La colaboración con Marruecos, un logro que acaba con la impunidad de las redes

«Las policías de España y Marruecos trabajamos juntas, espalda con espalda», dijeron estas fuentes, que resaltaron que ahora los implicados en estas mafias saben que van a ser perseguidos incluso aunque sean, como Evo Rabel, personas destacadas de la vida social. «Ven que a la gente que tienen en un pedestal también les apresan», dijeron estas fuentes.

La Policía española, que mantiene una comisaría conjunta con Marruecos en Tánger, ha recorrido un largo camino de colaboración con sus homólogos alauís, no exento de dificultades. Entre ellas, hacerles ver que aunque los inimgrantes salgan de su país el problema, el núcleo duro de las mafias, lo tienen en su territorio.

Ha sido, reconocían estas fuentes, un «trabajo muy delicado» que culminará cuando los tres allí detenidos, todos ellos de nacionalidad nigeriana, sean entregados a España en virtud de la orden de extradición cursada.

La mafia nigeriana, según estas fuentes, estaba asentada entre Tánger y Rabat pero tenía «tentáculos muy largos» que se extendían desde su país de origen, donde operaban las redes de captación que, en diferentes zonas de un país de 175 millones de habitantes ofrecían el sueño europeo, no sólo hasta Marruecos, sino hasta España y otros países donde trasladaban a las mujeres, que mantenían bajo su control como víctimas de trata.

La fuente consultada no puede calcular cuántas personas han sido transportadas por esta red de traficantes de personas en los nueve años que acumulan de actividad. Ni mucho menos las que no lo han conseguido y han perdido la vida en el intento.