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alejandro díaz
Lunes, 12 de agosto 2019, 00:05
Son comercios tradicionales que ya estaban ahí antes de que la tecnología diese un paso de gigante con la llegada de los ventiladores y, sobre todo, de los aires acondicionados. Sin embargo, el encarecimiento de la luz hace casi imposible para la mayoría de familias hacer un uso del aire acondicionado como podía hacerse hace algunas décadas. Así que una de las palabras de moda en cuanto a la temperatura de un hogar o de un lugar es la de «optimizar» recursos. Y para eso hay que regresar a las recetas que nos han acompañado toda la vida.
Algo parecido sucede con la llegada de los insectos. En función de la zona en la que se viva, se pueden llegar a convertir en verdaderos 'ocupas' de los pisos. Compañeros que nadie desea y cuya entrada al hogar hay que mantener a raya. Nuria Campos lleva trabajando desde 2011 en Persianas Hijas de A. Campos, pero se inició en este oficio en el año 1986.
«Siempre hay demanda, pero nuestra temporada alta coincide con el inicio de la Semana Santa hasta a llegada del otoño», asegura Campos, quien no dudó en tomar las riendas del negocio de su progenitor.
Experiencia no le faltaba, ya que desde que abrió originalmente su padre Persianas Campos, siempre ha echado una mano. «Trabajamos persianas, tanto de interior como de exterior;también, toldos, mosquiteras y puertas plegables», comenta Nuria. Todo un mundo, si se tiene en cuenta que, por ejemplo, hay múltiples modelos de persianas, como las venecianas o las verticales.
Los toldos y las mosquiteras son las protagonistas sin duda de este oficio. Con la proliferación de insectos un poco más agresivos y otras especies invasoras como el mosquito tigre, el interés por colocar mosquiteras en las ventanas se ha disparado en Málaga. Y desde bien pronto:lo que antes se hacía en verano, ya se adelanta hasta la propia primavera, en cuanto empiezan a aparecer estos poco deseables compañeros.
«Las mosquiteras dan, normalmente, muy buen resultado», cuenta Nuria. Claro, otra cosa es que la plaga la tengas ya dentro de casa. En esos casos, hay que eliminarlas antes de instalar las mosquiteras, cuya clave para el mejor de los resultados es, como dice Nuria, que tenga un buen sellado con la propia ventana.
Y a vueltas con el calor, que tanto nos está acompañando estos días con el famoso terral, nada mejor que unas persianas exteriores de aluminio para paliar el 'fuego' de cada verano. «Van delante del cristal, por lo que va a parar el sol y evitar que ese cristal emita más calor de la cuenta», asegura Nuria y continúa:«Todo lo que pongas detrás de la ventana lo que va a hacer es recalentar la luna y crear una especie de 'horno' en la instancia de la casa».
Otra de las ventajas, sobre todo para las personas que viven en zonas más ruidosas, es que la ventana de aluminio vaya por fuera también. «Hace de aislamiento no solo térmico, sino también acústico. Las buenas marcas pueden reducir el ruido exterior en torno a un cuarenta por ciento», subraya Nuria.
El cambio climático está dejando por la zona del sur de Andalucía toda una gama de insectos invasores. El más famoso es el mosquito 'tigre', que no se llama así por su voracidad sino por su aspecto. A pesar de ello, al ser nueva su compañía, aún nos hemos adaptado a sus picaduras, lo que hace que a muchas personas les produzca algún tipo de reacción. Tal vez por ello, las mosquiteras están más de moda que nunca.
Estas persianas, cuanto más aislantes sean, siempre desde el exterior, mejor para luchar contra el calor. Básicamente porque aísla mejor y eso hace que el movimiento del aire del ventilador y, sobre todo, el aire acondicionado, supongan un menor gasto para mantener el hogar climatizado.
Los toldos son otro de los grandes amigos en la lucha contra el calor. En las ventanas de casa, suponen un 'freno' más ante el sol directo y abrasador del verano. Pero también para los negocios de restauración, que sin unos buenos toldos perderían mucha clientela, ya que las terrazas serían inhabitables desde los primeros calores de la primavera.
Estos están expuestos varias horas al sol a lo largo del día, por lo que su degradación es mayor. Eso no quiere decir, como afirma Nuria, que haya que cambiar toda la instalación. «Los fabricantes dan de garantía en tejidos cinco años», dice Nuria. Ante esta situación, se pueden sustituir por completo, pero también arreglarlos cambiando el tejido y cuidando los pespuntes, que es de las zonas más delicadas. Por supuesto, la calidad cuenta, y hay tejidos que paran mejor el sol y son más duraderos y otros que menos. «Yo he cambiado toldos que han durado 15 años» sentencia Nuria.
Este oficio tiene también mucho de arreglos. No solo de los pespuntes de los toldos, sino de las cajas de las persianas, los rodadores y trabajan otras facetas como las mamparas de los baños.
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