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CARMEN MARTÍN
Domingo, 16 de enero 2011, 10:51
Andrés Burgueño lo diseñó en el siglo XVIII para coronar la torre del campanario de la Colegiata de San Sebastián de Antequera. Desde entonces, el Angelote se ha convertido en uno de los símbolos de la ciudad de El Torcal que hoy vuelve a brillar dorado tras haberse sometido a un proceso de restauración. Considerado por el director del Centro de Patrimonio de Antequera y ex director general de Bienes Culturales de la Junta, Jesús Romero, como una de las veletas más importantes de Andalucía, se ha sometido a un lavado de imagen, recuperando su aspecto original de 1707.
La pieza, elaborada con pletina de hierro forjado y forrada con chapa de cobre, no se encuentra fácilmente. «En Andalucía pasamos del Giraldillo, que es una obra excepcional, al Angelote de Antequera. El resto de veletas no llegan a la categoría» de la antequerana.
El Angelote, que corona la torre más alta del casco urbano, ya sufrió una primera intervención en 1772 cuando se restauró el chapitel de la torre de San Sebastián. Entonces, al igual que ahora, se bajó del campanario para dorarlo gracias a la actuación del canónigo Francisco Ruiz Cenzano. La veleta más emblemática de Antequera estuvo expuesta a los vecinos durante dos días en la plaza de San Sebastián. En el siglo XIX volvió a actuarse en el chapitel, pero esa vez la singular veleta siguió señalando la dirección del viento sin llegar a bajarse del campanario. En 1926 se desplomó sobre el tejado de una vivienda, después de que un cohete provocara un incendio en la torre y, hace tan solo nueve años, los antequeranos se llevaron otro susto cuando se soltó la flecha de la banderola.
Ahora, siglos después de que pudiese contemplarse de cerca en San Sebastián, los ciudadanos han podido volver a ver el Angelote con detalle tras pasar varios días en el patio del Palacio Consistorial de los Remedios. La pieza se ha desmontado en esta ocasión por completo, se ha eliminado el zinc y se ha sustituido por chapa de cobre. En el proceso, previo al dorado con oro de 22 quilates, incluso ha participado un maestro de forja. Para dejar constancia a las generaciones futuras de la intervención, el Ayuntamiento ha introducido en el brazo del Angelote un documento en el que recuerda que la bajada y restauración de la veleta se ha producido durante 2010, año del sexto centenario de la incorporación de Antequera a la corona de Castilla.
Para volver a colocar al Angelote en su posición original se ha necesitado una grúa que supere en altura los 57 metros que mide la torre de San Sebastián, según apuntó el alcalde, Ricardo Millán, ya que si se empleaban otros métodos se podría haber dañado el dorado, que se había perdido con los años. No obstante, la existencia de documentos en el Archivo de Antequera y algunos restos en la veleta han sido testimonios más que suficientes para saber que la pieza fue dorada en su origen.
La intervención, que apenas ha costado 800 euros, se ha realizado aprovechando una actuación en la torre y ha sido sufragada por Cajamar, quien además ha aportado los fondos necesarios para la contratación de la grúa, lo que ha elevado el coste a 4.000 euros. Tras tres meses de restauración, el Angelote vuelve ahora a presidir la ciudad con sus 3,35 metros de altura.
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