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Bitcoin es la principal criptodivisa de la red. SUR
Bitcoins | Qué son y cómo funcionan

Los bitcoins explicados para que los entienda tu abuela, o casi

Las criptomonedas están en pleno auge, pero su funcionamiento y términos pueden ser tan difíciles para los que no dominan la informática que resultan imposibles de comprender

Jon Sedano

Málaga

Martes, 15 de mayo 2018

En septiembre de 2010 un bitcoin equivalía a 6 céntimos de dólar. Siete años después, en diciembre de 2017, superaba los 17.500 dólares. Los bitcoins se han convertido en la criptomoneda por excelencia y son un reclamo para los especuladores. Tal es su fluctuación, que a comienzos de 2010 un joven programador llamado Laszlo Hanyecz pagó 10.000BTC (siglas de la moneda) a quien le enviara a casa dos pizzas familiares. Hoy, esa persona sería multimillonaria.

Pero el bitcoin, al igual que cualquier criptomoneda, utiliza un sistema y una serie de términos muy difíciles de entender para aquellos que no estén familiarizados con ella. Aun así, por su relevancia en la actualidad es necesario entender cómo funciona y por qué está tan de moda.

Histórico de Bitcoin desde sus inicios. BuyBitcoinWorldwide

Por ejemplo, ¿qué es una criptomoneda? Podríamos definirla como una moneda creada de forma digital, que está descentralizada y busca ser anónima gracias al uso de sistemas de criptografía, es decir, no hay un ente que regule su valor y utiliza claves para cifrar sus transacciones.

Las divisas digitales son muy frecuentes. Solo hay que echar un ojo a la mayoría de juegos de móviles para ver que nos permiten comprar con dinero real monedas dentro de ellos. Pero hay un precio estipulado por la compañía (está centralizada) y queda constancia del usuario que la compra (no está encriptado).

Bitcoins explicados para principiantes

Para entender cómo funcionan los bitcoins podemos imaginarnos una empresa que permite que sus cuentas sean llevadas por todo el que se interese en hacer ese trabajo. A cambio, el que más rápido lo haga, será premiado con un pequeño porcentaje en forma de comisión.

El primer día se presenta en el trabajo Jaime. La compañía, mitad como juego, mitad para confirmar que el joven sabe hacer bien los cálculos, le dice que cuando termine de revisar las transacciones del día, apunte como cierre la resolución de un simple problema matemático que tiene que hacer de cabeza. Como si fuera una especie de firma. Al chico, que así lo hace, no le lleva más de tres minutos hallar la respuesta. La anota y se marcha a casa con 50€ en el bolsillo por su trabajo.

Al día siguiente, vuelve Jaime a la tarea y empieza a revisar el nuevo bloque de transacciones que han apuntado después de la resolución del día anterior. La compañía le pasa un nuevo problema matemático, aunque como vieron que el del día anterior lo resolvió muy rápido, se lo ponen más complicado. Tarda 10 minutos y de nuevo se va a su hogar con 50€.

Pero al tercer día se presenta también Sonia en las oficinas. Cada uno recibe una copia de las transacciones del día de la compañía, que empiezan justo después de la resolución del día anterior. Cuando terminan de revisar el bloque se ponen a resolver el problema que la empresa les da, que es algo más difícil que el del día anterior. En esta ocasión lo resuelve antes Sonia, por lo que ella se lleva los 50€ y Jaime se va con las manos vacías.

El cuarto día Jaime y Sonia llegan a un acuerdo: revisarán las operaciones y resolverán el problema matemático juntos para llevarse cada uno 25€. Los días pasan, la empresa crece y se van uniendo cada vez más personas a la tarea. Por lo que la compañía, como ya genera muchas transacciones, va necesitando más páginas para apuntarlas todas. Así que en lugar de cerrar los bloques de gastos e ingresos cada día, los va cerrando en el tiempo que los operarios tardan en resolver el problema matemático, que son unos 10 minutos de media. Como ven que algunos revisores se unen para ir más rápido, van poniendo cada vez ecuaciones más difíciles. Siempre estimando que tarden una media de 10 minutos en resolverla, cuadrándola en base al número de operarios.

Algunos operarios prefieren ir por libre y si son los primeros, llevarse los 50€, otros en cambio prefieren agruparse y llevarse aunque sea 5€ cada uno.

Del ejemplo a la realidad

Tras el ejemplo, toca entender el mundo real. Los bitcoins fueron creados en enero de 2009 por un usuario anónimo que se hace llamar Satoshi Nakamoto. Él creó una criptomoneda digital que mediante un algoritmo (conjunto de operaciones informáticas) establecía su funcionamiento de cara al futuro.

Gracias a las apps podemos pagar en bitcoins en muchos sitios. SUR

Las transacciones que se hacían en el mundo usando bitcoins eran anotadas en un archivo cuya copia se repartía entre todos los usuarios que se dedicaban a la minería. Nombre que se da a la acción de hallar soluciones matemáticas que cierren los bloques que registran las operaciones. En resumen, los mineros son usuarios que ponen sus ordenadores a trabajar con el objetivo de encontrar la solución a un problema matemático. Si la hallan, se llevan un número de bitcoins establecido. Este sistema se conoce como red P2P (del inglés «Peer to peer»), debido a que los usuarios colaboran entre sí de forma conjunta. Gracias a ello, las transacciones quedan registradas en todos los equipos fomentando su seguridad. Las cadenas de bloques («blockchain» en inglés) contienen encriptados todos los pagos que se han realizado y si alguien modifica el archivo, se detectaría al compararlo con la versión del resto de ordenadores conectados entre sí.

