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ÁNGEL ESCALERA
Lunes, 31 de mayo 2010, 23:49
No es magia, pero ayuda a los fumadores a superar su adicción. La hipnosis se presenta como un refuerzo a los tratamientos que ofrece la unidad de deshabituación del tabaco de la junta provincial de la Asociación contra el Cáncer. La terapia cuenta con buenos resultados y aumenta el porcentaje de éxito entre las personas que desean dejar de fumar. El responsable de la citada unidad, Salvador de Oña, precisó que la hipnosis es una nueva herramienta terapéutica contra el tabaco.
La técnica la aplica el psicólogo José Manuel Perea. Según explicó ayer, en una rueda de prensa organizada con motivo de la celebración del Día Mundial sin Tabaco el 31 de mayo, la hipnosis clínica no es un tratamiento aislado, sino que supone un refuerzo a las terapias que ya utilizaban para vencer la adicción. «Es necesario que los fumadores deseen deshabituarse, que estén motivados; si no es así, no vale de nada», indicó Perea. A través del estado hipnótico se consigue que el paciente asocie el deseo de fumar con experiencias negativas que ha tenido. El objetivo es que cuando le surjan las ganas de encender un cigarrillo se le vengan a la memoria esas cosas malas y venza el impulso.
«Las personas que se someten a la terapia no pierden la conciencia en ningún momento ni se quedan dormidas. Lo que hay es una autosugestión», comentó el psicólogo. Hasta la fecha, cerca de cuarenta fumadores que desean apartarse del tabaco han recibido hipnosis. A los tres meses, el éxito de la combinación del tratamiento habitual con la hipnosis es del 81%, mientras que solamente con la terapia convencional el porcentaje oscila entre el 60 y el 65%.
Las sesiones de hipnosis son individuales. Cada persona recibe una, aunque luego se hace un seguimiento a lo largo de un año para tratar de que no se vuelva a caer en las garras del tabaco. El psicólogo, en primer lugar, hace una inducción para relajar al paciente, que se sienta en un cómodo sillón. Una vez alcanzada la relajación, se entra en un estado prehipnótico y, seguidamente, se traen a la mente experiencias negativas que estén relacionadas con el tabaco. La clave es que el individuo asocie esas situaciones malas que ha vivido o ha visto con el deseo de fumar. Si se logra, es más fácil enfrentarse a la tentación de encender un cigarrillo cuando surgen las ganas de hacerlo.
El presidente de la junta provincial de la Asociación contra el Cáncer, José Antonio Portillo, animó a dejar el tabaco para ganar en salud y calidad de vida. Por su parte, Salvador de Oña se refirió a que superar esa adicción, además de un beneficio para el organismo, supone un importante ahorro económico. Un fumador de veinte cigarrillos al día, si abandona ese hábito, recortará sus gatos mensuales en cien euros y en 1.154 euros al año.
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