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ELENA DE LOS RÍOS
Martes, 4 de marzo 2014, 00:46
Todas mis amigas están cayendo como moscas. Mientras, no dejo de escuchar: ¿A qué esperas? ¡Se te va a pasar el arroz!. ¿Cómo les explico que no veo claro lo de los niños? No lo veía claro a los 25 y ahora, a los 32, sigo igual o aún más decidida a no tenerlos. Así se sincera Nuria Álvarez, cuya familia reúne tres generaciones en torno a la mesa casi todos los domingos.
Puede que jamás en nuestra historia se hayan producido tantos cambios sociales, tecnológicos, médicos y de cualquier otra índole como en el lapso de tiempo que separa a Nuria de su abuela. También vitales: mientras Asunción, de 78 años, aún se refiere a una mujer como Dios manda si está casada y tiene niños, su hija Concha pasó por la experiencia del divorcio. Al final del árbol genealógico, Nuria ni piensa en el matrimonio. Su lucha tiene que ver con otro enclave supuestamente insoslayable de la hoja de ruta de una mujer: la maternidad. (Más información)
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