Bravoliva se reinventa para salir a nuevos mercados

El sector del aceite de oliva se caracteriza por una gran atomización de la oferta y una demanda tremendamente concentrada. Los grandes compradores, que son los que dominan el mercado mundial, representan apenas un cinco por ciento de la oferta total. Esto significa que conseguir hacerse un hueco en el mercado, sobre todo para las muchas almazaras que existen en la provincia, resulte una tarea bastante difícil. La situación se complica aún más cuando lo que se persigue es destinar parte de la producción a la exportación, aumentar el volumen de ventas de aceite envasado, que es el que se vende a a mayor valor, y reducir la cantidad que sale a granel, que apenas deja para cubrir gastos.

Con este objetivo, la joven empresa Bravoliva S. L., creada en 1999 en Ardales por la familia de Francisco Bravo Sánchez y María José Caravante Moral, y de la que forman parte también Dolores, Concepción, Francisco, María José y Rafael Bravo Caravante, que apostó desde un primer momento por la producción de aceite de oliva virgen extra de calidad, está llevando a cabo un profundo proceso de renovación que tiene como finalidad lograr un crecimiento en la facturación de un 20 por ciento a través del mercado exterior. Toda una meta, teniendo en cuenta que la firma malagueña factura sólo 500.000 euros al año gracias únicamente a sus ventas en el mercado nacional.

«La única posibilidad de crecer es apostar de manera decidida por la exportación», explica la directora general de Bravoliva, María José Bravo Caravante, una ingeniero técnico industrial que se inició en el sector oleícola, al igual que el resto de la familia, cuando se creó la empresa empezando de cero. «Mis padres tenían actividades agrícolas y tenían que llevar las aceitunas a otros pueblos. En Ardales no había almazara y pensaron en poner en marcha esta iniciativa empresarial, en un momento en el que yo estaba terminando la carrera», señala Bravo.

Con personal formado en las áreas de maestro de almazara, auxiliares de laboratorio de almazara y gestión de empresas, Bravoliva ha tenido claro desde un primer momento que su apuesta tenía que ser la calidad. «Era y es nuestra forma de diferenciarnos de las demás almazaras», declara la directora de la firma.

Calidad

La empresa, que comercializa su producto con la marca Aceites Ardales, ha sido galardonada en tres ocasiones con el premio al 'Mejor Aceite de Oliva Virgen Extra de la Provincia de Málaga', que concede la Diputación, en las campañas 2003-2004, 2007-2008 y 2008-2009.

Su apuesta por la calidad ha permitido a Bravoliva introducir Aceites Ardales en numerosas tiendas gourmet, donde lo que prima sobre todo es la calidad y el diseño.

No obstante, el reto ahora está en salir al exterior. En la actualidad, la mitad del aceite envasado que vende la empresa es en la misma fábrica. La firma muele en una campaña considerada normal en torno a 1.500.000 kilos de aceitunas de las variedades hojiblanca, manzanilla y picuda, mezcla que le da al producto un color verde dorado y un sabor particulares. La producción actual de aceite ronda los 200.000 euros. De esta cantidad, en torno a unos 100.000 se venden envasados. La otra mitad es a granel.

Nuevos formatos

Para tratar de aumentar las ventas de aceite virgen extra envasado, Bravoliva no sólo ha cambiado su imagen corporativa, sino que además ha creado un nuevo formato de envases para el comercio exterior, innovador, atractivo y fácilmente identificable. «El mercado en España está saturado, de ahí que el objetivo sea exportar parte de la producción», insiste María José Bravo.

Fue una misión comercial de la Cámara de Comercio de Málaga a Japón, en la que participó Bravoliva, la que abrió lo ojos de esta pequeña empresa malagueña. «Nos dimos cuenta de que la única salida posible es la exportación y en ello estamos», señaló Bravo.

El paso siguiente consistió en la elaboración de un plan de diagnóstico en colaboración con la Junta de Andalucía para conocer si la empresa estaba o no preparada para la internacionalización.

Camino

Con ese plan de ruta, Bravoliva inició un largo camino que se ha alargado casi dos años hasta la elaboración de la nueva imagen corporativa de la sociedad y el diseño de los nuevos envases con el objetivo de conquistar nuevos mercados en el exterior, manteniendo inalterable su apuesta inicial por la máxima calidad del producto porque es lo que va a dar valor añadido al producto.

Según María José Bravo, Aceites de Ardales se obtiene de un fruto sano y recogido del árbol en el momento óptimo de maduración, «lo que permite conseguir la mayor carga de aromas y sabores posibles».

Asimismo, explica que el cuidado proceso de selección de la materia prima y su especial elaboración, confieren al producto que elabora Bravoliva «un aroma único que le caracteriza», afirma la directora de esta empresa familiar.