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DIVINA PASTORA. Los locutorios pueblan las zonas donde residen los inmigrantes. / JOSELE-LANZA
Los inmigrantes se asientan en los barrios populares atraídos por alquileres más baratos
Marbella

Los inmigrantes se asientan en los barrios populares atraídos por alquileres más baratos

Miraflores, Divina Pastora, Albarizas, Plaza de Toros y Puya son las zonas con más presencia, sobre todo, de marroquíes, senegaleses y latinoamericanos. Pagan unos 700 euros al mes por una vivienda

ROSARIO FLORES

Domingo, 27 de abril 2008, 03:47

Marbella, convertida en todo un crisol de nacionalidades, sigue la tendencia que se registra en grandes capitales como Málaga, de un flujo importante de inmigrantes hacia los barrios populares. Para corroborarlo, basta con darse un paseo por la calle Rodrigo de Triana o las avenidas Torres Murciano o General López Domínguez donde negocios como locutorios o carnicerías dirigidas a la comunidad islámica ya forman parte del paisaje urbano y aportan su grano de arena al desarrollo económico de la zona. Pero no todos los foráneos residentes en el municipio optan por la ciudad para fijar su segunda residencia atraídos por la benignidad del clima y por el gran potencial económico de la zona.

Son los inmigrantes no comunitarios -en especial, los marroquíes y los latinoamericanos- los que ocupan las barriadas tradicionales para asentarse en su ciudad de acogida. Se trata, según explica Juan Carlos Castro, coordinador responsable de Intervención Social de la asamblea local de Cruz Roja, de una tendencia que responde a la necesidad de solventar el principal problema al que se enfrenta este colectivo: la búsqueda de un techo donde cobijarse. Las zonas por las que se decantan los colectivos más desfavorecidos, en riesgo de exclusión social y laboral, para fijar su residencia -en su mayor caso, en viviendas antiguas cuyos alquileres son más asequibles- son Las Albarizas y las barriadas de Plaza de Toros, Santa Marta, La Patera, Pilar Miraflores, Leganitos y Divina Pastora. Así, consta en la memoria del Proyecto Urban que ha redactado el Ayuntamiento de Marbella para que la Unión Europea cofinancie un paquete de medidas destinado a revitalizar el casco urbano de la ciudad.

Precios

Según Castro, «unos se meten en dormitorios por los que llegan a pagar hasta 300 euros al mes y una gran mayoría encuentra trabajo, de forma irregular o por temporadas», a lo que el responsable del ámbito social de Cruz Roja añade: «Pero la situación ha empeorado en cuanto a trabajo irregular». Los últimos datos del Servicio Andaluz de Empleo confirman esta tendencia. En marzo pasado, el número de extranjeros demandantes de empleo en el municipio se situó en 2.190 personas, un punto por debajo del mes anterior pero casi un 40 por ciento más con respecto a hace un año. En cuanto a las contrataciones formalizadas, una de cada tres se hizo a extranjeros, en su mayor parte, a los no comunitarios y de carácter temporal en el ámbito de la restauración, seguidos de los trabajos no cualificados y la construcción. Pese a que el número de contratos a extranjeros creció un 24,1 por ciento respecto a febrero pasado, supone un recorte del 22,5 por ciento respecto a marzo de 2007.

Hamido Ahmed, coordinador de la Federación de Asociaciones de Inmigrantes, asegura que este colectivo elige la Costa del Sol para asentarse porque en este escenario «tienen más posibilidades de trabajar y de alcanzar un mayor poder adquisitivo». Según Ahmed, la mayoría recurre al arrendamiento de viviendas, cuyo coste puede oscilar entre los 700 y los 750 euros mensuales.

En cambio, son todavía pocos los inmigrantes que optan por comprar una vivienda, ya sea nueva o de segunda mano. Las zonas preferidas para ello son Miraflores, La Concha y Santa Marta y para costear la hipoteca optan por alquilar una o dos habitaciones a compatriotas suyos.

En este sentido, Edgar Cortés, presidente de la Asociación de Extranjeros de España, tilda de «carísimo» el precio del alquiler de la vivienda, lo que obliga a los inmigrantes a compartir techo.

Según se desprende del estudio de usuarios extranjeros que atiende la Delegación Municipal de Servicios Sociales a través de sus centros, más de la mitad son mujeres, la franja de edad predominante es entre los 20 y 40 años y en cuanto a nacionalidades, la más representativa es la marroquí. Le siguen los latinoamericanos (ecuatorianos, paraguayos, argentinos y colombianos, por este orden decreciente). La mayoría de consultas atendidas va encaminada a la resolución de los informes de arraigo social «para que puedan solicitar el permiso de trabajo o de residencia ante el Ministerio del Interior», agrega Mariana Álvarez, concejala delegada de Servicios Sociales.

Precisamente, este área municipal ha puesto en marcha recientemente una campaña dentro del programa de inmigrantes dirigida a los extranjeros tanto comunitarios como extracomunitarios para que se empadronen, como primer paso para su integración global en la comunidad, además de servirles de pasaporte para acceder a los servicios básicos comunes.

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