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EN COMÚN. Málaga reúne desde ayer a 200 expertos en implantes.
De las conchas de mar a los implantes en una hora
MÁLAGA

De las conchas de mar a los implantes en una hora

Hace 5.000 años, la pérdida de dentadura se suplía con caparazones marinos. Hoy, las técnicas en esta especialidad permiten reponer las piezas en un tiempo récord

TEXTO: ALMUDENA NOGUÉS

Sábado, 23 de febrero 2008, 02:48

DICE la sabiduría popular que la necesidad agudiza el ingenio. De ello daban fe los habitantes del año 2500 A.C. que, a falta de tornillos y titanio, ya buscaban alternativas para solventar la pérdida de la dentadura. Como recoge la historia de la odontología, por aquel entonces las prótesis dentales se realizaban con bandas y alambres que mantenían en su lugar las piezas que sustituían a los dientes. Dos siglos después, aparecen fechados los primeros implantes con materiales como las conchas de mar y el marfil, que se perfilaban hasta lograr formas puntiagudas.

Mucho ha llovido desde aquellos apaños primitivos. Basta pasearse por la docena de expositores del II Simposio andaluz de implantología dentaria, que se celebra desde ayer en el hotel Monte Málaga, para comprobar el salto experimentado por esta técnica. Los laboratorios que trabajan en esta materia se afanan en estos momentos por buscar las fórmulas que garanticen una mejor fijación al hueso y, por ende, una mayor comodidad y calidad de vida para el paciente.

Al respecto, el presidente de la Asociación Andaluza de Cirugía Oral y Maxilofacial y organizador del simposio, Antonio Valiente, explicó a este periódico que, actualmente, las investigaciones se dirigen a mejorar la colocación de la prótesis sobre el implante. «El reto es afinar cada vez más para evitar cualquier tipo de desplazamiento, por mínimo que sea», indicó. Del mismo modo, los avances buscan que las superficies sean lo más rugosas posibles para potenciar la fijación al hueso. «Lo que se hace es un barrido en micropartículas de arena en contacto con una superficie ácida para que el titanio adquiera unos microagujeros que permiten que entre el hueso»,detalló Valiente.

La revolución del titanio

La implantología moderna se inició hace ahora unos 30 años, cuando se popularizó el titanio. Este metal, muy usado en ingeniería espacial, propició una auténtica revolución en el sector ya que al ser biocompatible facilita que el organismo lo reconozca como propio y no lo rechace. Aquellos primeros implantes de titanio eran de superficie pulida y forma cilíndrica. Años después se dio el salto hacia las superficies rugosas y la forma atornillada, que ayudó a reforzar la fijación.

Pero no sólo han evolucionado los propios materiales. También lo ha hecho la técnica del implante. Hace tres décadas los implantes se impactaban, esto es, se metían en el hueso dando pequeños golpes. Hoy, por contra, son roscados. Antes se ponía el tornillo y había que esperar mucho, hasta seis meses, para poner la prótesis. Además, la cirugía era más aparatosa. Actualmente la operación para colocar el tornillo es mínimamente invasiva y permite cargar las prótesis de forma más rápida, sin esperas. Incluso hay pacientes que pueden salir de la clínica con el implante y los dientes puestos en el día.

Es, lo que se llama, carga inmediata. El doctor Valiente explica su funcionamiento: «La técnica se basa en unas radiografías especiales que permiten que la máquina simule milimétricamente la forma del hueso y su tratamiento a través de un programa informático. A continuación, por el mismo ordenador se fabrica una guía quirúrgica y se colocan los implantes que, gracias a ese estudio, pueden cargarse en el mismo momento», indica.

Prótesis inmediata

Con esta nueva técnica no es necesario esperar a que el proceso de oseointegración se haya completado para colocar las prótesis dentales sino que se realiza todo en un día. Es decir, tras una sencilla operación para colocar la base de titanio, se colocan luego las piezas dentales atornilladas a ella.

Esta nueva fórmula agiliza una intervención por la que cada año pasan unas 150.000 personas en toda España y que, según indica Valiente, tiene un porcentaje de éxito de entre el 97 y el 99%. A tenor de las cifras que baraja este experto, casi el 40% de la población mayor de 65 años padece alguna pérdida total o parcial de dentadura.

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