La ruta senderista de los neveros, un desafío para los excursionistas
El trazado entre Canillas de Aceituno y La Maroma protagoniza mañana la nueva entrega del coleccionable de SUR por sólo 0,49 euros
JAVIER ALMELLONES
Jueves, 26 de diciembre 2013, 13:28
Uno de los ascensos más conocidos por los montañeros y senderistas de Andalucía es la subida a La Maroma desde Canillas de Aceituno. Su dureza y su variedad de paisajes la convierten en una cita obligada para muchos amantes del camino de montaña.
También denominada ruta de los neveros, parte de este pueblo de la Axarquía, justo en el corazón de su casco urbano. Entre el Ayuntamiento y una fuente que no para de manar agua ni con la sequía más pertinaz, se encuentra el inicio del camino, donde también se le rinde tributo con un busto al cantaor local Antonio de Canillas. Los primeros metros discurren por las calles angostas y empinadas del pueblos, las que una vez fueron una población andalusí. Fachadas impolutas y coloridas macetas acompañan en esos primeros metros por cuestas bastante empinadas.
Este itinerario es el mismo que se usó durante muchos años para recoger hielo con la ayuda de burros y mulos.
Por este camino se llega al paraje conocido como La Rábita, una gruta que tiene un encanto especial, casi mágico, que ha dado origen a numerosas leyendas, como aquella que asegura que allí están enterrados dos príncipes moriscos.
Según esta creencia popular, en este enclave, situado a unos mil trescientos metros de altitud, se reunían los santones y caudillos árabes antes de comenzar cualquier batalla. Lo que sí es seguro es que se trata de uno de los rincones naturales más hermosos de Sierra Tejeda, gracias a la combinación de la vegetación con las formas rocosas. Además, desde allí se aprecia un paisaje espléndido, en el que sobresalen el pantano de la Viñuela, el mar y los distintos pueblos axárquicos que se alcanzan a ver.
Esas vistas estarán presentes casi todo el ascenso, que apenas deja la posibilidad de recuperar con tramos llanos. Desde La Rábita, esperan al menos tres horas de duro ascenso, que puede ser más complejo si hay nieve. En ese caso, se recomienda ir con ropa y calzados adecuados para ello.
En los últimos metros la vegetación se va dispersando hasta ser prácticamente inexistente. Así se llega a un auténtico pedregal en el que resulta complicado seguir los hitos de piedra que señalan el camino más sencillo para subir. Por esta senda, se pasa junto al famoso nevero que da nombre a este itinerario. Mañana, nueva entrega del coleccionable de SUR por sólo 0,49 euros con el periódico.
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