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«Piensas que controlas, pero las drogas te alejan de todo y anulan por completo»

«Piensas que controlas, pero las drogas te alejan de todo y anulan por completo»

Cuatro pacientes que han terminado su tratamiento para superar distintas adicciones en el centro privado Monte Alminara cuentan sus experiencias

Eugenio Cabezas

Domingo, 6 de marzo 2016, 15:19

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«Piensas que controlas, que no estás enganchado, que tú decides cuándo consumes, pero en realidad las drogas te alejan de todo y te anulan por completo». Con estas palabras resumía ayer su experiencia vital Iván, un melillense de 36 años que ha pasado los tres últimos meses internado en el centro privado de tratamiento de adicciones Monte Alminara, situado en Moclinejo. Como él, otros tres exadictos celebraron su «ceremonia de graduación», como les gusta llamarla a los responsables de unas instalaciones que se inauguraron en 2009.

En estos seis años, alrededor de medio millar de toxicómanos, adictos a distintas sustancias, aunque en su gran mayoría son el alcohol, la cocaína y la marihuana, han pasado por este centro terapéutico, que acaba de poner en marcha además una unidad específica para el tratamiento de la adicción a las nuevas tecnologías, y que también es pionero en la provincia por ofrecer atención bilingüe para pacientes extranjeros.

Iván empezó a consumir cocaína a los 19 años, «con los amigos, saliendo de marcha, como hacen tantos», explicó. Poco a poco la adicción fue creciendo, y aunque no perdió el trabajo, al cabo de diez años sus padres y hermanos se dieron cuenta de que algo no iba bien en su vida. «Lo escondía muy bien, consumía sólo, en casa o con amigos, no mezclaba con alcohol, pero llegué a necesitar hasta 120 euros al día», confesó este empleado en una empresa de servicios en la ciudad autónoma de Melilla.

Manuel, un motrileño de 32 años, ha estado ya en tres centros internado para superar su adicción a la cocaína y al alcohol. «Primero estuve en uno con 22 años, pero aquello no funcionó. Luego me fui a La Legión, estuve cinco años de legionario en el campamento de Viator, pero seguí consumiendo. Después me llevaron a Barcelona, y volví a recaer. Ha sido gracias a mis padres y a mi novia, María, cuando decidí que esto se tenía que acabar», relató el joven granadino, que trabaja en una carnicería familiar en su localidad natal.

«Gastaba 120 euros diarios»

«Llegó un punto en que ella me dijo que o las drogas o ella, que tenía que cambiar, y así hice», continuó Manuel, quien dijo que se siente «un hombre nuevo». «Quiero ser una persona normal, no estar dependiendo todo el día de la cocaína. Me levantaba un lunes y decía, ya lo dejo, no consumo más, pero luego conforme avanzaba la semana iba comprando. Me llegué a gastar hasta 120 euros diarios», detalló el joven motrileño.

El testimonio de Carlos nombre ficticio, un joven de 22 años, vecino de Vera (Almería), es aún más doloroso, ya que su adicción a la marihuana, el alcohol y las apuestas por internet le habían hecho «perder por completo la noción de la realidad». «Vivía en un mundo irreal, tenía amigos a los que dejé de ver, me recluí en mi mismo», aseguró el joven, que estudia un ciclo formativo de Administración y Finanzas. «Ahora me siento una persona nueva. No comprendo cómo los chavales pueden empezar tan pronto a beber y emborracharse, las drogas no traen nada bueno».

Juan Ramón, un jiennense de 53 años, casado y padre de dos hijas, sabe muy bien lo duro que es superar la adicción a una droga legal como es el alcohol. «Empecé a beber de adolescente, y he llegado a estar 16 horas trabajando en la hostelería y bebiendo, hasta que llegó un momento en que me echaron», dijo. «Mis hijas me escondían las botellas en casa para que no siguiera bebiendo», añadió.

Nuria García, la directora del Centro Monte Alminara, y Juan José Soriano, el director terapéutico, felicitaron a estos cuatro «valientes», a los que desearon «lo mejor» en un acto al que acudieron familiares y amigos.

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