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El Unicaja está inmerso en una dinámica positiva que ha disparado la ilusión de su afición ante los retos que el equipo afrontará en las próximas semanas y meses. En los últimos partidos, se han visto algunas actuaciones individuales destacadas que han acaparado el foco mediático. Sin embargo, Ibon Navarro ha centrado su atención hacia la labor más oscura que han desarrollado otros jugadores, esos que hacen una función menos llamativa cara al aficionado, pero que está resultando fundamental para que el equipo esté sumando victoria tras victoria. Esos 'currantes' de la plantilla han sido los que han recibido los elogios del entrenador vasco a la hora de analizar cada encuentro.
Evidentemente, Ibon Navarro tiene una perspectiva diferente de lo que sucede en la pista y también de lo que quiere que hagan sus jugadores, lo que puede explicar sus frases al final de los encuentros.
En las últimas semanas ha ocurrido en varias ocasiones. Por ejemplo, en la victoria de la pasada semana frente al AEK, el técnico no se centró en los 22 puntos que lograron Perry y Kravish, sino en el trabajo que hizo Will Thomas para contener a Akil Mitchell, pívot del conjunto griego. «El que ha cambiado el ritmo del partido ha sido Will (Thomas) y las estadísticas son muy injustas con él esta noche», dijo sobre la actuación del de Baltimore, que ese día no anotó ni un punto, pero que hizo un gran esfuerzo defensivo.
La historia se repitió días después en el encuentro contra el Valencia. Lo fácil habría sido destacar la gran actuación de Darío Brizuela con sus 20 puntos que acabaron por tumbar al conjunto valenciano, pero Navarro volvió a cambiar el foco y habló de Alberto Díaz. «Hay que destacar a todo el equipo, pero hoy los números no le hacen justicia a Díaz, que ha sido clave en contener situaciones de Jones, Evans o Harper y ha estado espectacular atrás. Ha sido el catalizador, el que nos ha vuelto a conectar a nivel defensivo», insistió en la rueda de prensa posterior al choque. El malagueño acabó el encuentro con un punto, cuatro rebotes y tres asistencias. Números discretos que, efectivamente, no reflejaban el esfuerzo que realizó.
El martes contra el Limoges, sucedió lo mismo. El hombre del partido fue un Otsekowski con sus 19 puntos, siete rebotes y 5/5 en triples. Sin duda un partidazo, pero Ibon Navarro no centró su análisis en él. «Es verdad que hemos encontrado a jugadores inspirados, como Dylan (Osetkowski), que ha estado muy bien, o Will Thomas, que ha hecho un partido excepcional, pero por detrás el partido de Djedovic o de Tyler (Kalinoski) es lo que nos ha dado la victoria, con seguridad», dijo.
Detrás de estos razonamientos está la filosofía que el técnico ha querido inculcar al equipo del sacrificio individual en favor del colectivo. Esta es una de las claves del éxito y el técnico sabe que esas palabras suyas tras los partidos acaban llegando al vestuario y refuerzan la propia identidad del grupo.
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