Medio siglo de Puerto Banús. Una referencia internacional en el turismo de lujo

Banús fue un pionero, incluso un visionario de las posibilidades de desarrollo de Marbella, pero también un personaje controvertido. Nació en un pequeño pueblo de Tarragona, en el seno de una familia de contratistas de obras. Con su hermano Juan creó una empresa que participó en la construcción del Valle de los Caídos empleando a presos políticos como mano de obra. Luego dio el salto a la promoción de viviendas, edificando grandes conjuntos en Madrid, como el barrio del Pilar, denominado así en honor de su esposa, Pilar Calvo.

Convertido en uno de los más destacados empresarios del franquismo, a principios de los sesenta dirigió su atención a la entonces naciente Costa del Sol. Adquirió en Marbella los terrenos de El Ángel y varias fincas colindantes, comprendiendo una extensa superficie entre el mar y la sierra de unos dos millones de metros cuadrados.

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En este lugar, plantado entonces de caña de azúcar y naranjos, se propuso construir el mayor complejo turístico de Europa. En 1962 presentó el plan de ordenación de Andalucía la Nueva, que fue declarado Centro Turístico de Interés Nacional por decreto de 22 de octubre de 1964. El macroproyecto incluía hoteles, varias urbanizaciones con diferentes tipos de viviendas (chalets, apartamentos, bungalows, casitas andaluzas), zonas comerciales y, sobre todo, una abundante oferta de ocio: campos de golf, lagos para pesca deportiva, tiro al plato y de pichón, frontón, salas de fiesta como La Siesta, La Campana o La Torre del Duque, plaza de toros (que también servía como auditorio al aire libre) y hasta un coto de caza propio. El plan preveía también un casino, aunque éste no empezó a funcionar hasta 1978, cuando se legalizó el juego en España.

Pero la joya del proyecto -que desde 1969 se anunciaba como Nueva Andalucía- era la construcción de un puerto deportivo al estilo de los que acaparaban el turismo náutico, de alto nivel económico, en la Costa Azul. Una vez conseguida la concesión administrativa en 1967 y con un proyecto del ingeniero Vicente Caffarena, en la primavera del año siguiente dieron comienzo las obras del que fue concebido como «el mejor puerto deportivo del Mediterráneo». El prestigioso arquitecto Noldi Schreck diseñó el conjunto del Pueblo Marinero, después de hacer desistir a Banús de su idea inicial de levantar torres de apartamentos.

La inauguración oficial se produjo el 18 de mayo de 1970, con la asistencia del ministro de Obras Públicas, Gonzalo Fernández de la Mora. El puerto nacía con capacidad para 950 embarcaciones y permitía el atraque de los yates más grandes de la época.

Pero la auténtica presentación social del puerto José Banús tuvo lugar en el verano de ese año. El propietario reunió a un selecto grupo de personalidades internacionales para estrenar la promoción del puerto deportivo. El 1 de agosto se celebró una corrida de toros en la plaza de Nueva Andalucía, en la que lidiaron Diego Puerta, El Puno y El Cordobés. Por la noche José Banús ofreció una fiesta de gala en el Golf Hotel Nueva Andalucía, con la presencia de nombres conocidos de la política, las finanzas y las artes. Entre los ilustres asistentes destacaron los príncipes de Mónaco, Grace y Rainiero, que regresaban a la Costa del Sol después de su estancia durante su luna de miel, y el príncipe Karim Aga Khan, líder de los ismailitas y una de las grandes figuras de la vida social del momento.

José Banús atravesó en los años siguientes dificultades económicas y tuvo que vender parte de su emporio urbanístico. De hecho, cuando murió en 1984 la noticia apenas mereció una breve reseña en los medios de comunicación. Pero su puerto deportivo -convertido en un atractivo en sí mismo- ha sido una de las mejores herramientas de promoción de la Costa del Sol y de Marbella en el último medio siglo.

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Los príncipes de Mónaco

Catorce años antes de acudir a la inauguración de Puerto Banús los príncipes de Mónaco ya habían realizado una breve estancia en Málaga. Entre el 23 y el 27 de mayo de 1956 Rainiero III y Grace Kelly pasearon sus glamurosas figuras por la ciudad y sus alrededores. Estaban en plena luna de miel, ya que habían contraído matrimonio el 19 de abril anterior. Llegaron en coche, procedentes de Granada, acompañados del cónsul monegasco, Juan Jiménez Lopera. Se alojaron a bordo del yate 'Deo Juvante II', donde ofrecieron una recepción a las autoridades locales.

Probaron los chanquetes y los espetos en un restaurante de la costa y visitaron el Hotel El Pinar, en Torremolinos, propiedad de Jiménez Lopera. También asistieron a un almuerzo en Gibralfaro y a una fiesta andaluza, con exhibición de bailes regionales, en Villa Saint-Moritz, residencia del cónsul. Antes de marcharse de la ciudad acudieron a misa en la iglesia del Santo Cristo y visitaron el Museo de Bellas Artes, donde el príncipe quedó impresionado por la obra 'Autopsia del corazón', de Simonet.