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ANTONIO PANIAGUA
Jueves, 12 de enero 2017, 01:16
Angels Barceló se ha quedado con la miel en los labios. La periodista y directora del programa 'Hora 25', que emite la Cadena Ser, había sido propuesta para recibir el Tambor de Oro, premio que concede la ciudad de San Sebastián. La decisión debía ratificarla ayer el Ayuntamiento donostiarra, pero las posturas enconadas de los grupos municipales obligaron a declarar desierto el galardón. A la vista de que la candidatura de Barceló había concitado una agria polémica en las redes sociales, la informadora avisó al consistorio de que renunciaría al homenaje si no había consenso. A la hora de la verdad, todos los partidos engrosaron las filas de la abstención.
La concesión inicial del Tambor de Oro fue acordada hace una semana por el consejo de administración de San Sebastián Turismo, un organismo en el que están representados el sector privado -entre ellos, empresarios de la hostelería, del transporte, los museos y los centros de ocio- y de las instituciones.
En la votación, la candidatura de Barceló se impuso a la de la bailarina Alicia Amatriain, gracias al apoyo que le dieron los cinco representantes de las empresas turísticas y los dos del PSOE-PSE. Los cinco votos restantes se inclinaron por postular a Amatriain. Durante el pleno celebrado ayer se hizo patente que la candidatura de Barceló generaba mucha controversia. No en balde, los socialistas se quedaron solos en la defensa de la periodista, mientras que el PNV -que ejerce el gobierno municipal con el apoyo del PSE-, EH Bildu, PP e Irabazi apostaron por abstenerse. La oposición aducía que la informadora no reunía los suficientes méritos para hacerse acreedora del premio ni tenía una vinculación destacada con San Sebastián.
No es la primera vez que queda desierto el premio. En 1984 sucedió lo mismo, cuando los concejales echaron por tierra la candidatura de los duques de Alba. La controversia se repitió en 2003, cuando fue propuesto para el galardón el grupo musical La Oreja de Van Gogh. Los detractores de la propuesta entendían que la banda no podía recibir el premio porque sus integrantes vivían en San Sebastián, circunstancia que contravenía el reglamento que rige la distinción.
El caso de Angels Barceló forma parte de la lista interminable de personas que fueron agasajadas por un premio que luego les fue arrebatado. El fraile carmelita Luis Baraiazarra, de 76 años, también se quedó con la sonrisa helada cuando un alto cargo del Ministerio de Cultura le dijo que se olvidara del Premio Nacional de Traducción de este año. El Gobierno había infringido las bases del premio y no quedaba más remedio que retirárselo. Lo mismo le ha sucedido al periodista Arcadi Espada con el galardón Torre de Nerva. Las opiniones del columnista disgustan ahora al consistorio onubense.
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