La huelga de bolis caídos de los policías locales deja al Ayuntamiento sin 15 millones
Los efectivos llevan desde julio anteponiendo la advertencia verbal a las sanciones al conductor en protesta por los recortes del Gobierno y del Ayuntamiento
FRANCISCO JIMÉNEZ pjimenez@diariosur.es
Sábado, 24 de noviembre 2012, 11:35
La rebaja salarial del 5% aprobada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero prendió la mecha, pero luego se sumaron la congelación de ... las nóminas para este año, la supresión de la paga extraordinaria de Navidad decretada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy y, a partir del 1 de enero de 2013, la aplicación del plan de ajuste impulsado por el Ayuntamiento de Málaga que, a cambio de garantizar la estabilidad laboral, mete la tijera en el sueldo de los 6.700 trabajadores del Consistorio y sus empresas municipales. No se tocará el sueldo base, pero sí que se rebajarán en un 10% complementos como las horas extras, productividad, nocturnidad, festividad y turnicidad, de forma que aunque los recortes afectan a la práctica totalidad de los empleados, los que más la van a notar son los policías locales, de ahí que sean los que más ruido están haciendo a la hora de expresar su malestar. Han organizado concentraciones, han boicoteado distintos eventos y están presentes en todos los actos a los que acude el alcalde, pero desde hace meses el grueso de los agentes también está secundando una protesta bastante más silenciosa pero que puede suponer un enorme lastre para las arcas municipales: dejar de poner multas.
A raíz del decreto del Gobierno del pasado mes de julio en el que se estableció la eliminación de la paga de Navidad, buena parte de los policías, con el apoyo explícito de los sindicatos, empezaron a trabajar a reglamento, que no es otra cosa que ceñirse estrictamente a los requerimientos y sancionar solo en los casos en los que no haya más remedio. En septiembre, el plan de ajuste municipal no hizo más que acrecentar esta huelga permanente de bolis caídos que, después de unas semanas de tregua, se vuelve a retomar ahora una vez que no han fructificado las negociaciones mantenidas con el equipo de gobierno para atenuar los efectos del plan de ajuste.
La repercusión de la medida no deja lugar a dudas, con un desplome histórico de las multas de tráfico en la capital. Si en 2010 se impusieron 174.586 denuncias y en 2011 otras 185.794, hasta el pasado mes de octubre las estadísticas de la Policía Local apenas contabilizaban 93.462, lo que equivale a una media de unas 9.000 sanciones al mes frente a las 15.500 que se registraban antes de los recortes, un descenso que va más allá del hecho de que los movimientos de vehículos por la ciudad hayan descendido en torno a un 5% en el último año.
Repercusión en las arcas
Si se mantuviera el ritmo de esta medida de presión, el ejercicio 2012 se cerraría con unas 108.000 infracciones denunciadas. Un total de 77.000 menos que en 2011 que, teniendo en cuenta que la mayoría de las denuncias que se imponen en Málaga son por estacionamientos indebidos que se castigan con 200 euros, supondría que el Ayuntamiento dejaría de recaudar unos 15 millones de euros menos por este concepto.
¿Significa esto que los agentes no están cumpliendo con su cometido? No, según se encarga de remarcar el secretario general de la Unión de Policías Locales y Bomberos (UPLB), Francisco Corpas. «Los servicios que nos encomienden y los requerimientos ciudadanos se están atendiendo sin problemas, pero en lo que se refiere a infracciones de tráfico, se están corrigiendo de manera verbal, salvo en aquellos casos en los que sea imprescindible porque el conductor no esté o porque se trate de una infracción grave», explica el dirigente de la fuerza mayoritaria en el Cuerpo, quien sobre el perjuicio para la hacienda municipal apunta: «Si antes no nos parábamos a pensar en la repercusión económica a la hora de poner multas, ahora tampoco lo hacemos cuando se dejan de poner». En términos similares se expresa su homólogo en el Sindicato Independiente de Policía de Andalucía (Sip-An), Manuel Troyano, al asegurar que «los agentes están cumpliendo plenamente con sus obligaciones, únicamente se les propuso que trabajaran a reglamento hablando con los conductores sin necesidad de sancionar».
Mientras tanto, en el Ayuntamiento se muestran reacios a reconocer abiertamente la huelga de bolis caídos. «Que hay una mayor flexibilidad de los agentes no lo dudo, pero quiero suponer que las multas que se ponen son las que correctamente deben ser puestas; no es que sean más o menos, sino las que corresponden», señala el concejal de Seguridad, Julio Andrade, quien añade: «Nosotros no les decimos a los polícias cuándo tienen que multar porque ellos son perfectamente conscientes de cuándo corresponde una advertencia al conductor y cuándo una sanción».
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