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LUIS GÓMEZ
Domingo, 3 de abril 2011, 16:58
Estrella Archs vivió hace un año la peor experiencia de su vida. La única diseñadora española de alta costura que desfila en París salió de malas maneras de la mítica marca francesa de Ungaro. Formada en algunas de las casas internacionales más importantes Cacharel, Nina Ricci, Emilio Pucci, donde fue mano derecha de Christian Lacroix, y Prada intenta consolidar su etiqueta propia. «Cuando me pongo en algo, traslado toda mi energía, alma y espíritu. Pero si veo que no hay solución, me retiro», cuenta a V.
¿Por eso aguantó sólo siete meses en Ungaro como directora artística?
Basicamente, porque normalmente no me involucro en los proyectos en los que no creo.
¿Por qué se involucró entonces?
Porque me lo dibujaron de una forma diferente a lo que era. Me retiro enseguida de lo que no creo y lucho hasta lograr lo que quiero. ¿Sabe? Siempre lo consigo. Pero la confianza debe ser recíproca. Mi lema es creer y que crean en mí. Crear es creer.
¿Qué se aprende del fracaso?
No tomo Ungaro como un fracaso.Ha sido la experiencia más corta en toda mi carrera y la menos agradable, también. Siete meses no son nada para mí. Simplemente, dejé de creer y pasé a otra cosa. En Ungaro llegué hasta donde me dejaron y yo quiero ser responsable de lo que hago al 100%».
Con su salida de una firma que camina sin rumbo y donde Esther Angulo su verdadero nombre tuvo de consejera de estilo a la celebritie Lindsay Lohan, España perdió su única referencia de la alta costura. Pero ha vuelto. Con taller en el barrio parisino de Saint Germain, esta barcelonesa de 37 años que lleva 14 fuera de nuestro país se pasa la vida en los aviones. Sin tienda propia y ningún punto de venta actualmente en España, vende, sobre todo, en Los Ángeles, París, Londres, Kuwait y China, mercados económicos muy potentes. Archs atacará el mercado nacional en los dos próximos años, revela mientras recuerda los días que suele pasar cada verano en Campoo, junto a su novio, «medio cántabro, medio inglés. Me encanta la naturaleza y bañarme en el río».
¿Es cruel la moda?
La moda, no. Sí, a veces, la gente que trabaja en ella. Adoro la moda y, más aún, la creación. Mi madre es pintora, mi hermana mayor, interiorista;y la mediana, grafista. Es casi la comida que me han dado.Siempre he pintado, dibujado, moldeado... Primero muñecas, después maniquíes y ahora la realidad. Quiero llegar al final de mi vida haciendo lo que hago ahora.
Con matrícula de honor
Alexander McQueen, Galliano, Phoebe Philo, Stella McCartney... ¿Uno no es nadie sin pasar por la escuela Saint Martins de Londres? ¿Qué les dan?
Te dan una libertad que angustia al principio. No sabes cómo llevarla y te vuelves un poco... Te enfrentas a ti mismo, que es el peor enemigo.Es duro psicológicamente.Es una forma de educación muy auténtica. Se trata de saber quién eres, lo que quieres, lo que te gusta y por qué. Mucha gente pasa el primer año y acaba en el psicoanalista al no soportarlo. Es muy duro, pero efectivo.
Superó la graduación con matrícula de honor. Así que...
Fueron los mejores años de... En Londres me sentía totalmente en familia, más que nunca. Todo el mundo me entendía. De repente, nadie juzgaba mi forma de vestir. Era fantástico.
¿Cómo viste Estrella ?
Visto como siento.
¿Y cómo siente?
Depende del día. Ja, ja.El estilo se pule con los años.Antes era más rock and roll. Jugaba un poco sobre mí misma. Con los años te defines. Todo te influye. La danza es una de mis pasiones.
Mezcla lenguajes muy distintos. Compatibiliza la extravagancia y la sutileza y la sorpresa con la discreción.
