de lectura interesada que empleaba Susana Díaz. El mismo día que sale que Andalucía lidera el crecimiento del empleo en verano, también se constata que es la única comunidad que lleva tres años con los salarios decreciendo. En Andalucía se está creando empleo a base de empeorar los salarios.

–¿En qué percibe usted esas políticas de derechas a las que siempre se hace referencia por parte de Adelante Andalucía?

–En la apuesta decidida por la injusticia a través de las políticas fiscales. Se bajan los impuestos a los que más tienen. Luego, se sigue apostando por una educación que no es gratuita. Además, se utilizan las listas de espera para un plan en el que se derivan las operaciones menores a la sanidad privada.

–¿Cómo está viendo la irrupción de Vox en el Parlamento?

–Están a ver cuál es la barbaridad más grande que pueden decir en el Parlamento. Están utilizando la institución como caja de resonancia.

–En los Presupuestos apenas han incidido las exigencias de Vox.

–No han incidido en al medida que ellos creían que iban a incidir. Pero sí en el texto del Presupuesto. Somos la primera comunidad que incorpora el término de «violencia intrafamiliar».

– ¿Andalucía representa la estabilidad si se confronta con el panorama político a nivel nacional?

–Hay más tensión entre el PP y Cs de lo que parece desde fuera. Ya se vio con la composición de las consejerías, que no tienen ninguna lógica. Por ejemplo, Turismo dentro de Regeneración. Además, Marín y Bendodo juegan a ver quién es el verdadero vicepresidente. Bendodo le está sacando mucha ventaja. Y no se puede hablar de estabilidad, cuando ya se tienen doce dimisiones.

–¿Qué le parece la medida de introducir clases de oratoria en el plan curricular de los colegios?

–Una ocurrencia de Javier Imbroda. Fundamentada, quizá, en el interés de algún parlamentario de su grupo que estaba en empresas que se dedican a estos asuntos.

–En Adelante Andalucía siempre se ha defendido que con el PP la autonomía andaluza estaba en juego. No da esa impresión.

–¿Seguro? La aprobación de los Presupuestos dependió de una llamada desde Madrid. Eso supuso acabar con la autonomía andaluza. Los andaluces estuvieron supeditados a lo que dijera Abascal. La autonomía andaluza acaba donde empieza el despacho de Santiago Abascal.

–¿Cómo es su relación con los parlamentarios de Vox?

– Nula. Cuando nos vemos por los pasillos, nos saludamos y ya está.

–¿La confluencia con Podemos en Andalucía sigue siendo inapelable?

–Nosotros seguimos apostando por este proceso. Pero no solo en lo institucional. Tenemos que hacer un proceso de unificación de fuerzas en la calle.

–¿Se está acusando demasiado la ausencia de Teresa Rodríguez?

–La baja de Teresa es muy sensible para el grupo parlamentario. Eso es verdad. Pero vuelve en septiembre.

–Ya no habrá tándem posible con Antonio Maíllo.

–Bueno, a la falta de Antonio nos tendremos que acostumbrar. La fortaleza que tiene Adelante Andalucía, sin embargo, está en que no existe ningún hiperliderazgo.

–¿Cómo es el modelo productivo que propone Adelante Andalucía?

–Apostamos por la diversificación. Una apuesta por más industria basada en la transición energética. En la agricultura, tenemos que pasar de ser unos recolectores a ser unos transformadores. Vendemos el grano, vendemos el aceite en crudo, pero no generamos valor añadido.

–¿Qué le ha molestado de la última campaña contra la violencia de género? ¿Un asunto tan grave no debería suscitar consenso?

–Nos ha molestado como se quiere equiparar con otras violencias. Hay víctimas que no pueden sonreír. No es la víctima la que tiene que ser más fuerte. Tenemos que poner herramientas para que no se produzca el maltrato.

–¿Cómo entiende Adelante Andalucía el papel que tiene hasta que acabe la legislatura?

–Si el Gobierno es rehén de los caprichos de Vox, el PSOE es rehén de su pasado. Ese contexto lo tenemos que aprovechar muy bien. Saber y demostrar que somos la única alternativa real. ¿Por qué la única? Porque hemos visto que los últimos Presupuestos han coincidido mucho con los anteriores. Nosotros tenemos que demostrar que hay otra alternativa para Andalucía.