José Flores, un hombre siempre a la sombra del poder

Nadie sabe explicar los motivos, pero su influencia en el municipio está en boca de muchos vecinos. Se le atribuye gran influencia en la toma de decisiones en el Ayuntamiento. Nunca ha ostentado cargo orgánico dentro del PSOE -excepto entre 1991-1995 que ejerció como concejal de Cultura- pero ha marcado las directrices de los socialistas en Estepona durante los últimos años.

Casi ningún asunto se le escapaba. Mano derecha del alcalde de Estepona, Antonio Barrientos, y del ex regidor, Antonio Caba, ha dejado la impronta anónima de su gestión en el municipio. Muchos de los convenios urbanísticos firmados desde 2003 han pasado por sus manos. «A mí me ha costado años aprender sobre urbanismo», aseguraba cuando se le preguntaba por la complejidad de los asuntos que se trataban.

Con empresarios

Licenciado en Historia y amante del arte de la época romana, su actividad poco tenía que ver con su formación académica. En el despacho del jefe de Alcaldía de Estepona casi siempre había empresarios esperando para reunirse con él. Negociador y dialogante, es partidario de llegar al consenso en cualquier situación de discrepancia.

Precisamente, esta capacidad de debatir le llevó incluso a convencer al PSOE de la idoneidad de pactar con los ex gilistas para formar equipo de gobierno, pese a las advertencias de la Administración andaluza de que no se rubricara un pacto con estos concejales.

Esteponero de nacimiento, pocos oriundos desconocen a José Flores y a los miembros de su familia, de gran arraigo dentro del pueblo. Su abuelo fue uno de los fundadores de la Falange y su padre ejerció la medicina y goza del reconocimientos públicos por parte de los vecinos. No en vano, su popularidad le llevó a que la anterior Corporación municipal le pusiera su nombre a una de las plazas del municipio.

Sus relaciones familiares eran conocidas en el pueblo y también se extendían dentro del Ayuntamiento. Hace una década fue protagonista del denominado 'clan de los cuñados', un grupo integrado por él y dos familiares suyos que trabajaban en la delegación de Urbanismo a finales de los noventa. Eran considerados por muchos como el 'lobby' del PSOE.

Siempre en la sombra. Tímido y reservado, sus apariciones públicas se producían con cuentagotas y siempre vinculadas a asuntos urbanísticos. Apasionado de los medios de comunicación y de su funcionamiento, siempre ha estado pendiente de las declaraciones del alcalde de Estepona, Antonio Barrientos. Huía de las cámaras pero en los momentos de polémicas políticas siempre ha permanecido atento a las palabras de su compañero, incluso rectificándole en sus intervenciones.

Las operaciones de bursátiles era una de sus obsesiones desde hace más de una década. Nunca perdía de vista las fluctuaciones de las empresas y las cuentas de las compañías que operan en el Bolsa. El tabaco, su adicción, es el germen de su característica voz ronca y rasgada.