Los apuñalamientos se extienden entre los jóvenes por asuntos nimios

Una patada en un partidillo de fútbol; los gritos al ver una semifinal de Champions; el robo de una BlackBerry, o de un bolso; un conflicto vecinal. Estos han sido los móviles de algunos de los últimos apuñalamientos en Málaga. Asuntos nimios, sin mayor trascendencia, pero con un final sangriento.

Las últimas agresiones con arma blanca reflejan una tendencia preocupante que confirman los profesionales que tratan a diario con estos casos. Agentes, forenses y sanitarios consultados por este periódico aseguran que autores y víctimas son cada vez más jóvenes y echan mano de navaja por cuestiones banales.

El último suceso registrado en Málaga ejemplifica a la perfección esta realidad. Un menor de 16 años fue detenido el viernes de la semana pasada por presuntamente apuñalar a otro en el centro de protección Virgen de la Esperanza, en Torremolinos, a raíz de un encontronazo durante un partido de fútbol.

Este caso cierra una quincena violenta que ha disparado las cifras de asistencias sanitarias por agresiones de arma blanca en la provincia. Desde el 23 de abril, se han producido diez apuñalamientos, cuando la media mensual en Málaga apenas llega a cinco.

Las estadísticas facilitadas por el servicio de emergencias sanitarias 061 dibujan esta espiral violenta. En enero, hubo tres asistencias a personas con heridas de arma blanca; en febrero fueron cinco; en marzo se elevó a ocho y, por último, en abril se registraron diez. Estos 26 casos suponen un incremento del 62% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando se registraron 16.

La tendencia, en el apartado de las muertes violencia, es similar. Según las cifras que manejan los forenses del Instituto de Medicina Legal (IML) de Málaga, en 2011 hubo 12 homicidios por arma blanca en la provincia, mientras que, en lo que va de año, ya se han producido seis. «Además, la mayoría de las víctimas son jóvenes», afirma el director del IML, José Caba, quien considera que el aumento empieza a ser «preocupante».

Para un agente con experiencia en este tipo de casos, «se está perdiendo el miedo a tirar de navaja». En su opinión, estas agresiones suelen tener su origen en un momento de ofuscación, «y no miden sus consecuencias», apostilla.