Son animales «nobles, fuertes y con una gran destreza»

Los defensores de las vacas y toros de la raza Castellana Axárquica destacan de este animal su nobleza, su gran belleza, su destreza y fuerza bruta. «El toro siempre es más bronco que la vaca, pero es dócil y fácil de domar, mucho más que los de cualquier otra raza, hasta el punto de que aquí no tenemos la costumbre de castrarlos, precisamente porque son más nobles», señala Antonio Molina, que posee en la actualidad tres cabezas y que asegura que aprenden de manera bastante rápida. «En un animal que llega a pesar hasta los 1.400 kilos, la obediencia es algo que se aprecia bastante. Ver un toro de esta envergadura es algo impresionante», afirma este ganadero veleño. Molina señala asimismo que, aunque no son rápidos, tienen una fuerza bruta tremenda, de ahí que siempre haya sido utilizado para las tareas en el campo.

Otro ejemplo de la nobleza y docilidad de estos toros, según el punto de vista de Jorge Padilla, radica en el hecho de que ningún ganadero tiene la costumbre de colocar narigones a los toros para domarlos y controlarlos.

Coloración

Antonio Cuesta destaca asimismo el gran tamaño de estos animales, ya que alcanzan los 1,80 metros hasta la cruz. «Además, en contra de otras razas como la pajuna, tienen un pelo de una coloración bastante heterogénea, ya que van desde el negro al castaño claro, castaño bragado o calcetero, amen de otras mezclas. Son animales de trabajo, pero también de carne, y además muy apreciada», explica Cuesta.

Las vacas de esta raza pueden llegar a vivir unos 25 años. Los toros, en cambio tienen una longevidad menor, normalmente entre los 14 y 15 años. «Lo normal es que un toro con esa edad ya no trabaje, porque se comporta de un modo más bronco», señala Cuesta.