La norma de los 10 minutos

Pero el algoritmo creado por Nakamoto establece que las operaciones tienen que tener una dificultad que se resuelva en unos 10 minutos.

«Al principio se utilizaban Pentium 4 para minar bitcoins. Pero las ecuaciones iban aumentando en dificultad y pasaron a utilizarse equipos más potentes, con más CPU, luego GPU y ahora los ASIC», explica Alain Aguirre, cofundador y CEO de CryptoSolarTech. La empresa, afincada en Málaga, abrirá en abril de 2019 en la capital una nave con 3.000 equipos dedicados a minar criptomonedas.

Alain Aguirre en las oficinas de Cryptosolartech en Málaga. Jon Sedano

Según indica Aguirre, este tipo de máquinas se dedican a enviar números de forma masiva, consiguiendo mediante «fuerza bruta» hallar el resultado de una ecuación. Cuanto más potente y preparado está el equipo, más cifras envía en menos tiempo y más posibilidades tiene de dar con la solución que cierre el bloque de transacciones (conocida como hash en inglés).

El valor del bitcoin

¿Quién determina el valor de un bitcoin? La pregunta que mucha gente se hace cuando se acerca a las criptomonedas tiene una respuesta muy sencilla: el propio mercado. Antonio Sales, analista financiero de la firma XTB, señala que «todo se mueve por la oferta y demanda, ya que es un mercado en el que los clientes hacen contratos bilaterales, fijando el precio de compra y de venta».

De esta forma, cuando los bitcoins nacieron su valor era ínfimo, pero debido a sus posibilidades y a la fama que han obtenido, el precio ha ido en aumento. Alguien, en cierto momento, decidió pagar, por poner un ejemplo, 10 dólares por un bitcoin, estableciendo así ese precio. Luego vendría otro que subiría ese importe, y así hasta llegar a los más de 17.000 dólares que llegó a costar. Aunque a fecha de hoy, la cotización está en algo menos de 9.000 dólares.

Gran parte de su éxito está en su caducidad. Los bitcoins son finitos. Su creador decidió estipular el máximo en 21 millones y aunque según apunta Aguirre «ya se ha minado el 75% del total, el último bitcoin no llegará hasta el año 2140». El CEO de CryptoSolarTech añade que aunque al principio por minar bitcoins se conseguían 100, la cifra ha ido dividiéndose hasta estar actualmente en 12,5. De hecho, el algoritmo se encarga de velar porque los tiempos se cumplan, creando así un sistema que al ser limitado, aumenta su valor.

Los pros y contras del bitcoin

No todo lo que reluce es oro, aunque estemos viviendo una auténtica fiebre digital. Enrique Bombarelli, informático de una empresa malagueña, explica que aquellos que apostaron por el bitcoin al principio fueron los que realmente lograron sacar gran rentabilidad: «Ahora existen muchas otras monedas que son más rentables, ya que no necesitan tanto equipo para poder minar». Alain Aguirre apunta que hay unas 1.500 criptomonedas que considera relevantes, dentro de un mercado que supera las 6.000. Ethereum, Ripple o Litecoin son los nombres de algunas de ellas.

Equipos ASIC dedicados a la minería en las oficinas de CryptoSolarTech. J.S.

En cuanto a sus desventajas, Antonio Sales las tiene muy claras: «Al no haber ningún sistema central que las controle, te pueden hackear y robar los bitcoins o el valor de estos pasar a ser cero en poco tiempo». Bombarelli, que desde que se inició en el mundo de las criptomonedas en noviembre del año pasado, ya ha ganado más de 900 euros, apunta que hay gente que ha perdido sus bitcoins al tener los códigos de estos impresos en papel o guardados en un bloc de notas sin respaldo en el PC. «Si pierdes el acceso a la cuenta donde tienes el dinero digital, al ser un sistema tan encriptado, tu dinero se ha esfumado».

Pese a ello, cada vez son más las empresas que se suman a cobrar y pagar en bitcoins y no es raro empezar a ver cajeros en las ciudades que permiten operar con esta moneda.

A los contras, hay que sumar también el coste del equipo y de la energía que consumen, que está entre 1.200 vatios y 2.000 vatios, hay que añadir el calor que generan y el ruido que hacen. Una suma cuyo resultado no es apto para la mayoría de hogares.

Para paliar esto, están empezando a crecer las granjas de criptomonedas que venden acciones digitales (llamadas token) que permiten al usuario obtener un porcentaje de los ingresos que la empresa adquiere a cambio de sufragar su mantenimiento. Bombarelli se interesó por este sistema y compró a una empresa tailandesa acciones para más de 10.000 GHS (gigahash por segundo, que es como se denomina a la potencia de la máquina). A más gigahash, más algoritmos resueltos, y por ende más facilidad para conseguir monedas. De esta forma, cuando la empresa logra cerrar un bloque de transacciones, divide una parte de las ganancias entre los usuarios que le pagan el mantenimiento de los equipos.

Precios y estimaciones de una granja de criptomonedas. SUR

Por otra parte, para muchos, otro de los grandes beneficios de las criptomonedas es su anonimato. La posibilidad de enviar y recibir grandes sumas de dinero sin que nadie pueda saber el origen o destino real las convierten en el sueño de piratas informáticos, narcotraficantes y demás grupos que prefieren mantener su nombre oculto al comerciar.

Mientras tanto, si hubiéramos sido la persona que recibió 10.000BTC por comprar dos pizzas en 2010, ahora podríamos ser ricos y tener la conciencia tranquila con Hacienda, o estar intentando escapar del gran limbo legal que existe en nuestro país. Aunque bueno, estas cosas es mejor pensarlas tomando un café, que por cierto, en Málaga cuesta 0,000135606 bitcoins.

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