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ANTONIO JAVIER LÓPEZ
Martes, 25 de marzo 2014, 08:48
Le apetece a Maribel Verdú hacer la entrevista en la terraza del AC Málaga Palacio, aprovechar la última hora de una mañana como una promesa cumplida de la primavera. Verdú (Madrid, 1970) acude al certamen a recoger el Premio Málaga SUR a toda su trayectoria y, entre las poses al fotógrafo y las bromas con su equipo, se interesa por el rostro desencajado del entrevistador. Tiene miedo a las alturas. Ella le coge de la mano y le conduce afuera mientras le dice, casi al oído: «No te preocupes, tú mírame sólo a mí». Así que empezamos.
-Ocho nominaciones y dos Premios Goya, tres Fotogramas de Plata, un Ondas... y le faltaba un galardón del Festival de Málaga. ¿Qué sensaciones le deja este Premio Málaga SUR?
-Estoy emocionada, pero como no se pueden imaginar, muy nerviosa y encantada, porque es verdad que a Málaga he traído muchas películas y llevo viniendo desde hace muchos años, pero no me habían dado ningún premio y, de repente, que me den el Premio Málaga SUR me hace mucha ilusión, sobre todo por ver sus predecesores, que es gente a la que admiro profundamente y que forma parte de esto. ¡Estoy, de verdad, que no os podéis imaginar!
-Recibe una distinción por toda su carrera con apenas 43 años, si bien lleva dos tercios de su vida actuando. ¿Siente que ha dejado muchas cosas por el camino para dedicarse a su vocación de actriz?
-No, en absoluto. Creo que esa intuición primera, cuando yo empecé y me dijo 'Esto es a lo que te tienes que dedicar, esto es lo que quieres hacer' sigue siendo vigente. He tenido la suerte, dentro de esta profesión, de conocer a la mejor gente de mi vida, esta profesión me ha hecho vivir la vida con más intensidad, me ha hecho ser mejor persona, me ha hecho, de alguna forma, entender a diferentes tipos de personas, porque de verdad el trabajo de actor hace que puedas entender a cualquier persona en cualquier situación, porque te toca representarlo y sintonizar con ello. Esta profesión consigue que la vida sea más vida y luego, lo que aporta a la cultura y a la vida de las personas.
El adiós a un personaje
-Ya que habla de sus personajes, ¿ha habido alguno del que le haya costado despedirse?
-(Piensa varios segundos) A ver... me costó mucho despedirme no tanto del personaje, sino de lo que supuso, cuando hicimos 'Un dios salvaje' en teatro estuvimos un año y diez meses de gira. Creo que es la primera vez en mi vida que cuando terminé el trabajo tuve una depresión... Bueno, vamos a ver, depresión no, eso son palabras mayores. Yo soy una persona muy enérgica, no me ando con tonterías y cuando tengo un problema no me meto en él sin salir de ahí, sino que cuando tengo un problema lo dejo de lado, intento pisarlo y poder sobre él y si me veo triste, salgo a la calle, me voy al Retiro, compro flores, no sé... Ahí estaba mal... ¡Y mira que me gusta mi trabajo!
-Parece conservar la misma pasión que aquella chica de 14 años que tuvo que ponerse crema de yogur durante varias semanas porque había vuelto demasiado morena de sus vacaciones de verano y peligraba su primer papel en el cine para 'El crimen del capitán Sánchez' con Vicente Aranda.
-¡Ahora me echo otras cremas! (ríe) ¡Para quitar las arrugas, los correctores y las reafirmantes! (sigue riendo). Pero creo que de esa niña queda esa pasión, sí, porque ahora por ejemplo se está repitiendo con la gira teatral de 'Los hijos de Kennedy' eso que vivimos con 'Un dios salvaje': el entusiasmo, la energía, la espontaneidad... Eso no lo he perdido y espero no perderlo nunca. Y no se trata de decir '¡Ay, que bien, qué feliz soy!' A mí me pasan muchas cosas y me afecta mucho la tristeza de la gente a mi alrededor, pero intento bañarlo de energía positiva y de vitalidad y ánimo. Hay que tirar para adelante. Me gusta ser apoyo de la gente que está un poco más apagada. Todo el mundo dice que mantengo esa cosa de hermana mayor que siempre he sido.
