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Ana María Pérez.
«Me gustaría que me pidieran disculpas por todo lo que me han hecho pasar»

«Me gustaría que me pidieran disculpas por todo lo que me han hecho pasar»

Tras darle la razón el juez en su reclamación de la multa que le impusieron por ir en silla de ruedas en sentido contrario, Ana Pérez espera una disculpa del Ayuntamiento de Benahavís

Mónica Pérez

Jueves, 1 de diciembre 2016, 00:54

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Ya con la sentencia en la mano de un juzgado dándole la razón y declarando nula la multa de hasta 500 euros que le impuso la Policía Local de Benahavís por circular hace un año por una calle del municipio con su silla de ruedas eléctrica tipo scooter en sentido contrario al permitido para los vehículos, Ana María Pérez, meditó ayer durante horas si daba la cara y explicaba ante los medios de comunicación que su lucha ha tenido sentido. A media mañana y en pleno centro de Fuengirola, donde reside actualmente, comparecía para anunciar públicamente que tras 16 meses de calvario se ha hecho justicia». Dice estar contenta y satisfecha «después de todo este tiempo que hemos estado a la espera y con la incertidumbre. Estoy que no me lo puedo ni creer». Lanzó un mensaje a las administraciones para que tengan en cuenta las «dificultades» que a diario encuentran a su paso las personas con movilidad reducida. «A las personas con discapacidad que ya lo tenemos difícil, pido que no nos lo pongan más difícil». Ahora, con la satisfacción del deber cumplido y de ver reparada lo que ella ha venido calificando como «una injusticia» solo espera, asegura, una disculpa de quienes han mantenido hasta el último minuto que cometió una infracción, es decir, la Policía Local de Benahavís y el propio Consistorio de la localidad. «Ya me gustaría que el Ayuntamiento se hubiera puesto en contacto conmigo. Lo hizo una vez, al principio, pero no ha sido público, Ahora me gustaría que se comunicaran conmigo y me pidieran disculpas por todo lo que me han hecho pasar, porque esto ha sido una injusticia».

Ana María, acompañada por su marido, recordaba ayer que tras una primera reclamación ante el Patronato Provincial de Recaudación, logró una rebaja de la multa de 500 a 200 euros. «Me pusieron 500 y luego bajaron a 200 pero con un argumento totalmente distinto al inicial, no con la misma versión del principio».

En esta lucha de 16 meses ha sido fundamental, sostiene, el apoyo de su familia, especialmente su hijo y su marido, así como de los medios de comunicación. «Lo he pasado bastante mal. Ayer mismo le dije a mi hijo que no quería más medios, pero hoy he decidido que ¿cómo que no? Tengo que contar lo que ha pasado. Esto tiene que salir a la luz, pero contenta de que la cosa haya terminado como tenía que terminar».

La sentencia del juzgado de lo Contencioso -Administrativo número 5 de Málaga, como contaba este periódico en su edición de ayer, ha terminado dando la razón a Ana María Pérez y declarando nula la sanción impuesta al estimar que la denunciada tiene la consideración de peatón y que, por tanto, «no está acreditado que a los peatones, en concreto en el tramo de calle donde fue interceptada por los agentes, les sea aplicable la prohibición de andar en sentido contrario a la circulación de vehículos», que es el argumento en el que se centró la sanción. Igualmente se hace constar que «no cabe discusión que la recurrente no podría circular por la acera a la vista de la fotografía unida al informe policial (en el que se hace constar la estrechez del acerado), por lo que, como cualquier peatón, podía ir por la calzada».

«No tenía otra opción»

«Yo soy un peatón. Está claro que con estos acerados y esta carretera que hay en Fuengirola por supuesto que no voy a ir por la carretera, porque estoy exponiendo mi vida. Sin embargo, allí (Benahavís) es que no tenía otra opción. Ninguna de las calles están adaptadas. Entonces ¿qué hago, vuelo? No tenía otra. Es algo que no debería haberse multado en ningún momento, pero ha pasado y aquí estoy yo, para contarlo», celebraba ayer.

Su marido, José Linares, destacó la labor y el apoyo de su hijo en este asunto. Al escuchar la sentencia del juez, relata, lo tuvo claro. «Me acordé de tantas personas como hay con discapacidad, que no pueden tampoco circular con normalidad por todas las calles, y también de que esta multa no debió ponerse nunca. Ella siempre ha bajado por allí, y nunca ha pasado nada. No sé ahora por qué sí». Ahora esperan que casos como el suyo no se vuelvan a repetir.

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