La constancia, la mejor herramienta para el emprendedor
Empresarios con una dilatada y prestigiosa trayectoria profesional comparten las experiencias que les llevaron al éxito
FRANCISCO JIMÉNEZ
Jueves, 17 de noviembre 2011, 02:39
Un modesto taller de medias y calcetines que, dos generaciones después, se ha consolidado como la empresa líder de la moda infantil en España, ... con una facturación anual de 240 millones de euros, once filiales, presencia en más de medio centenar de países, 130 tiendas propias y un millar de empleados. En síntesis, esta es la historia de los 70 años de Mayoral, un grupo que pese a ser referente de la moda española en todo el mundo ha sabido mantener intacto su carácter familiar sin renunciar a su capacidad para seguir creciendo. Aunque la antigua fábrica Domínguez Toledo data de 1941, no fue hasta finales de los 60 cuando el negocio cambió de rumbo para especializarse en el diseño y confección de ropa para niños. Fue de la mano de Rafael Domínguez de Gor, hijo del fundador y principal artífice de que Mayoral esté donde está. La clave del éxito, a su juicio, está en la constancia, con unas elevadas dosis de trabajo. «Si Colón se hubiese vuelto a los diez kilómetros jamás habría descubierto América. Hay que ser constante, pero sin empeñarse en el error», asegura el presidente de la entidad.
Ésta fue una de las recomendaciones que Domínguez de Gor lanzó ayer a los 150 emprendedores malagueños que asistieron a la II Jornada Empresarial Aprender de la Experiencia, que reunió a responsables de prestigiosas entidades malagueñas para que compartieran sus vivencias. El elenco de empresarios convocados por el Instituto Municipal para la Formación y el Empleo (IMFE) lo completaron Baltasar Navarro, director general de Navarro Hermanos; Esteban Bueno, consejero delegado de Anuncios Diana; Jesús Sánchez-Ramade, gerente del Teatro Alameda, y Francisco Sánchez, gerente de Pastelerías Pathelín. Cada uno pertenece a un sector distinto, pero todos han forjado una dilatada trayectoria profesional dedicándole «mucho esfuerzo y trabajo» a lo que comenzó como un pequeño negocio.
«Son ejemplos del buen hacer y de la realidad empresarial más pura, no esa ficticia que algunos nos han vendido durante años hasta que la fiesta ha terminado», afirmaba el copresidente de Cajamar, Luis de la Maza, durante la inauguración del acto. Estos cinco empresarios compartieron ayer las vivencias y las actitudes que les condujeron al éxito, pero también hicieron un repaso por los traspiés y fracasos, «porque de las dificultades también se aprende», tal y como apuntó la edil de Empleo, María del Mar Martín Rojo.
Liderazgo y dedicación
Rafael Domínguez de Gor lo tiene claro. Las tres condiciones «imprescindibles» que debe reunir un empresario de éxito son «capacidad de liderazgo, experiencia y conocimiento del mercado y, sobre todo, estar dispuesto a trabajar muchas horas». Unas palabras que secundó su compañero de mesa Baltasar Navarro, un almeriense que hace casi cinco décadas llegó a Málaga con su hermano Antonio para montar una tienda de recambios de bicicletas en la calle Carretería. Hoy, Navarro Hermanos es un grupo regional formado por cinco sociedades, 240 trabajadores y una facturación de 35 millones, «aunque ha llegado a ser de 45», matizó entre risas. Más serio se puso a la hora de afirmar que «quien no sea honrado y trabajador no es empresario». También lanzó un mensaje a quienes pretenden hacerse grandes de la noche a la mañana. «La vida es una escalera que hay que subir peldaño a peldaño. Si no te equivocas, no prosperas», recalcó.
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