Detenido por hacerse pasar por policía y cachear a seis menores en la plaza de la Merced

Juan Cano y Alvaro Frías

Málaga

Miércoles, 7 de abril 2021, 00:30

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Lo pillaron in fraganti. En un primer momento de desconcierto, los agentes, los de verdad, hasta se pusieron a su disposición para ayudarlo, creyendo que era un policía de paisano. En realidad, se trataba de un impostor que, al parecer, estaba identificando y cacheando a un grupo de jóvenes, entre ellos seis menores.

Sucedió el Viernes Santo, sobre las siete y media de la tarde, en la céntrica plaza de la Merced, en Málaga capital. Una unidad de la Policía Local que patrullaba por la zona observó a un hombre cacheando a cuatro jóvenes. Supuestamente, los colocó de espaldas, les sacó sus pertenencias de los bolsillos y los sometió a un registro, según las fuentes consultadas.

La patrulla se acercó pensando que era un agente de paisano y se ofreció a colaborar con él. El hombre se identificó como policía nacional –les mostró incluso una placa emblema–, les dijo que estaba de servicio y hasta les pidió ayuda, indicándoles que «controlaran» a los cuatro jóvenes a los que estaba cacheando en mitad de la plaza.

Cuando terminó de registrarlos, el individuo pidió a la patrulla que se esperara allí un momento porque iba a hablar con su compañero y comenzó a alejarse del lugar. A los policías locales les resultó sospechoso que no llevara ni arma reglamentaria, ni el equipo de radio para las transmisiones, y que actuara en solitario.

Los agentes decidieron seguirlo. Le pidieron que se parara, pero él apretó el paso reiterando que iba a buscar a su compañero. Entonces, lo interceptaron y le pidieron explicaciones, a lo que él contestó que estaba de «policía raso» en la puerta de la comisaría de la plaza de la Merced.

Entonces, los funcionarios le pidieron que les mostrara de nuevo la placa. Al verla por segunda vez, se dieron cuenta de que podía ser falsa, por lo que le exigieron que les enseñara el carné profesional. Él respondió que se lo había dejado en la taquilla de la comisaría.

El individuo siguió profundizando en su mentira. Aunque al principio dijo estar de servicio, luego manifestó que no estaba trabajando. Y al parecer se inventó una nueva historia: alegó que había quedado en la plaza de la Merced con su esposa y, ante la indignación que le produjo la «falta de seguridad», decidió actuar.

Al final, acabó por admitir que no era policía. Los agentes le leyeron los derechos por usurpación de funciones –se ha podido comprobar que la placa es falsificada– y lo detuvieron. Los funcionarios identificaron, en total, a nueve jóvenes que, según dijeron, habrían sido cacheados por el sospechoso. Varios de ellos aseguraron haberse sentido muy humillados por la situación.

Al parecer, no fueron los únicos. Según las fuentes, tuvieron que llevárselo de allí porque un grupo compuesto por unos ocho indigentes amenazaban con linchar al falso policía ya que, según decían, a ellos también los había cacheado.