Económicas, la facultad más antigua de la UMA, se queda sin espacio
La facultad más antigua de la Universidad sufre una preocupante falta de espacios y se aprueba un proyecto, de 450.000 euros, para construir nuevas aulas sobre la cafetería
Francisco Gutiérrez
Lunes, 7 de noviembre 2016, 01:51
Llega el cambio de horarios y los pasillos de la Facultad de Económicas son un hervidero de jóvenes que van y vienen. Literalmente no cabe ni un alfiler y es difícil abrirse paso entre tantas personas. Son los estudiantes que ocupan las aulas que están, como los pasillos, 'a tope'. Aprovechando los minutos entre cambio de clase algunos se toman un bocadillo, un dulce o un zumo en las escaleras de la facultad, donde hay algo más de espacio. El pasillo sigue como un enjambre de chicos y chicas que conversan o miran sus teléfonos móviles. Sin intimidad para ninguna de las dos actividades.
En algunas clases ha sido necesario poner sillas auxiliares para que los alumnos puedan tener un lugar donde sentarse. Conforme avance el curso la situación se irá normalizando. Es lo que sucede habitualmente, los primeros días de clase los estudiantes llenan las aulas, pero conforme avanza el curso algunos se relajan y otros prefieren preparar los exámenes en la biblioteca o en sus casas.
Pero la falta de espacio es la tónica generalizada en los últimos cursos, hasta el punto de que algunas clases se han trasladado a otras instalaciones de la Universidad, en concreto a la antigua escuela de Ingenierías, que está frente a Económicas.
Y la UMA acaba de aprobar un proyecto para ampliar el espacio disponible con nuevas aulas que se van a construir sobre el espacio diáfano que queda sobre la actual cafetería. Hasta este viernes día 11 hay plazo para que las empresas interesadas presentes sus ofertas. Es una obra que sale a licitación con un presupuesto de 41.670 euros, más el iva correspondiente (8.750) para la elaboración del proyecto básico así como la dirección de obra. El objeto del concurso es elegir el equipo redactor de los proyectos y estudio de seguridad y salud, la dirección de obra y de ejecución. El coste estimado de la obra es de casi 450.000 euros.
Se ha propuesto el incremento de superficie mediante la elevación de dos plantas, a nivel de la planta primera y de la segunda planta del módulo de aulas, sobre la cafetería de la facultad. Esta ampliación estará al mismo nivel que las existentes y estará conectada con las mismas siendo la comunicación a través del pasillo, escaleras y ascensores existentes. La superficie nueva será de 281 metros cuadrados en cada una de las dos plantas.
El decano de Económicas, Eugenio Luque, lamenta el retraso del proyecto, que «debería estar ya en ejecución». Contaban con estos espacios para este mismo curso, pero la tramitación administrativa del proyecto se ha retrasado más de lo esperado y cuenta con estas cuatro a seis nuevas aulas «para principios del curso próximo».
Cuatro mil estudiantes
La Facultad de Económica ha matriculado este curso a cerca de cuatro mil estudiantes en sus cinco titulaciones: los grados en Administración y Dirección de Empresas, Economía y en Finanzas y Contabilidad y los dobles grados en Derecho y Administración y Dirección de Empresas y en Economía y en Administración y Dirección de Empresas, además de los seis másteres oficiales. Precisamente, los grupos de máster y doctorado se han llevado a otro edificio, en concreto al que ocupó en su momento la escuela de Ingenierías, situada frente a Económicas, y donde ocupan cuatro aulas.
El problema, según el decano, se concentra sobre todo en los grupos de tercero y cuarto, cuando a los alumnos habituales del curso se suman los repetidores. «Si fueran todos los matriculados, no cabrían», afirma Luque. Por otra parte, se encuentran con que no se pueden desdoblar los grupos, que siguen siendo muy numerosos, en contra de las recomendaciones del Plan Bolonia, que opta por grupos pequeños. Así, el decano explica que en Finanzas y Contabilidad de primero han tenido que reducir los grupos de cuatro a tres, y en Economía, que tenía tres grupos, todos los alumnos han tenido que agruparse en dos clases. «Tenemos un serio problema de capacidad, además desde hace tiempo, que nos impide desarrollar la docencia en las mejores condiciones», afirma.
«Apiñados»
«Apiñados» en clase. Es la expresión gráfica que utiliza Javier Olmedo, representante de alumnos, para comentar la situación. «No se cabe en clase, hay compañeros de determinadas asignaturas que se quedan fuera porque no hay más espacio». Y, si por cualquier circunstancia necesitan un aula es «misión imposible», afirma. «Si, como parece, irnos a Teatinos va para largo, lo que hay que hacer con urgencia es buscar solución a la falta de espacios, un problema que va a más cada año», comenta Javier Olmedo.
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