Manuel Jiménez: «Es increíble la capacidad de trabajo de don Antonio Dorado»

El obispo de Málaga y Melilla, Antonio Dorado Soto, visitó el pasado fin de semana la ciudad. El vicario episcopal, Manuel Jiménez, nos habla de cómo se desarrolló su estancia.

¿Cómo fue el encuentro del vicario con los cristianos melillenses?

Pues muy bien. La visita fue conforme a lo previsto y se desarrolló todo como teníamos planeado y don Antonio se fue con una gran alegría de haber estado aquí compartiendo el día con todas las realidades eclesiales con las que se pudo reunir, y la verdad es que fue una jornada muy intensa, de mucho trabajo, que una vez más nos hace darnos cuenta de la gran capacidad de trabajo que tiene el señor obispo. Desde que llegó a las 9.00 horas hasta que ya pudimos volver a la casa a descansar, que fue después de la cena cerca de las doce de la noche, el hombre estuvo trabajando, compartiendo con uno y con otro, y eso que la noche anterior, por cuestiones de trabajo, solamente había dormido tres horas y es realmente increíble ver cómo una persona con su edad, que tiene 76 años, es capaz de llevar ese ritmo de trabajo y a todo el mundo recibirlo con una sonrisa, decirle a cada uno lo que le corresponde y llevar para adelante tanta responsabilidad con tanta alegría y amabilidad como lo hizo. Una lección para todos.

¿Y qué tal la convivencia con todos los religiosos de Melilla?

Pues muy bien. Estuvimos en el colegio del Buen Consejo. Nos recibieron las Hermanas Franciscanas allí, una vez más. No es la primera vez que nos ofrecen su casa, al igual que otras comunidades religiosas. Durante un rato don Antonio estuvo dando algunos puntos de reflexión y oración para las religiosas, los religiosos, los sacerdotes que estamos en Melilla. Después, también nos comentó las líneas de trabajo que la Diócesis lanza este año según el Proyecto Pastoral y Diocesano que ya se planteó el año pasado. Y, por último, nos dio algunas notas sobre algunas campañas que la Diócesis va a llevar a cabo por encargo de la Conferencia Episcopal en todo el país dentro de poco. Pues después de todos estos puntos, tanto de reflexión como de trabajo para este curso, pasamos a tener un rato de oración comunitaria en la capilla de las hermanas y terminamos con una comida compartida en la que estuvimos todos los religiosos, religiosas y sacerdotes con el obispo compartiendo los alimentos y después también un poquito de sobremesa con la charla, algunas canciones. Después volvimos para reemprender el trabajo por la tarde.

¿Está bien informado el obispo de la realidad religiosa de Melilla?

Sí, porque viene siempre que puede y yo, al menos una vez al mes, acudo al Consejo Episcopal a Málaga. Voy por la mañana y vuelvo a mediodía, y allí llevo todos los temas que se están fraguando en Melilla. Por lo tanto, él está enterado de primera mano porque yo mismo soy el que hago de intermediario entre el señor obispo y la realidad eclesial y él está informado, independientemente de que casi a diario tenemos un contacto con el obispo vía teléfono.