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Murcia
Domingo, 17 de septiembre 2023, 23:31
Pese a la derrota en la final de la Supercopa en Murcia ante el Real Madrid, el preparador de Unicaja, Ibon Navarro, se quedó ... con que «el equipo peleó hasta el final y tuvo opciones de ganar», aunque pesase en su ánimo «la pena de que con un poco más de acierto o metiendo algún tiro abierto que hubo esas opciones habrían crecido».
«En la primera parte estábamos con demasiadas dudas, adelante y detrás, pero la salida del tercer cuarto fue muy buena. Ese gen competitivo no está en duda, pero había que verlo en la situación en la que estamos y volvió a aparecer», declaró el técnico. «Hay jugadores que actuaron más de 60 minutos entre los dos partidos y salió ese gen. Todo el mundo aportó para volver a tener opciones de ganar y las tuvimos», insistió.
Navarro apuntó que en los momentos clave faltó «un poco de todo», en referencia a dureza mental y al apartado físico. «Cuando llevas muchos minutos remando y te ves arriba esa inercia te puede llevar a coger más diferencia, pero justo un equipo de la experiencia del Real Madrid fue ahí cuando estuvo más agresivo», reflexionó. «Salieron más fuerte a los espacios, encontraron las opciones de sus '5' y tuvieron la claridad de ver que nos estábamos cerrando para sacar el balón fuera. Supieron jugar los momentos complicados», valoró.
El entrenador del cuadro malagueño admitió que «fallar esos tiros fáciles», en referencia a su equipo, tiene en parte la explicación de «tantos minutos en las piernas». «Hay que quedarse con la parte buena. Con tantos problemas podríamos habernos rendido y no lo hicimos», apostilló.
Además, se le cuestionó sobre las claves para competir ante un rival tan complicado. «Tiene que pasar que estés bien y ellos no estén muy acertados. Su porcentaje de tres fue el 28% y así nos pudimos cerrar como pudimos en la pintura. Pero al final metieron los tiros que les dimos, los más importantes, y nosotros no. Hicimos el plan normal ante el Madrid, pero a veces no sale porque tienen mucha calidad», lamentó.
Navarro también se detuvo en la aportación de Thomas y Osetkowski ante las ausencias en la pintura. «Es buena, pero ahora hay que hacer que cuando estemos sus prestaciones no bajen, porque ya sabemos que hay jugadores que vienen. Van a venir dos jugadores en la misma posición y eso generalmente suele ser un problema», matizó. «Nos tendremos que poner en manos de jugadores sin ritmo y en peor forma que el resto, por lo que tendremos que ir metiéndolos sin que Thomas y Osetkowski pierdan la importancia que ahora tienen en el juego», expuso.
Sobre Kravish y Sima
También fue preguntado el preparador cajista por la regla del 'codo-cara' en el apartado arbitral. «Se ha modificado porque todos pusimos el grito en el cielo con algunas acciones del año pasado. Este año se valora el contacto en la cara real, pero sobre todo si el defensor está metido en el cilindro del atacante. Ya no es falta antideportiva cualquier contacto», detalló, didáctico. «No vi la acción de Osetkowski, pero si la quitaron será que lo vieron así», apostilló.
Además, como cierre, aportó novedades sobre el estado de Kravish y Sima. «¿Hablo de deseos o de realidades? Me gustaría que empezaran a entrenar el martes, pero no lo sé», contestó. «La lesión de Kravish es estar con la espada cada mañana, porque si no hay dolor bien, pero si lo hay, mal. Esta semana lo intentamos y a la mañana siguiente desistimos. Luego Sima espero que ya nos empiece a ayudar, pero son seis semanas parado y le va a costar. No estarán para aportar ya», avanzó.
El técnico ganador de la Supercopa, Chus Mateo, recalcó que «el equipo supo sufrir para sacar el partido adelante, era una final y ante un rival que sabíamos cómo venía», en referencia a su reciente enfrentamiento. «Estoy muy contento por todo el mundo y por Campazzo, que ganó el MVP, un premio individual que merece porque jugó muy bien, pero gracias a todo el equipo», añadió.
Mateo explicó que sus jugadores hicieron «un partido muy serio hasta el descanso, con el único lunar de los tiros libres, ocho fallados». «Con la ventaja que teníamos, 13 puntos, habiendo anotado la mitad ya se hubiera ampliado. Dejamos el partido abierto, sobre todo con nuestra salida del tercer cuarto, muy fríos. Dejamos entrar a Unicaja, que jugó muy bien. Sabíamos que no se iban a dar por vencidos y se agarraron al partido», reconoció.
Pero entonces salió el carácter de campeón. «Reaccionamos muy bien. Seguimos sabiendo sufrir y eso es muy bueno, porque nadie te va a regalar nada. En nuestra liga ningún rival es fácil. Supimos volver y fuimos ampliando la diferencia. Los que participaron y los que no ayudaron a ganar esta Supercopa», expuso.
Y es que quiso defender el trabajo de equipo. «Todos valoraron positivamente en sus actuaciones, unos con más minutos y otros con menos. Por muy buenos jugadores que sean, también lo son los de Unicaja o el Barça», comentó. «Ganan los equipos, los que más cohesionados están, mejor se entienden y más mentalidad tienen que ayudar unos a otros. El trabajo defensivo que hace el rival anote con dificultad, como pasó en el último cuarto, es el que gana los partidos», defendió.
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