Sí. Al final, el ying y el yang siempre se armonizan. La vida es así. No está hecha de un mismo momento y una sola actitud.
Dibuja una mujer de estilo andrógino el próximo invierno. ¿Por qué?
Me apetecía mucho experimentar la faceta de la danza. Los cuerpos de las bailarinas son antagónicos. Tan delicadas y plumas, y a la vez tan fuertes y con tanto músculo. Todo lo que es ágil y sutil se vuelve de repente pesado y brutal. En un solo segundo esa ligereza, casi como si flotaran en el aire, se transforma en músculo sudando. Ese aire andrógino me inspiró ese doble sentido. Casi el doble sexo.
¿Cómo ejercita la creatividad en tiempos de crisis?
Para la creatividad no hay crisis. Tienes que dejarte fluir.
¿Trabajar para grandes casas es a veces la única manera de sacar adelante el trabajo propio?
Depende de la ocasión. Con mi marca siempre he estado trabajando full time para los demás.Mi marca la trabajaba muchas veces durante las noches de los fines de semana.
¿Cuándo descansa?
Mi pasión es mi descanso. Es como mi alimento. No tengo ninguna prisa. Quiero desarrollar mi marca a muy largo término.Si realmente crees en algo, encuentras la energía.
¿Pero la industria es paciente?
Sí, sí. Es auténtica. Y mucho mejor así. Si no, mira lo que pasa.Hay gente que se junta y luego el desjuntarse es duro.
¿Por qué hay firmas, como Balenciaga o Balmain, que resucitan y otras siguen perdidas?
Hay que tener las cosas claras. Si un capitán no tiene claro adónde va su barco, nunca llegará a ningún sitio. Si quien invierte en la marca y el director artístico no se entienden, el barco irá un día a la izquierda y otro a la derecha, pero jamás en línea recta. Y si de fondo ya no hay dirección, es imposible que vaya a ningún lado.¿Le digo otra cosa? Los directores artísticos e inversores deben saber de qué va este negocio.
«Superchic y parisina»
¿Lo desconocen muchas veces?
Sí, porque vienen de otros campos. La moda es una burbuja, es un business muy particular.La gente que lo tiene muy claro, tarde o temprano, llega.
Fue mano derecha de Christian Lacroix en Emilio Pucci.¿Qué supuso su padre espiritual?
No fue mi padre espiritual. Ha sido muchas cosas. Fue mi mentor, una persona que creyó mucho en mí, nos hemos reído mucho juntos...
¿Qué le enseñaron en Prada?
Que lo feo de verdad puede ser muy bello.
¿Yen Nina Ricci?
¡Hummm! Venía de la salvaje GranBretaña, con mis looks, y, de repente, con la misma ropa, la tuve que girar al revés y ponerme superchic y parisina. También aprendí francés.
Trabajó como periodista en Vogue.¿Despellejó muchas colecciones?
Nooo. Siempre hay que respetar. Tuve el privilegio que nadie tenía en mi clase, que era ir a ver todas las colecciones. A McQueen, Hussein Chalayan... ¡A los que me gustaban y no me gustaban! No se saca nada criticando a la gente.
¿Quién le gusta?
La gente que dice la verdad y es auténtica con su propio estilo.
¿En moda?
Me gustaba muchísimo Vionnet y Chanel. Mujeres que luchaban cuando la moda era auténtica y no tanto de grandes grupos.Entonces, era más personalizada. Ahora millones de marcas comparten las fábricas y las cosas se parecen demasiado.
¿Se ha perdido personalidad?
Obviamente. Si hay algo que nos hace únicos, es nuestro ser.
¿Tiene justificación el dineral que cuesta la alta costura?
La alta costura no pertenece quizá mucho al modus vivendi de nuestro tiempo, pero sigue existiendo. Si hay una franja de mercado que responde a esta demanda, no hay nada que decir. También hay hoteles de mucho lujo y joyas carísimas.
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