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TEODORO LEÓN GROSS En twitter: @teoleongross
Lunes, 3 de diciembre 2012, 02:36
La pobre Celia Villalobos ya es como esas viejas cabareteras que, para no caerse del cartel, van haciendo números cada vez más estrambóticos con los que arrancar aplausos al público. Es lo que pasa. En la decadencia hay que subir a las tablas con algo ya muy disparatado para atraer miradas que de otro modo no atraería. Y así es como el sábado le robó los titulares a todos los dirigentes del partido: con un desnudo integral de gracietas brochagordistas sobre todo contra la rectora de la Universidad. La Villalobos conoce las leyes del espectáculo.
Ella disfruta además de un status privilegiado: nadie espera que aporte una idea solvente y ni siquiera que diga la verdad. Solo es una telonera procaz para arrancar risotadas. Así que se despachó inventando que la rectora se ha cargado el prestigio de la Uma. En realidad la Universidad de Málaga ha mejorado estos años, ha crecido, ha multiplicado sus grupos de investigación, su producción científica y sus patentes; y la rectora -una catedrática con cinco sexenios de investigación- peleó el Campus de Excelencia y ahora preside la Conferencia de Rectores. Lo de Villalobos es objetivamente falso, esencialmente ridículo. Marca de la casa.
Va de suyo que la Uma debe mejorar no mucho sino muchísimo. Eso es otra cosa. Pero no se puede recortar a destajo y a la vez denunciar la calidad. Hay una relación directa entre presupuesto y ranking; y por eso España aún va a menos. La clase política engaña a la sociedad sobre esto. Y si la autoridad intelectual es Villalobos, ya resulta de traca. Como retrataba ayer la gran viñeta de Idígoras, es sonrojante el papelón de esta mujer medio iletrada sin título universitario salvo al falsear su curriculum. La Universidad es una meritocracia deficiente, sí, pero su modelo no va a ser la política, que tiende a funcionar como una lameculocracia.
Si algo asombra en todo esto no es el show de Villalobos, sino que su partido, y sobre todo las juventudes, le rían las gracias. Tal vez esos chicos no han pensado que les están desprestigiando sus títulos de la Uma con mentiras. Vaya risa. O a lo peor ya han comprendido que en política el título no importa, puesto que se puede llegar ministra sin estudiar, solo con reírle las gracias a sus mayores. Mala cosa si así va ya la lameculocracia.
Las palabras de Celia Villalobos no merecerían más que desdén, de no ser porque delatan un clima pervertido. Ella parece otro caballo de Troya -léase yegua- desprestigiando la universidad pública para abrir paso a intereses privados. En eso coincide con el alcalde. Y ya es raro atacar a la Uma favoreciendo a la Universidad Católica de Murcia, que es de tercera división. Pero a quién le importa la verdad. Solo son negocios.
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