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Ricardo Arranz
A CORTA DISTANCIA

Ricardo Arranz, empresario (Aranda del Duero, 1950): «La mejor obra de arte es la suerte que he tenido»

Propietario del Hotel Villa Padierna, el mejor de España, y presidente de los urbanizadores andaluces Coleccionista de arte, su fundación ha restaurado más de cinco mil piezas Promotor histórico de la Costa del Sol, cree que al olor del dinero y del ladrillo, cualquiera se ha hecho empresario

UNA ENTREVISTA DE M. EUGENIA MERELO

Domingo, 7 de noviembre 2010, 12:13

Elegante y diplomático. Se sienta en su butaca favorita junto a una chimenea en su sala de máquinas. Es su despacho, desde el que dirige sus empresas, en un edificio de aire toscano, justo a la entrada del recinto del Hotel Villa Padierna. Rodeado de pinturas malagueñas del XIX, esculturas de mármol, trofeos y reconocimientos grabados en plata, recuerda la primera empresa que fundó, de helados, cuando era estudiante en la Facultad de Económicas de Málaga. Luego vino un salto empresarial más serio con un negocio de seguridad. Y el definitivo, las urbanizaciones, el golf y los hoteles, pulmones de su imperio. El tiempo ha consolidado su marca de emprendedor histórico en la Costa del Sol, motor de proyectos turísticos vinculados a la calidad y al lujo.

-¿Cómo lleva el ser el anfitrión más envidiado de Europa?

-Fue una sorpresa que nadie se creía. Una reserva desde la Casa Blanca para unas vacaciones presidenciales, las primeras de carácter privado en Europa de la historia. La repercusión fue importante. El posicionamiento de la marca Villa Padierna a nivel europeo y mundial se ha consolidado. Hemos recogido frutos de mucho esfuerzo y de la locura de haber levantado este hotel y sus campos de golf en medio de la nada.

-Pero, ¿la reserva también era para el presidente?

-Obama hace dos viajes de golf al año. Un amigo le había hablado de la singularidad del hotel y de su colección de arte. El presidente es un loco de la arquitectura y de Picasso. La Casa Blanca nos solicitó tres planes de reserva: uno familiar, otro para los amigos y otro para personal de la propia Casa Blanca. Hay quien apunta que la campaña que se puso en marcha en su país, sobre todo por la CNN, de menos golf y más Golfo de México pudo desatar un cambio de planes.

-Y la estela de Michelle Obama, ¿hasta dónde alcanza?

-Dependerá mucho de lo que ahora queramos hacer. Hay una responsabilidad empresarial para seguir apostando por el posicionamiento de la marca. Nos han dado un empujón, y ahora debemos seguir nosotros empujado y haciéndolo bien.

-Calcule, ¿cuántas llamadas recibió en su móvil?

-Fue espectacular la cantidad de medios de comunicación, sobre todo internacionales, que captaron mi teléfono. Recibí la de algunos empresarios españoles para ponerse a nuestra disposición. Muy pocas de responsables institucionales que tenían que haberse involucrado. La catetez ha sido horrorosa a la hora de sacar más punta a una suerte como la que hemos tenido. Son cosas de navajero trapero. Muchos no se dan cuenta de que cuando tienes una suerte como esa, todo el mundo tiene que remar a favor.

Lo mismo que Nadal

-¿Qué tiene el Villa Padierna que no tengan otros hoteles del país?

- El secreto es justo lo que estamos sufriendo ahora. La gente viene con la sensación de que esto es la pera, una cosa espectacular. Y estamos muy preocupados porque muchos se van desilusionados. Es una responsabilidad enorme, porque ahora tenemos que dar mucho más de lo que dábamos antes. Es como le que ocurre con los deportistas. Tenemos a Nadal y ya estamos acostumbrados a que Nadal gane siempre. Ahora tenemos esa responsabilidad, la misma que tiene Nadal.

-¿Pero qué dan?

- Además de su arquitectura y su colección de piezas de arte, la gente se siente como en su propia casa. Y eso es lo que le ha ido dando fama. Ese ha sido el éxito, convertir un pedregal en tres campos de golf y un hotel singular.

-Si el buque del turismo no pone proa a la calidad, ¿terminará hundiéndose?

-No tengo ninguna duda. No crecer en calidad en la arquitectura, en paisajes o y en el servicio nos aboca al fracaso. La competencia en la calidad media o baja va a ser tan grande, que nosotros no podremos comernos una rosca.

-Y tanto ladrillo, ¿no terminará en ladrillazo de imposible digestión?

-No creo que se haya construido demasiado. Creo que se ha construido mal. Hay que crear modelos que vayan con el mercado, que sean sostenibles, bonitos y buenos.

