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Miles de vehículos se vieron atrapados en la mañana de ayer en los accesos al polígono Guadalhorce por las obras. :: ÁLVARO CABRERA
INFRAESTRUCTURAS

La obra de la carretera Azucarera-Intelhorce acumula un año de retraso

Los trabajos, que deberían haber concluido en marzo de 2010, siguen en marcha y provocan atascos en el acceso a los polígonos

JESÚS HINOJOSA jhinojosa@diariosur.es

Martes, 4 de enero 2011, 08:45

Las obras para renovar una de las principales carreteras de acceso a los polígonos de la ciudad, la que une las parcelas de las desaparecidas industrias de Intelhorce y la Azucarera, se convirtieron ayer en una ratonera para miles de conductores que se vieron atrapados por la reducción de los carriles debido a las obras de asfaltado y mejora que todavía se ejecutan en la zona, pese a que el proyecto debería haber concluido en marzo del año pasado, según los plazos que anunció el Ayuntamiento. Los trabajos redujeron a un único carril la entrada desde la avenida de Velázquez hacia el polígono Guadalhorce, lo que ocasionó un cuello de botella del que los coches no pudieron escapar. Los dos carriles procedentes de la avenida de Velázquez y los otros dos que vienen del vial hacia el paseo marítimo de Poniente se vieron obligados a confluir en uno solo, eso sí, sin previo aviso ni itinerario alternativo señalizado.

«Esto es increíble, llevamos un cuarto de hora para recorrer cincuenta metros. ¿Es que no pueden hacer la obra por la noche?», se preguntó Raúl Moreno, uno de los conductores que tuvieron que armarse de paciencia para llegar hasta las naves del Guadalhorce, justo en unos días de bastante actividad comercial por el cierre de la temporada navideña y la preparación de las rebajas. «Ni policía ni nada, tenemos que comernos el atasco por fuerza», se lamentó otro de los conductores.

Trayectoria conflictiva

El causante del atasco es una obra que, según los plazos marcados en su momento por el Ayuntamiento de la capital, debería estar concluida desde la primavera del pasado año 2010. La renovación de la carretera Azucarera-Intelhorce, una de las principales demandas de los empresarios de los polígonos desde hace décadas, ha tenido una conflictiva trayectoria desde que se inició hace ya dos años como uno de los proyectos más destacados de los impulsados por el Consistorio con cargo a los fondos del denominado Plan Zapatero, para promover la creación de empleo con la realización de obras públicas.

El equipo de gobierno local dividió el proyecto de arreglo de la carretera en dos tramos. El primero de ellos, comprendido entre la avenida de Velázquez y el pasaje Arcipreste de Talavera, fue contratado a principios de 2009 a la empresa Teconsa por 4,2 millones de euros. El segundo, desde Arcipreste de Talavera hasta la avenida de Ortega y Gasset (antigua carretera de Cártama), se contrató con Conacón también por casi cuatro millones de euros con cargo a los fondos de fomento del empleo de la Junta (el llamado Plan Proteja). Este segundo tramo ya está prácticamente finalizado a excepción de la parte del puente que pasa sobre las vías del AVE y el vial que discurre junto a la barriada de Intelhorce, hasta confluir con la carretera de Cártama.

Este periódico pudo comprobar ayer que no había obrero alguno en esta parte de las obras, a la que el Ayuntamiento tuvo que inyectar un millón de euros más para cubrir la aportación que iban a realizar los promotores de un parque empresarial en lo que fueron los terrenos de Hitemasa, un proyecto paralizado por la crisis. Se ha realizado un muro para ampliar la carretera a la anchura necesaria para habilitar dos carriles por sentido, pero las obras están paradas. En teoría, deberían haber concluido el pasado 31 de diciembre, plazo máximo para culminar los proyectos del primer Plan Proteja de la Junta.

Las obras que todavía no han concluido en esta parte del eje viario también perjudican notablemente al tráfico, ya que la circulación se reduce a un único carril por sentido hasta la conexión con la avenida de Ortega y Gasset.

En el otro extremo de la carretera, sí están en marcha los trabajos de los obreros de la unión de empresas formadas por Ploder y MLR, UTE que asumió los trabajos en octubre de 2009 tras el polémico abandono de la constructora Teconsa que, tras entrar en suspensión de pagos, fue citada a declarar por la Fiscalía por haber inflado presuntamente las facturas al Ayuntamiento por las unidades de obra realizadas hasta entonces.

Defensa municipal

Para desligarse de esta polémica, avivada por los grupos municipales de la oposición con el argumento de que Teconsa está relacionada con el caso 'Gürtel', de supuesta corrupción en el PP a nivel nacional, el equipo de gobierno envió a la Fiscalía un informe para avalar que la liquidación total de la obra ejecutada hasta entonces se correspondía con lo realizado y abonado por el Consistorio, dentro de la «máxima y absoluta» legalidad.

No obstante, todas estas circunstancias han supuesto un notable retraso para las obras, que en la mañana de ayer se centraron en el asfaltado de la conexión con la calle Hermann Hesse, lo que ocasionó las citadas retenciones de tráfico.

Fuentes consultadas por este periódico señalaron que el Gobierno central ha permitido un plazo máximo para culminar los proyectos del Plan Zapatero de 2009 que acaba el próximo 31 de enero, lo que hace suponer que los trabajos se encuentran ya en su recta final. No obstante, quedan varias cuestiones por terminar, como el tratamiento de las medianas y rotondas, y la señalización de las calzadas.

Compensación

Ana López, presidenta de la Asociación de Polígonos y Parques Comerciales de Málaga (APOMA), reconoció que han sido dos años de obras que han tenido que padecer a diario empresarios y clientes del Guadalhorce. De hecho, a finales de 2009, llegaron a plantear al Ayuntamiento que les compensara las molestias ocasionadas por la remodelación de la carretera con una rebaja en los impuestos locales. «Ya está casi lista, pero hemos sufrido muchas molestias durante casi dos años», recalcó López.

La mejora de la carretera Azucarera-Intelhorce constituye una reivindicación histórica de los empresarios de los polígonos. En 2007, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía la incluyeron en sus conversaciones sobre la posible inyección de fondos europeos que gestiona el Gobierno andaluz para proyectos de la capital. Sin embargo, la Administración regional cerró esa puerta al año siguiente. Para dar respuesta provisionalmente a las protestas de los empresarios, el Ayuntamiento realizó un asfaltado provisional al que ha seguido el proyecto que actualmente se ejecuta.

El nuevo pavimento está formado por dos calzadas de dos carriles cada una y una anchura de 7,5 metros, separadas por una mediana ajardinada de cuatro metros de anchura. Junto a las dos calzadas se han realizado aceras de diferentes dimensiones. Además, se ha habilitado un carril para bicicletas durante todo el recorrido, las intersecciones con cuatro calles (Hermann Hesse, Concepción Arenal, Castelar y Joaquín Vargas) y se han remodelado las rotondas. Por la carretera pasan cada día más de 12.000 vehículos de los que dos mil son camiones.

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