La fórmula de la fidelidad
Son los nuevos ídolos de la televisión. Los rostros de 'Física o química' convocan a 700 adolescentes en el preestreno de la serie en Málaga
REGINA SOTORRÍO
Martes, 14 de abril 2009, 10:46
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Se trataba de la proyección de un capítulo de una serie de televisión. El mismo que desde la víspera estaba colgado en la Red ... y que horas después de la cita se vería en la pequeña pantalla. Pero, entonces, ¿por qué más de 700 adolescentes hacían cola al borde de la histeria en la puerta de los cines Yelmo Vialia? Hay tres razones: Angy Fernández, Maxi Iglesias y Óscar Siniela. Es decir, Paula, Cabano y Quino, los rostros de la producción de Antena 3 que arrasa en la pequeña pantalla, 'Física o química'. Con ellos, llegó la locura: gritos, piropos, carreras... y todo ello sin soltar el teléfono móvil para captar cada detalle y movimiento de sus nuevos ídolos.
Málaga y Madrid fueron los escenarios elegidos ayer para la puesta de largo de la tercera temporada de la serie que se desarrolla en el instituto Zurbarán. Emulando a los estrenos cinematográficos, los actores se sometieron al bombardeo de flashes frente al 'photocall'. Era el turno de las sonrisas, las posturitas, las miradas seductoras y las preguntas de rigor. Aseguraron que cuando se apagan los focos «no existen las rivalidades» y que, pese al camino recorrido, nunca llegan a acostumbrarse a las multitudes. «Esto es muy fuerte», decía Angy.
En la pequeña pantalla, ella vivirá un romance con su compañero de viaje a Málaga, Maxi Iglesias. Él afirmó que no le gusta que le encasillen como «el chico guapo» de la serie, pero no lo puede evitar: ayer era el objetivo del público femenino. «Yo me centro en hacer bien mi trabajo», explicaba. Puede que los roles cambien con la incorporación de Óscar Siniela. «Procuraré compartir con Maxi el papel de guaperas para no arrebatárselo», comentaba 'el nuevo' entre risas. Entre ellos, adelantaron, habrá más sentimientos y historias con las que el público se identifique.
Extrañamente, la conversación transcurría en medio de una cierta tranquilidad. Conocedores ya de la fuerza del fenómeno fan, la organización había hecho pasar previamente a la legión de seguidores (las chicas ganaban por goleada) a las dos salas de cine reservadas para la ocasión.
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Pero a la calma, en contra de lo que dice el refrán, le siguió la tempestad. Los populares alumnos se dieron un baño de masas, literalmente, al acceder a la primera zona de proyección. Tras ser 'rescatados' y recomponer sus trajes, los jóvenes se disponían a hacer su segunda parada triunfal. De todo se aprende, y antes de la entrada, se formó una barrera humana para evitar la avalancha. Ahora sí, saludos al público, sonrisas, besos lanzados al aire... y vuelta a Madrid. A quienes quieran más, siempre les quedará la televisión.
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