-Como muchos, usted tuvo colas de turistas para comprar o alojarse. Ahora, ¿tiene que salir a cazarlos con lazo?

-Hemos sido muy poco profesionales. Lo que tenemos que pensar es que aquí se ha ganado mucho dinero y se han hecho muchas cosas con una profesionalidad mediocre. Y esa profesionalidad mediocre es la que ahora mismo estamos sufriendo. No nos podemos quedar parados. Y tenemos que aprender de otros países mucho más ágiles que nosotros.

-Innovar

-Sí. Tenemos unos modelos anticuados. Los políticos hablan de la innovación y se les abre la boca y no saben lo que es la innovación. Para mí innovar es copiar lo bueno de los otros. ¡Pero es que aquí no hacemos ni eso!

-¿Hasta cuándo pagaremos las facturas de tanta especulación y corrupción?

-La especulación es necesaria. No se crea riqueza sin ella. Es un motor que alimenta el empresariado. Es parte del mercado. Y la corrupción viene por la inutilidad de gran parte de la política. Los políticos tiene que rodearse de técnicos honrados, bien pagados, que hagan sus deberes y que trabajes ocho horas al día. Que saquen adelante la licencias y que soluciones los problemas de los ciudadanos.

-Y en esos despropósitos, ¿quién lo ha hecho pero, el político o el empresario?

-Es un conjunto de ambos. Aquí, al olor del dinero y del ladrillo, cualquiera se ha hecho empresario y cualquiera ha ganado mucho dinero. Los que han ganado dinero de verdad son los que han dado el golpe y después se han ido. Hay una parte importante de culpa de un empresariado poco profesional, y me incluyo. Y también en la clase política que tenemos, que es muy poco profesional. No ayuda absolutamente en nada y no entiende de lo que estamos haciendo. No se puede pensar en hacer una ley del golf o del suelo sin contar realmente con los que están trabajando ahí.

-¿Cuántas trechas empresariales le quedan por dar?

-¡Ninguna! ¡No doy ni una trecha más! La primera gran urbanización que hice fue La Quinta y tenía 28 años.

-Precoz.

-Huída hacia adelante. Todo eso me ha hecho muy desgraciado. Tengo muchas deficiencias por haber triunfado tan pronto. Me ha impedido muchas cosas, como hablar perfectamente inglés o francés.

Comida con Aznar

-La comida anual con José María Aznar, ¿es ya una tradición?

-Tenemos relación con el ex presidente del Gobierno porque se ha comprado una casa en Marbella. Lo hemos conocido y la verdad es que es bastante agradable. Puedo comer con él o con Felipe González. Son personas que te aportan mucho más a ti de lo que tú a ellos.

-¿La mejor fortuna pasa por dormir tranquilo?

-No lo dudo. El que más tiene no es el que tiene más dinero en el banco, sino el que menos necesita. Y el dormir tranquilo es la mayor fortuna que existe.

-¿Se levanta cada día sintiéndose un privilegiado?

-En estos momentos no. Me levanto cada día sintiéndome un absoluto desgraciado.

-Cuesta creerlo.

-Hay muchísima responsabilidad ahora en los negocios y nunca sabes lo que va a pasar. Todos los anteriores a mí que han hecho cosas parecidas, los Coca, Goizueta, aquellos en los que yo me miraba cuando empecé, prácticamente todos han quebrado o las urbanizaciones están en manos de los bancos. Cuando estás hablando de cosas tan grandes te dan mucho respeto. Y van pasando los días y uno no ve que esto cambie mucho.

-Pero usted es un hombre con suerte.

-La suerte que tengo es que soy muy positivo y busco o intento buscar soluciones. A lo largo de mi vida siempre he tenido una actitud positiva. Y he salido de muchas crisis por eso. Me siento privilegiado por tener una familia, por ver bien a mis hijos y por las cosas normales que otra persona puede tener. No me siento un privilegiado por tener los problemas que tengo.

-¿Su mejor pieza está en su colección de obras de arte?

-La mejor obra de arte es la suerte que he tenido. Poder hacer lo que he hecho. Lo que más me gusta ahora es la fundación que he creado, dedicada a la restauración de escultura y pintura. Ya es una fundación importante. Es una satisfacción tenerla, hacerlo cada vez mejor.

-¿Un lugar para descansar en vacaciones?

-Me gusta escaparme a dos sitios que antes no me gustaban y que ahora son mis preferidos. Me gusta navegar en barco y descansar en el campo. Dos cosas que no eran una atracción para mí, por ignorante, y que en estos momentos, increíblemente, son las dos cosas que prefiero. También es verdad que tengo la gran suerte de tener un barco y una finca maravillosos.

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