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PEDRO LUIS GÓMEZ
Viernes, 4 de octubre 2013, 05:19
Utilizar el término 'prisión preventiva' para hablar de las penas que se refieren a una condena, aunque no sea firme, ya es un disparate. Pero mucho más sorprendió a toda la judicatura y al mundo jurídico en general la vehemencia con la que el señor consejero de Justicia de la Junta de Andalucía explicó (defendió más bien sería el término adecuado) por qué su Gobierno no iba a pedir el ingreso en prisión de los condenados a penas de consideración en el caso Malaya. El señor Emilio de Llera quiso impartir una lección de no se sabe bien qué, pero le salió muy mal, porque la impresión que dio era muy negativa ante una sociedad que espera con ansiedad una sentencia ejemplar ante todo lo ocurrido, sin que ello quite la presunción de inocencia, que sabemos a más de uno de los encausados no le llega ni a la altura de los zapatos...
Emilio de Llera vino a Málaga a vanagloriarse de los 600.000 euros que se han gastado en la sala que ha albergado al caso Malaya, del que hoy conoceremos su sentencia, y acabó maltratando a los periodistas, porque venir a vender 'los adelantos tecnológicos' que se habían implatado en la sala no se conjugaba de ninguna manera cuando una periodista le dijo que si era así, por favor, explicara por qué la sentencia no se podría seguir por internet porque no había conexión con wifi, algo que, milagrosamente, se ha 'conseguido' 24 horas después.
El señor consejero de Justicia se podía haber ahorrado su viaje y su rueda de prensa, que no aportó absolutamente nada, salvo esa extraña explicación de por qué la Junta no iba a pedir la ejecución de las penas de cárcel a los condenados con mayores penas en uno de los casos de corrupción más deleznables de la historia de este país, en una ciudad llamada Marbella a la que una serie de impresentables corruptos saquearon ante la impunidad más absoluta de casi todos, incluida la propia administración regional...
Dios quiera que algunos de los que serán condenados a largas penas de cárcel no se fuguen, porque parece que lo están pensando, y ya les digo que lo intentarán. El temor no sólo radica en este asunto, el de la fuga de los condenados, sino en que no es casualidad que Llera haya dicho lo que ha dicho, porque cuentan que en el fondo, y ya es para nota, está el caso de los ERE en Andalucía, donde un buen número de ex consejeros están imputados por la jueza. Osea, no pido cárcel para los condenados en el caso Malaya, por mucho que lo pida y exija una sociedad harta de corrucpción y de mamoneos, porque después me ampararé en la misma explicación para no solicitarla en el caso de que haya futuras sentencias 'más cercanas'...
El señor consejero se podía haber ahorrado también su explicación. Hubiera sido mucho mejor decir que era una decisión de la Fiscalía y del juez, y que la Junta acataría lo que solicitaran. Porque lo conveniente, señor De Llera, es que la Justicia caiga con toda su fuerza sobre los corruptos y los condenados. No lo olvide quien además es fiscal de profesión, por lo que llaman aún más la atención sus declaraciones, sobre todo porque el papel del fiscal es la defensa de la legalidad y está para defender a la víctimas de los delitos (en este caso el pueblo de Marbella). Sin ninguna duda (sic).
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