El fin de los temporales calienta el desembarco de droga en Málaga
Los últimos decomisos demuestran que los narcos buscan nuevos escenarios para esquivar los radares, como los Baños del Carmen. Tres alijos consecutivos se saldan con 22 detenidos y seis toneladas incautadas
JUAN CANO
Miércoles, 24 de marzo 2010, 09:24
El mar en calma, cielos nubosos pero sin lluvias, temperaturas más suaves y el anticiclón en las Azores. El cóctel perfecto para el narcotráfico. El desembarco de droga en el litoral malagueño se ha reactivado en los últimos días, que han sido inusualmente ajetreados.
Al alijo del viernes en los Baños del Carmen le sucedió otro el sábado por la noche en la playa de Sacaba Beach, también en la capital, y uno más el domingo en Cabopino, en Marbella, donde se interceptaron 3.500 kilos de hachís. Tres desembarcos consecutivos. Y esos sólo son los que han sido detectados.
Los agentes especializados en la lucha contra el narcotráfico achacan esta actividad en los últimos días al buen estado de la mar y la ausencia de viento, que facilita el viaje de las neumáticas desde Marruecos. «Es matemático. Cuando el tiempo está bien los alijos se duplican», comenta uno de ellos.
No obstante, las Fuerzas de Seguridad han detectado algunos cambios en el modus operandi empleado en estos últimos desembarcos. Desde la puesta en marcha del SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior), que dispone de dos potentes radares que controlan toda la costa malagueña, los narcos cambiaron de método. Unas organizaciones cambiaron de escenario y eligieron rutas más largas en busca de zonas de la costa que no están vigiladas por el SIVE, como el delta del Ebro, Ibiza o incluso Marsella. Otras, por el contrario, se mantuvieron fieles a las rutas de siempre, solo que optaron hacer envíos más pequeños -barcas más pequeñas cargadas con media o una tonelada por viaje- de forma que minimizaban las pérdidas en caso de ser descubiertos por la Guardia Civil.
Sin embargo, los últimos alijos han resultado un tanto desconcertantes para los agentes. Primero por la búsqueda de nuevos lugares para esquivar los radares del SIVE. Tradicionalmente, las zonas más calientes han sido las playas del litoral occidental entre Mijas y Estepona, o el litoral de la Axarquía. Nunca hasta ahora en el balneario de los Baños del Carmen, que el viernes se convirtió en el inusual escenario de un desembarco de 2.164 kilos de hachís. Segundo, por las cantidades que han intentado introducir de una sola tacada. El domingo, en Capobino, la Benemérita interceptó una lancha que transportaba 3.500 kilos.
Sin hacer ruido
La embarcación intervenida en esta última operación también se sale de lo común. Una neumática de doce metros de eslora provista de tres motores de 250 caballos. «Suelen llevar un motor auxiliar más pequeño para hacer menos ruido al aproximarse a la costa», apunta otro agente.
La redada de los Baños del Carmen, dirigida por la Guardia Civil con el apoyo operativo de la Policía Local de Málaga, destacó sobre todo por el número de detenidos. Los agentes del ambos Cuerpos arrestaron a un total de 18 hombres de edades comprendidas entre 25 y 40 años. En Cabopino sólo hubo cuatro detenciones, pese a que la cantidad de droga fue mayor.
Los arrestados en los Baños del Carmen son en su mayoría jóvenes malagueños y vecinos de barriadas como San Andrés o La Térmica. Algunos ya tenían antecedentes. Otros, ni una sola reseña en su historial. Pero casi todos respondían a un perfil similar: están en el paro.
Aguadores a sueldo
Este es otro rasgo característico de los últimos alijos detectados en Málaga. Mientras que antes los narcos solían utilizar a miembros de su organización o gente de confianza para el desembarco, ahora emplean aguadores a sueldo, que cobran 4.000 o 5.000 euros por porte y que no tienen ningún vínculo con las bandas. «Están empleando a chavales jóvenes que están tirados en los parques o a inmigrantes subsaharianos que reclutan en El Palo o en La Palmilla», añaden las fuentes.
La eficacia del SIVE ha provocado que los narcos tiren de imaginación para intentar llevar la droga hasta la Costa. Por ejemplo, usan una embarcación como cebo para atraer a las patrullas de tierra y así dejar el campo libre en otra zona, o bien envían varias lanchas al mismo tiempo a distintos puntos del litoral. De esta forma, si las Fuerzas de Seguridad interceptan un alijo y los agentes acuden a ese punto, las demás embarcaciones tienen vía libre para llegar hasta la playa y desembarcar el hachís.
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