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H. SIMÓN
Sábado, 21 de noviembre 2009, 03:11
Los conductores irán uniformados, no podrán hacer uso del látigo para golpear a los animales y los vehículos dispondrán de un mecanismo de recogida de excrementos. Estas son algunas de las novedades que presenta la nueva ordenanza municipal para la regulación del transporte de viajeros en coches de caballos en la ciudad elaborada por el Ayuntamiento de Marbella.
La normativa, que cuenta ya con el visto bueno de la Junta de Gobierno Local y se llevará a pleno para su aprobación inicial, actualizará a la que se encuentra actualmente en vigor, que data de 1994 y que no regula cuestiones como el trato a los animales o la protección al consumidor, según explicó ayer la delegada de Transporte, Francisca Caracuel. La edil destacó que la nueva ordenanza, consensuada con la Asociación de Coches de Caballo del Trapiche, «de garantizar el derecho a un mejor servicio a los usuarios y dota de seguridad jurídica a los conductores y titulares de las licencias».
Entre los aspectos novedosos de la normativa se encuentra la obligación de incorporar a los vehículos un sistema de recogida de excrementos utilizado durante la circulación de los coches de caballos y también cuando estos se encuentren en las paradas. Técnicos municipales estudian el mecanismo más adecuado con el objetivo de que esté activo de cara al próximo verano.
La ordenanza contempla además cuestiones como el uso de uniforme para todos los conductores, cuyo diseño ya ha sido acordado, así como la restricción del uso del látigo, que queda limitado al chasquido en el aire para dirigir al coche de caballos pero sin castigar al animal.
Sanciones más duras
El equipo de Gobierno ha regulado además el régimen de sanciones, endureciendo las mismas respecto a la normativa anterior, según apuntó Caracuel. Las faltas leves, entre las que se incluyen el descuido de la limpieza de la parada o la falta de uniforme, acarrearán una multa de hasta 150 euros o la retirada de licencia durante 15 días. Las faltas graves, que incluyen el maltrato del caballo o no hacer uso del sistema de recogida de excrementos, se sancionarán con una suspensión de uno a seis meses y una multa de 151 a 900 euros. En la actual ordenanza representa la retirada de licencia de 15 días a seis meses.
Por últimos, las faltas muy graves, como la conducción en estado de embriaguez o no disponer de la póliza de seguro que garantiza la integridad de los usuarios, hasta ahora suponen la suspensión de la licencia hasta un año o la retirada definitiva. Con la nueva ordenanza, según señaló la edil de Transporte, la sanción que se impondrá será la suspensión del permiso municipal entre uno y dos años y una multa de hasta 2.000 euros o la retirada definitiva de la licencia.
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