Borrar
Ciberseguridad desde el SUR

Mi papá es un 'hacker' ¡de los buenos!

Ismael Valenzuela

Sábado, 26 de octubre 2019, 00:35

Cuando a mi hijo Mario, de 8 años, le pidieron en la escuela que describiera a su papá, además de decir que a su padre no le gusta el rap, que su actividad preferida es jugar a fútbol y que su comida favorita es la ensalada (creo que se refiere a la guarnición de los filetes y hamburguesas), bajo el apartado «¿Cuál es su trabajo?» escribió: «Su trabajo es 'hackear' para derrotar a los 'hackers' malos».

Aunque lógicamente me sentí superorgulloso de leer las palabras de mi hijo, tengo que reconocer que su definición me pilló un tanto por sorpresa. Hace unos años, recién llegados a Estados Unidos, país donde residimos, mi hijo me preguntó: «Papá, y tu trabajo, ¿en qué consiste?» Normalmente a todo el que me pregunta le respondo algo así como «Trabajo en seguridad informática» o últimamente eso de «Trabajo en ciberseguridad», que suena como más interesante, aunque nadie sepa exactamente qué es eso de 'ciber'. Pero claro, hablando con un niño de 4 años por aquel entonces, se me ocurrió decirle algo así como: «Hijo, igual que existen abusones en el colegio que intentan quitarle a algunos niños el almuerzo, en Internet también hay gente mala que intenta hacer daño y quitarles a otros lo que no es suyo, usando programas que llamamos 'virus' o 'malware'. El trabajo de papá consiste en ayudar a defendernos de esos abusones en Internet».

Pero ¿es esa la definición de un 'hacker'? ¿Existen los 'hackers' buenos y los 'hackers' malos?

Si nos quedamos con la primera definición que encontramos en el diccionario de la RAE, un 'hacker' es un «pirata informático». En otras palabras, un ciber-abusón. Alguien que se cuela en tu red y en tus sistemas y que se queda con lo que no es suyo. Esta es la imagen que nos han vendido en muchos medios y desde la industria del cine en los últimos años: un chico con una capucha en la cabeza, en una habitación oscura y desordenada, rodeado de un montón de pantallas con códigos indescifrables y latas de bebidas energéticas. El culpable de los ataques de 'ransomware' que nos quita las fotos de las vacaciones, que amenaza con influir en resultados de elecciones, roba propiedad intelectual y causa millones de euros en pérdidas a grandes corporaciones, espiando a usuarios y agencias gubernamentales por igual. Sin embargo, como suele ocurrir, la imagen que nos han vendido no siempre coincide con la realidad. Aunque todo esto existe, y en abundancia, la caracterización es mucho más compleja.

En primer lugar, déjame que te cuente un secreto: la palabra 'hacker' no siempre tuvo una connotación negativa. En su libro 'Innovadores', Walter Isaacson, un periodista norteamericano conocido por realizar la biografía de Steve Jobs nos cuenta qué motivó a un grupo de genios que inventaron Internet y los sistemas de computación. A estos, Isaacson los llama innovadores y 'hackers', refiriéndose al origen de esta palabra y que define la cultura que nació a finales de los años 40, entre los miembros del club de trenes de maqueta del famoso Instituto Tecnológico de Massachussets, el MIT. Básicamente, lo que hoy llamaríamos un puñado de 'geeks'. A la mayoría de ellos solo les interesaba que las piezas de su maqueta lucieran de manera perfecta, la belleza de los trenes, del recorrido... pero unos pocos, que se llamaban a sí mismos 'hackers' -y con mucho orgullo- estaban más interesados en lo que no se veía, lo que ocurría debajo de esa maqueta, debajo de los tableros: los conmutadores, los cables de colores… la belleza de la complejidad.

Estos 'hackers' era gente hábil, ingeniosa, capaces de hacer que cosas comunes se usaran para un propósito que nunca se había pensado. A esto se le llamaba un 'hack', algo que quizás no era una solución elegante, pero sí efectiva y rápida. Como diríamos en español, un 'parche' o un 'truco ingenioso'.

Llegados a este punto, acepto que hemos perdido casi totalmente, y para siempre, el significado original y casi romántico de la palabra 'hacker'. Pero afortunadamente, el espíritu no se ha perdido. Un espíritu que contiene la esencia de lo que hacemos en esta profesión de la ciberseguridad: la curiosidad.

Sí, como mi hijo Mario escribió en la descripción de su papá, somos 'hackers', pero de los buenos. Y afortunadamente cada vez somos más. En Málaga tenemos la suerte de ser cantera de un gran elenco de profesionales que son conocidos y reconocidos mundialmente por el trabajo que realizan defendiendo las joyas de la corona, la información más valiosa de las organizaciones y usuarios que residen entre la maraña de redes y sistemas que forman Internet y que, como los 'hackers' del MIT del siglo pasado, no se conforman con lo que ocurre encima del tablero, dispuestos a pasar horas y horas analizando y estudiando lo que se esconde a simple vista: el tráfico de red, los 'logs', los mensajes cifrados, la señal entre tanto ruido.

Por cierto, en diciembre de 2017, la RAE añadió una segunda acepción a la palabra 'hacker' en nuestro diccionario: «Persona experta en el manejo de computadoras, que se ocupa de la seguridad de los sistemas y de desarrollar técnicas de mejora». Nunca es tarde...

Sí, somos 'hackers', de los buenos. Sin embargo, desafortunadamente, no somos suficientes. ¿Quiénes están exactamente del otro lado? ¿Qué capacidades tienen? Y, sobre todo, si compartes con nosotros la pasión y la curiosidad de saber qué pasa debajo del 'tablero de Internet', ¿cómo puedes empezar a desarrollar una carrera profesional en este mundo? En mis próximos artículos en esta columna te contaré cómo.

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariosur Mi papá es un 'hacker' ¡de los buenos!

Mi papá es un 'hacker' ¡de los buenos!