La Málaga 'tech' aguanta el tirón
Lejos de apagarse, el imán de la ciudad para inversiones tecnológicas sigue activo, con una nueva ola de anuncios que ignoran las señales de miedo procedentes de EE UU
Los científicos dicen que el enamoramiento 'químico' dura entre 18 meses y tres años. Pasada la enajenación transitoria causada por las hormonas, empieza el amor: una unión más profunda en la que la intimidad y el compromiso toman –parcialmente– el relevo de la pasión. Desde el anuncio que desató la fiebre tecnológica por Málaga, el de Google con su centro en excelencia en ciberseguridad, ha pasado ya un año y medio; tiempo suficiente para que los escépticos acepten que lo de esta ciudad con las tecnológicas es más que un 'affaire'.
Echemos la vista atrás para calibrar lo que ha pasado en estos meses. En los meses posteriores a la noticia de Google se desató un fuerte efecto llamada que los responsables de Málaga TechPark, el Ayuntamiento y consultoras inmobiliarias gestionaron como pudieron: eran muchas las empresas que, siguiendo la estela del gigante de Mountain View, querían asociar su nombre al de la capital de la Costa del Sol.
El mapa de la Málaga tecnológica se expande más allá del TechPark. Hagamos un recorrido por las zonas de mayor influencia:
AUX STEP FOR JS
La ciudad de moda, la nueva Barcelona, el polo de innovación del sur de Europa, la niña bonita del sector tecnológico, el Silicon Valley español... titulares de este tipo acompañaban cada nuevo anuncio. Sólo un día después de Google, Dekra –multinacional alemana presente en Málaga desde 2015– redoblaba su apuesta por la ciudad con la apertura de un «Hub Global de Tecnologías de la Información» que arrancaba con 100 profesionales. Y el mes siguiente se juntaban dos anuncios más: el de la multinacional argentina Globant con un centro de innovación en inteligencia artificial con 200 profesionales y el de TDK con su «Data Science and Machine Learning Center of Excellence».
Ya en mayo, Vodafone volvía a poner el nombre de Málaga en boca de todos al elegirla entre siete ciudades europeas para establecer un «centro europeo de I+D+i para el desarrollo de nuevas soluciones tecnológicas y servicios digitales de nueva generación» con previsión de alcanzar 600 empleados.
Empleados de las empresas 'tech' de Málaga
Entre medias, se multiplicaban las llamadas al parque tecnológico y a la Oficina del Inversor del Consistorio, que según el balance ofrecido hace unos días, el año pasado atendió a 152 compañías con interés en asentarse en la ciudad. Estas solicitudes se tradujeron en la llegada efectiva de 27 empresas de capital extranjero, más del doble de las que lo hicieron en 2019.
No menos importante fue el dinamismo de los jugadores locales: 2021 fue el año de la visibilización de Besoccer como lo que es –una gran empresa– con su mudanza a su nueva y llamativa sede. También fue el año de la alianza de Uptodown con Unity para desafiar el dominio mundial de Google y Apple en los juegos móviles. Y el del gran estirón de Freepik, que con la gasolina suministrada por el fondo EQT, consiguió superar a su gran rival Shutterstock y rozar los 400 trabajadores. Sin olvidar el nacimiento de Innova IRV, la apuesta más ambiciosa de la ciudad en terreno económico desde la creación del Parque Tecnológico. Ya en el plano institucional también hubo grandes noticias: la Junta designó Málaga como sede de la Agencia Digital y el Centro de Ciberseguridad de Andalucía y comenzó su actividad la escuela de programación gratuita 42 Málaga.
Nuevo impulso
El atractivo de Málaga como polo tecnológico, lejos de atenuarse, ha cobrado fulgor de nuevo últimamente. En sólo una semana, tres nuevos nombres se han sumado a la ya larga lista de empresas que eligen la ciudad para situar centros de desarrollo tecnológico: Banco Santander, GP Bullhound y Grupo Babel. El banco presidido por Patricia Botín planea la apertura de una oficina que dará soporte tecnológico a su división de banca de inversión. Algo parecido a lo que hará a partir de septiembre el 'hub' impulsado por la segunda firma mencionada, que no es tan conocida para el ciudadano de a pie pero sí para el ecosistema tecnológico, pues atesora en su cartera de inversión 'unicornios' como Spotify, Glovo, Slack, Unity o Jobandtalent. Por su parte, Grupo Babel, que aterrizó en Málaga el año pasado comprando Ingenia, se propone ahora reforzar su apuesta con un centro global de ciberseguridad que prevé alcanzar 700 empleados en tres años.
Estos últimos anuncios contrastan con las señales de cautela que llegan de la meca de la tecnología. En Estados Unidos, las grandes del sector echan el freno en sus planes de contratación de personal ante el temor a una nueva recesión. En Málaga este pesimismo no parece haber calado todavía. De hecho, los mensajes que llegan de las firmas tecnológicas ya asentadas en la ciudad son opuestos.
Y es que a los últimos anuncios hay que sumar el de Ernst & Young, que abrió en 2019 su Málaga Excellence Technology y ahora que alcanza los 500 trabajadores, ha revelado que quiere llegar a 2.000 en 2025. O el de la multinacional argentina Globant, que aterrizó en la ciudad el año pasado con la previsión de reunir 200 empleados en un centro especializado en inteligencia artificial y ahora ya habla de 400. La francesa Capgemini, por su parte, presentó en marzo un centro de ciberseguridad y Cloud que aspira a reunir otros 300 especialistas.
Dudas en el horizonte
Tan abultadas son las cifras y tan rimbombantes las palabras que se asocian a Málaga –los centros de I+D ya no están de moda; ahora lo que se 'lleva' son 'hubs' de innovación y centros de excelencia– que hay quien pide cautela, sobre todo dados los vientos fríos que llegan del Atlántico. «Según las últimas noticias, Microsoft despide a 1.800 empleados, Meta recorta un 30% las contrataciones previstas para este año, Google planea reducir la contratación, Apple acaba de anunciar que también disminuye presupuestos y contrataciones para 2023. ¿Vamos tarde o 'sobraos'?», reflexionaba días atrás Bernardo Quintero, fundador de Virustotal, en Twitter.
Además de esta incipiente inquietud sobre si la crisis económica frustrará alguno de los proyectos anunciados, persiste la duda sobre la capacidad de Málaga de absorber este crecimiento y no morir de éxito. Preocupa la falta de oficinas y de vivienda pero, sobre todo, de mano de obra especializada, que ya es un problema hoy. La ciudad está demostrando ser capaz de atraer a profesionales de fuera –incluyendo emigrantes retornados–, pero las previsiones de contratación que maneja el sector a corto plazo se antojan difíciles de materializar. Por mucho que proliferen los cursos para aprender programación en pocos meses, hay capacidades que sólo un ingeniero puede aportar, especialmente si hablamos de centros de «excelencia». Y los ingenieros no se forman de un día para otro.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión