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M. J. CRUZADO
Domingo, 7 de septiembre 2008, 13:11
El equipo de Gobierno ha cerrado una de las páginas más controvertidas de la historia de Marbella con la devolución de las ocho Harley Davidson que durante años han inmortalizado la imagen de la Policía Local. La estética hollywoodiense que Jesús Gil y Gil imprimió al cuerpo, con caballos, bicicletas, BMW o las ostentosas motos de gran cilindrada y de imagen retro eran pura fachada, un símbolo más del esperpento de una era que poco a poco pasa a la historia. El escuadrón de caballería incluía dos ponys de escasa utilidad pero, al menos, formaban parte del patrimonio municipal y algo de dinero se les podrá sacar si finalmente alguien decide comprarlos.
Las 'harleys', más cercanas a la cultura de Los Ángeles del Infierno que a la labor policial, ni siquiera eran propiedad del Ayuntamiento. Estaban alquiladas. En los últimos años sólo servían para pagar 9.000 euros a la empresa de 'renting' y para encabezar las concentraciones moteras, tan habituales por otra parte en la ciudad marbellí. «Estaban ya muy deterioradas así que en abril, con la incorporación de 30 nuevas scooters para la Policía de Barrio, decidimos devolverlas y quitarnos ese gasto de encima», explica María Francisca Caracuel, concejala delegada de Seguridad Ciudadana.
Harley versus scooters. Las comparaciones son odiosas pero en este caso reflejan bien la nueva política que impera en el Ayuntamiento de Marbella. Las motos más famosas del mundo por las más prácticas. El glamour por la eficacia. El derroche por la contención en el gasto público. Hace tiempo que sólo rugían en el asfalto para alguna exhibición puntual, y sus años, el poco uso y el escaso cuidado hicieron que se deterioraran.
Una lástima para los nostálgicos de las dos ruedas y para aquellos turistas que venían atraídos por el falso oropel y se fotografíaban junto a los agentes que, a lomos de una Harley, parecían sacados de una postal californiana. Al menos, combinaban bien con el famoso Rolls Royce municipal con el que Gil se paseaba en su época dorada.
Más competencias
Sin todos esos fastuosos medios la Policía Local de Marbella, en otro tiempo imagen del régimen y joya de la corona, empieza a parecerse al resto. Sólo hay algo que aún la distingue. Sigue asumiendo competencias propias de la Policía Nacional y la Guardia Civil. El 092, con más de 250 llamadas diarias, suena más que el 091; los vecinos están acostumbrados a llamarlos antes que a los nacionales o a los agentes del instituto armado e incluso exigen su presencia en altercados y accidentes propios de otros cuerpos de seguridad que cuentan con menos efectivos.
La costumbre es un mal hábito y el hecho de que la plantilla se haya incrementado considerablemente en la era GIL -de 90 agentes en 1991 pasó a 400- ha favorecido que asumieran esta labor, aunque ahora con menos caballos, de pura sangre y de cilindrada.
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