Ianire Estébanez: «Aconsejo a los padres que estén en redes sociales para saber qué hacen sus hijos»

Las nuevas tecnologías han conseguido abrir una nueva puerta a actitudes violentas dentro de la pareja. Así lo corroboran los últimos informes elaborados por distintas administraciones y en ello hace hincapié Ianire Estébanez, psicóloga especialista en casos de violencia de género en parejas jóvenes. Durante su intervención en la III Jornada Provincial sobre Violencia Machista organizada por la Diputación Provincial abogó por implicar a los padres en el día a día de sus hijos participando en las redes sociales

-Los últimos estudios publiciados ponen el acento en la necesidad de una acción directa para frenar el ciberacoso. ¿Es tan directa la relación entre nuevas tecnologías y acoso en la pareja?

-Es cierto que cada vez hay más casos de jóvenes acosadas a través de móviles. Dan mucha información y permiten al acosador una facilitad de contacto que antes no tenía. -¿Hasta qué punto son conscientes los jóvenes de los peligros que ciertas actitudes en redes sociales pueden acarrear?

-No son nada conscientes. Da la sensación de que las redes sociales son espacios de sus amistades, íntimo, donde solo están sus amigos. Tienen la percepción de que controlan más que los adultos. Pero aquí no se habla de conocimientos tecnológicos sino de consecuencias emocionales que van a más allá de lo que son capaces de concebir. No saben las repercusiones de subir una determinada fotografía, incluso aunque pasen muchos años.

-Tampoco parece existir la percepción entre muchas jóvenes de que existe acoso detrás del control que ejercen sus parejas a través de las redes sociales o el móvil.

-Tanto es así que hoy día se llega a entender como una prueba de amor darle a la pareja las claves de acceso al perfil personal de Facebook, Twitter o Tuenti. Sigue existiendo una gran confusión sobre el amor entre los jóvenes. En estudios en los que he participado ha salido a la luz que entre las chicas está más extendida la percepción de que estar enamorada supone que deben dejar de lado al resto de su entorno, a las amistades. Ellos, sin embargo, tienen claro que la pareja no tiene por qué invadir su espacio. El 70% de los chicos consideran que el control es una forma de violencia, frente al 30% de las jóvenes que lo piensan.

-¿A qué nivel de control es capaz de llegar una adolescente antes de darse cuenta de que realmente está sufriendo acoso?

-El límite a veces es difícil de poner. Es algo muy subjetivo, pero considero que un insulto o humillación en público ya supone un acoso real. Pero es cierto que existe más o menos tolerancia de la persona a ese insulto si se hace en las redes sociales, y lo normal en estos casos es que se vaya a más. En lo que hay que concienciar es en que un insulto en público, en una red social, es violencia. Todo ello tiene sus consecuencias. No tiene sus efectos tan palpables como el moretón, pero el daño está ahí.

-Oyéndole hablar da la sensación de que hemos avanzado muy poco en cuanto a la tan perseguida igualdad de roles entre hombres y mujeres en la pareja.

-Se ha avanzado mucho en derechos legales, en el discurso sobre la igualdad, en conciencia, pero muy poco sobre las ideas sobre la pareja, el amor y la exclusividad de la pareja. Y ello, entre otras cosas, porque el mensaje que transmiten tanto la publicidad como el cine sigue estancado en las mismas ideas: el sacrificio absoluto, las complicaciones y el conflicto de las parejas.

-¿Qué papel deben desempeñar los padres ante este tipo de situaciones?

-Creo que deben acercarse a sus hijos y a estas situaciones desde la confianza y no desde el miedo. Mi primer consejo es que aprendan a utilizar las redes sociales porque solo sabiendo y desde dentro pueden entender y ayudar. Qué mejor forma que acercarte a tu hijo que hacerlo allí donde se pasa todo el día.

-¿Se convierten las redes sociales en un arma de doble filo, puesto que también son las principales fuentes informativas de las que beben los jóvenes?

-Tiene un lado muy negativo y otro muy positivo. Las redes tienen sus riesgos pero como herramienta de comunicación y difusión tiene una gran capacidad de acercarse a los jóvenes.