«Tocar jazz como se hacía en los 40 es como pintar un cuadro ya pintado»
«Hoy en día se trata simplemente de aguantar, de no caer», reflexiona el pianista, que hoy inaugura El Portón del Jazz de Alhaurín Chano Domínguez Pianista
REGINA SOTORRÍO
Domingo, 7 de julio 2013, 19:26
Mientras habla por teléfono solo ve «verde por todos lados». Está en su refugio de la provincia de Barcelona, con el Montenegre a un lado y el Montseny al otro. «Soy músico. Prefiero no molestar a nadie y que nadie me moleste», explica Chano Domínguez. Allí nace lo que después, tal día como hoy, llevará al directo. El ecléctico pianista, representante de la alianza del jazz y el flamenco, abre esta noche El Portón del Jazz de Alhaurín de la Torre (22.30 horas). Arrancará el concierto con su último trabajo, 'Flamenco Sketches', pero avisa: «se escucharán algunas cosas que no se han oído nunca».
-Es el vivo ejemplo de la fusión del flamenco y el jazz. ¿Tanto comparten ambos géneros que parecen tan distantes?
-En mi caso no son distantes. Quizás yo soy un caso un tanto extraño. Nací en Cádiz, alrededor de la cuna del flamenco y en contacto con eso desde muy pequeño, pero siempre tuve la inquietud de aprender este lenguaje universal, que es el de la improvisación a través de las estructuras y las formas musicales del jazz. Eso produce esta extraña confluencia entre dos lenguajes que, si conoces bien, puedes entrelazarlos.
-¿Se siente una 'rara avis' en la música?
-Me siento muy afortunado por haber nacido y haber tenido la crianza musical que he tenido. Eso me permite brillar con luz propia, estar en el mundo de la música improvisada con algo que explicar diferente a lo que explican otros.
-Hace unos meses reeditaron las coplas que grabó con Martirio en los 90. ¿Costó que les entendieran?
-Ese repertorio me parece maravilloso porque unía a los poetas y los escritores con los músicos, con los pintores... había un trasiego de diferentes disciplinas. Lo malo es que se tomó como referencia de la época negra del franquismo. Por eso nuestro disco resultó chocante, pero después ha habido tantas versiones de las grandes canciones de la copla inspiradas en lo que nosotros hicimos... que eso ha sido la mejor ratificación de que fue algo muy atrevido que estaba muy bien. Le quitamos ese halo de antigüedad.
«Como la música clásica»
-Si Miles Davis levantara la cabeza, ¿le gustaría lo que se hace hoy día?
-No lo sé. Miles era un músico y una persona muy exigente. Él mismo iba saltando de un estilo a otro buscando siempre renovar y encontrar una manera diferente de expresar lo que quería decir. El jazz es ya como la música clásica o el Barroco. Son músicas que se hicieron en un momento y de la que mucha gente hemos aprendido, pero hoy en día tocar el bebop como se hacía en los años 40 es como volver a pintar un cuadro ya pintado. Hay que aprender de todo ese bagaje y hacerlo tuyo a través de nuevas ideas.
-Hay que ir hacia delante y no mirar tanto atrás...
-Soy bastante ecléctico, me muevo en diferentes rangos y me gusta que sea así. Me encanta la música y si yo veo un proyecto que me gusta, voy a él. Da igual si es con Martirio, con el New Flamenco Sound o es el 'Flamenco Sketches', mi último disco con el que hemos sido nominados a los Grammy.
-Para eso hace falta valor...
-Y confianza en uno mismo, en saber qué quieres y cómo lo quieres decir. Y eso te habilita para tener ese discurso.
-¿Y qué pensaría Miles Davis de 'Flamenco Sketches'?
-Creo que no le desagradaría, pero no sé si le gustaría. Realmente nosotros tocamos un 'Flamenco Sketches' que bien poco tiene que ver con el que tocaba Miles. Lo hemos llevado a un terreno bastante personal y le hemos dado una impronta diferente, aunque conserva las claves más importantes de la música de Miles: la libertad musical total y el tratar de crear algo nuevo cada vez que lo toques.
-¿Un músico de jazz siempre es mejor con los años?
-En cualquier disciplina los años te van dando experiencia. Haber subido al escenario durante 35 años, haberlo compartido con músicos muy diferentes, es enriquecedor. Todo te ayuda a encontrar el lenguaje que vas construyendo.
-¿Se siente mejor que nunca?
-Por supuesto que sí. Creo que estoy en un momento de madurez personal y musical. Eso me lleva a tomar decisiones dentro de una conciencia más fuerte que la que podía tener hace 20 años.
Nuevas generaciones
-En Málaga hay una nueva generación que apuesta por el jazz con muchas ganas. Parece que hay relevo.
-Especialmente en Málaga. Gente como Ernesto Aurignac, Enrique Oliver y otros muchos le han dado mucho color a la ciudad musicalmente. Han ayudado a promover este lenguaje en Andalucía, están haciendo un trabajo muy interesante.
-Tal y como están las cosas, ¿solo sobreviven los músicos que se han labrado una carrera fuera?
-Yo le doy gracias a la vida por permitirme vivir del trabajo que hago, este es un privilegio que no hay precio para pagarlo. Pero sé que las cosas están muy difíciles. Hoy en día se trata simplemente de aguantar, de no caer.
-Se trata de sobrevivir.
-Totalmente. Nos han apretado tanto, tanto... que se está en ese punto. Hay una política muy equivocada que nos está abocando a todos a situaciones extremas. Lo que ocurre en este país es muy fuerte. Lo están hundiendo, nos están haciendo una guerra económica increíble.
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