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El genio catalán da forma a 'El segador' a lomos de una escalera -el mural medía 5,50x3,65 metros-, y de él solo se conservan un puñado de fotografías en blanco y negro. R.C.
Pintado en la arena

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Lugares imposibles ·

La monumental obra de Joan Miró 'El segador' desapareció para siempre en 1937

óscar beltrán de otálora

Domingo, 30 de agosto 2020, 00:02

Hay un cuadro que puede ser un lugar imposible. Se titula 'El segador', lo pintó Joan Miró y desapareció en 1937. Se perdió en el caos de la Guerra Civil y de él solo quedan antiguas fotografías. Fue un cuadro sin suerte. Se expuso junto al 'Guernica' de Picasso y la potencia de este colosal mural le opacó. Pero quizás se pueda imaginar un final alternativo para esta obra, con la ayuda del maestro Ray Bradbury.

Miró realizó 'El segador' para el Pabellón de la República en la Exposición Internacional de París de 1937. Para entonces, el genio catalán se había retirado a la capital francesa huyendo de la brutalidad de la contienda civil española. Aunque no era un artista 'político', no dudó en colaborar con el Gobierno legítimo.

Su obra para la Expo era un mural de 5,50x3,65 metros pintado sobre seis paneles de material aislante. Representaba a un payés con barretina que en una de sus manos empuñaba una hoz. El artista insistió en numerosas ocasiones en que este instrumento no tenía una significación comunista; que era simplemente una herramienta agrícola que, llegado el caso, podría utilizarse como arma defensiva. 'Els Segadors', que ya era el himno de Cataluña, hacía referencia precisamente a ese uso de la hoz.

Expo de París

  • Opacado por Picasso. Miró pintó 'El Segador' para el Pabellón de la República en la Exposición Internacional de París de 1937, que exhibió también el 'Guernica'.

  • 1960 Bradbury escribe ese año el cuento picassiano titulado 'En una estación de buen tiempo'.

En el plano artístico, 'El segador' no podía competir con el 'Guernica'. Sin embargo, las autoridades de la República no estaban satisfechas con ninguno de los dos cuadros, en especial con el del pintor malagueño. Algunos defendieron incluso retirar el cuadro sobre el bombardeo de la localidad vizcaína por considerarlo «ridículo». La visión de Picasso era demasiado adelantada para su época, del tal manera que solo el círculo de la intelectualidad pudo entenderle.

Pero la República lo que quería era arte proletario, directo, figurativo. En ese ambiente, no es de extrañar que el mural de Miró desapareciera. Algunos investigadores sostienen que pudo perderse en Valencia, donde se encontraba la sede del Gobierno de la tricolor. Tampoco se descarta que desapareciera junto con el pabellón español, Lo cierto es que nunca más se supo de 'El segador'.

En una playa mallorquina

Cuando la Guerra Civil terminó, estalló la Segunda Guerra Mundial. Miró, que se había refugiado en Francia, optó por regresar a España ante el avance de las tropas alemanas. Se retiró a Mallorca, donde las autoridades franquistas le dejaron tranquilo. Allí improvisa. Se dedica a «ir a la playa a hacer grafismos con una caña sobre la arena, dibujar con el chorro de orina sobre la tierra seca (...) Y todo esto, que se lo lleve después el viento, el agua», contó años más tarde.

Y aquí aparece la figura de Ray Bradbury. En 1960, el celebrado autor de 'Fahrenheit 451' o 'Crónicas marcianas' publica 'En una estación de buen tiempo'. Es la historia de un fan de Miró que se lo cruza en una playa. Le sigue en silencio y le ve pintar un gran mural sobre la arena. Atónito, asiste a la desaparición de esa obra bajo las olas. 'El segador' fue víctima de la marea de la Historia. Tal vez, si Miró lo recreó en la playa, se fue con la espuma.

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