Así fue el asesinato del joven malagueño Joshua Batún

El conocido como el crimen del WhatsApp ocurrió en la madrugada del 30 de diciembre de 2018. El Tranqui y su novia habían salido a tomar algo con unos amigos por Huelin. Acabaron en un bar, donde Joshua Batún se encontró con su verdugo. Fue en la puerta del local y, tras saludarse, se incorporó al resto del grupo, con los que pasó la noche.

Sobre las 04.20 horas el grupo se marchó. Todo estaba cerrado, así que unos se fueron a casa, mientras que Batún fue con su asesino y la novia de éste a comprar algo de beber y comer. Los tres, acabaron en el coche de la mujer en la playa de Sacaba.

Sobre las 05.40 horas, El Tranqui cogió un cuchillo de 20 centímetros de hoja que llevaba en el coche y se bajó del vehículo. Se dirigió hacia Batún, que estaba en la playa, y la emprendió a puñaladas con él. Lo atacó con el objetivo de acabar con su vida, por sorpresa y por la espalda.

Así se recoge en las sentencias emitidas sobre este caso. Después es cuando se dan las diferentes posturas entre la Audiencia Provincial y el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En primera instancia se dice que El Tranqui pidió ayuda a su novia, que lo había visto todo desde el interior del coche, para meter al chico, que aún estaba con vida, en el maletero. Allí lo encerraron, impidiendo cualquier posibilidad de que siguiera con vida, de manera que el joven acabó falleciendo desangrado en los minutos siguientes. Sin embargo, el Alto Tribunal andaluz dijo que esto no quedó probado y que el asesino metió él solo al joven en el maletero.

Mensajes de WhatsApp

Después coinciden en que la mujer se situó al volante y condujo con el asesino en el asiento trasero. Mientras circulaban, El Tranqui envió varios mensajes de WhatsApp con el objetivo de simular que no estaba con la víctima: «Pipa soy Ismael mi mue ma dejao solo stoy solo y aburrio», «este se fue pa la plaza la paz lo he dejao ayi» y «ase un rato».

Sobre las 06.10 horas se abrió el maletero del coche, que pudo haber sido mal cerrado, cuando circulaban por el paseo marítimo, a la altura del Gran Hotel Miramar, en sentido Almería. Entonces cayó al suelo el cuerpo del joven y fue atropellado por otro coche. El Tranqui y su novia detuvieron la marcha y se bajaron, pero al observar la escena y que había otro vehículo parado, salieron huyendo.

Fueron a la casa de ella, donde se lavaron para eliminar el rastro de sangre y se cambiaron de ropa, deshaciéndose de la que llevaban en el momento del crimen. El coche, que también estaba manchado de sangre, lo dejaron estacionado en avenida de Europa. Después, fueron a la casa que okupaba El Tranqui, donde quemaron pertenencias de Batún y el cuchillo del asesinato.

Pasaron semanas ocultos. Ella salió del escondite y se presentó en enero de 2019 en una comisaría, quedando detenida. Por su parte, el asesino se trasladó hasta Sevilla y fue arrestado en marzo de ese mismo año en Sevilla.

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