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El Unicaja abre este miércoles el Top-16 de la Champions League ante el AEK (20.30 horas). Comienza la fase clave del torneo europeo ... ante un clásico del baloncesto continental. El conjunto ateniense no tiene el potencial de otras temporadas, pero mantiene esa historia detrás que le da un gran atractivo al partido. Además, el equipo griego se ha reforzado para esta parte de la temporada y entre sus fichajes destaca un nombre, el de Vladimir Jankovic.
El alero de 32 años es un viejo conocido de la afición española, pues pasó por el Valencia y el Andorra. Su apellido está relacionado con el que probablemente es el accidente más fuerte que se ha visto en una pista de baloncesto. Lo protagonizó su padre Slobodan el 28 de abril de 1993. Todo lo que sucedió aquel día está rodeado de un gran dramatismo. Slobodan Jankovic era un alero de nacionalidad yugoslava que entonces militaba en el Panionios tras haber jugado nueve años en el Estrella Roja. Era su primera campaña en Grecia y ese día su equipo se enfrentaba al Panathinaikos. Con el choque muy igualado, los árbitros le señalaron una falta en ataque. Era su quinta personal y suponía su eliminación del encuentro. Jankovic se disgustó por la decisión arbitral. Tras la protesta a los colegiados, se fue hacia la canasta y le dio un cabezazo al soporte de la misma. Aunque esta tenía una ligera protección, el impacto de su cabeza fue tan fuerte que le causó una hemorragia en la frente.
Al parecer, la protección era mínima, casi una tela y detrás había una barra de hierro. Aunque lo peor no fue eso, sino que el golpe le había fracturado la tercera vértebra cervical, una lesión terrible que lo dejó postrado en una silla de ruedas el resto de su vida. El diagnóstico contundente, paraplejía.
Las imágenes de Slobodan Jankovic siendo asistido en la pista con el rostro lleno de sangre todavía hoy resultan impactantes, como sus gritos al ser retirado en camilla intentando explicar que no sentía las piernas y no se podía mover. Jankovic fue intervenido varias veces de aquella lesión, pero no se pudo hacer nada por solucionar su lesión medular.
Tras tener que dejar el baloncesto, decidió quedarse a vivir en Grecia, de ahí que su hijo Vladimir tenga la nacionalidad griega. Siguió vinculado al baloncesto entrenando a equipos menores de Atenas y creó una sección de baloncesto en silla de ruedas en el Olympia Petropuli. En 2006 falleció de un infarto cuando se dirigía a la isla de Rhodas en un barco.
Su hijo Vladimir ha continuado con su legado. Curiosamente su primer equipo fue el Panionios en 2007. Jugó tres temporadas en el Panathinaikos, el equipo ante el que se lesionó su padre, y de ahí dio el salto al Valencia, donde fue cortado pocos meses después de empezar la temporada en 2016 y mandado cedido al Aris, en el que jugó hasta el final de esa campaña. Luego fichó por el Morabanc Andorra y más tarde volvió a Grecia para jugar en el Holargos, AEK y PAOK. Ahora llega a Málaga en su segunda etapa en el conjunto ateniense para medirse al Unicaja.
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