-Ya con esos 14 años había leído a Unamuno o Capote, luego ha contado que es que es «muy poco de Valle-Inclán, pero muy de Galdós».
-(Antes de la pregunta) Y lo sigo prefiriendo... Soy muy de Galdós.
-¿Cree que ya tenemos bastante esperpento encima?
-¡Eso es! (ríe) Además, es que soy mucho más de Galdós que de Valle-Inclán... Ya estamos bastante rodeados de esperpento y Benito (Perez-Galdós) para mí es el más grande.
-Por seguir tirando del hilo de Galdós, en estos 'Episodios nacionales' que vivimos parece que el cine y el teatro español no tienen demasiado buen cartel en determinados sectores, ¿cree que se trata de prejuicios interesados?
-(Da un pequeño salto en la silla) ¿Sabes lo que pasa, de lo que me he dado cuenta? Cuanto ríes mucho, cuando vives la vida apasionadamente... uno tiende a prejuzgar, porque es la naturaleza del ser humano y me doy cuenta de que es lo que más te priva de gozar en el mundo: ponerte vendas en los ojos hace tanto daño y te llevas cada palo...
La venda en los ojos
-¿Le quitaría esa banda a alguien de los que toman decisiones que afectan al mundo de la cultura?
-(Con una media sonrisa) Se la quitaría a mucha gente, sí... Hay mucha gente que necesita quitarse vendas de los ojos y estar más abierta a todo... (con otra media sonrisa).
-Como actriz, pero también como empresaria teatral, ¿teme más a la piratería o al IVA en el 21%?
-Al IVA, sin duda alguna, es lo que nos está haciendo de verdad más daño.
-¿Confía en la bajada del IVA cultural anunciada por el Gobierno?
-¿Ya, no? ¿Para cuándo? Que no se quede ese anuncio en el aire. Esperemos que no se quede en palabras huecas, porque la cosa está... (Se queda pensativa)
-Miremos entonces al futuro. En el Festival de Málaga presentó el año pasado '15 años y un día' de Gracia Querejeta, que obtuvo cuatro premios en Málaga y siete nominaciones a los Goya, entre ellas la suya. Ha anunciado que tiene previsto volver a trabajar con ella en 'Felices 140'. ¿En qué punto se encuentra el proyecto?
-¡Empezamos el 23 de junio en Tenerife! ¡Ya tenemos fecha de inicio!
-¿Lo de 140 no tiene nada que ver con las redes sociales, supongo?
-(Con cara de extrañeza) No... ¿por qué?
-Se lo preguntaba porque 140 es el número máximo de caracteres en un mensaje en Twitter...
-¡Ah..! No, no... Yo no soy de Twitter y el Facebook lo tengo súper cerrado, pero sí soy de Instagram. ¡Ay, ponlo, que me hace mucha ilusión y empecé estas navidades! Soy maribelverdu, tal cual.
-Hecho (http://instagram.com/maribelverdu).
-¡Genial! Es que me encanta compartir libros que descubro, exposiciones a las que voy... y ahora con la gira, pues fotos en los teatros... no sé, compartir mis gustos y mis vivencias con la gente. Además, es muy bonito ver el apoyo de la gente, ver que te siguen... Me hace mucha ilusión.
Acaba el tiempo estipulado para la entrevista. Maribel Verdú se levanta de un salto, rodea la mesa, ayuda al entrevistador a levantarse y le va contando quién ha diseñado el traje, la camisa, los zapatos, las joyas que lleva. «Da igual lo que te cuente, sé que luego no te vas a acordar...». Cuando termina de hablar, ambos están en tierra firme. Ella tenía razón: todo ha ido bien y no queda ni un nombre en la memoria.
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