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Excluidos. Las ONG demandan soluciones eficaces para erradicar el sinhogarismo en Málaga. SUR

'Housing first' para acabar con el sinhogarismo

La Fundación Hogar Sí aplica en Málaga esta metodología que ha sido exitosa en otros países europeos para erradicar las situaciones de calle

CLAUDIA SAN MARTÍN

Lunes, 10 de agosto 2020, 01:34

En España hay más de 33.000 personas en situaciones de calle. Si tuvieran que entrar todas en el estadio de fútbol de La Rosaleda no sólo se completaría el aforo, sino que muchas de ellas se quedarían fuera. El colectivo de las personas sin hogar (PSH) es el gran olvidado de las políticas sociales. ¿Cómo solucionar esta problemática que se cronifica en el tiempo?

La Fundación Hogar Sí, antes RAIS, lleva luchando desde 1998 para erradicar esta problemática que en Málaga afecta unas 500 personas. Algunas de ellas ya han salido de esa cronificación, encontrándose en viviendas de apoyo que ofrecen algunas entidades malagueñas como la mencionada, pero hay muchas otras que aún necesitan esa mano amiga para conseguir salir de su difícil situación.

La Fundación Hogar Sí reúne en la ciudad dos viviendas de este tipo, una para jóvenes y otra para mujeres víctimas de violencia de género: «Hay personas que necesitan únicamente una vivienda y otras que la necesitan con apoyo profesional, con tratamientos para las convalecencias hospitalarias... Pero siempre dentro de una normalidad que una vivienda en la comunidad puede ofrecer», cuenta Alejandro Bernal, técnico de Hogar Sí.

La solución a estas situaciones la llevan poniendo en marcha desde 2014, siendo pioneros en España de la metodología 'Housing First'. Esta técnica aplicada a las personas sin hogar en Málaga supondría que se concediesen más viviendas con apoyo: «Las personas que tienen una alta cronificación necesitan mucho soporte profesional, pero hay evidencias aquí en España de que en un 85% las viviendas solucionan la problemática. Las personas no vuelven a la calle», relata Bernal, añadiendo que la solución es un hogar y no un albergue: «El tema del alberguismo está totalmente obsoleto, no sólo en España, sino también en Europa. Es caro y tremendamente ineficaz porque la gente sigue estando en la calle», remata.

Además, no todas las personas que se encuentran en situación de calle son iguales: muchas de ellas tienen problemas de salud mental, otras sufren adicciones, discapacidad y algunas simplemente se han visto en la calle por lo que Bernal define como «sucesos traumáticos encadenados», como la pérdida de un familiar, el empleo o el hogar y, además, carecer de una red de apoyo.

Cuando se decretó el estado de alarma y los que estaban en la calle debían seguir ahí porque no tenían otra alternativa, la Agrupación de Desarrollo para Personas Sin Hogar, a la que pertenece la citada fundación y otras entidades sin ánimo de lucro de la provincia, realizaron un estudio lo más fiel posible a la realidad intentando entrevistar, no sólo contabilizar, a todas las personas que seguían en la calle y a las que fueron derivadas a los recursos de emergencia.

En total, 357 personas fueron la población de estudio. Estas entidades demandan soluciones eficaces para erradicar el sinhogarismo en la ciudad de Málaga: «En cuanto a la cronificación, el estudio reveló que el 28% llevaba más de tres años en la calle», cuenta Bernal. Aunque muchos de ellos se encontraban en recursos de emergencia, alrededor de 180 personas siguieron en la calle y otras volvieron a la situación de sinhogarismo cuando se terminaron esos recursos.

«Lo cierto es que la gran mayoría prefiere dormir en un cajero antes que en el albergue. Todo el mundo tiene derecho a una vivienda. Es una falacia eso de que la gente está en la calle porque quiere; es porque no tiene otra opción mejor», explica este profesional, apuntando que el sinhogarismo «se frivoliza» y se acusa a las personas de que están en la vía pública por vicio o porque desconocen otro modo de vida.

Hogar Sí destaca la urgencia de este problema social: «Es de vida o muerte porque cada seis días fallece una persona sin hogar y, además, tienen una esperanza de vida de 30 años menos que las personas que sí tenemos hogar. Ellos no están ahí porque estén más cómodos o porque no les gusten las normas sociales», aseguran desde Hogar Sí.

Las medidas que demandan las ONG a las diferentes administraciones públicas pasan por que contemplen las dificultades que suponen una barrera de acceso para las personas sin hogar a las prestaciones sociales como el ingreso mínimo vital, pues el carecer de padrón o no ser demandantes de empleo imposibilita su tramitación, siendo una vez más los excluidos de la propia exclusión social.

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