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DIVERSPORT

Diversport, un refugio para el deportista LGTBI

Este club torremolinense nació hace sólo tres años y ya cuenta con más de 300 personas asiduas en sus diversas secciones, como el fútbol, el atletismo, la natación o el voley-playa

Miércoles, 25 de mayo 2022, 21:37

La gente se sigue cuestionando por qué, a día de hoy, muchos deportistas siguen escondiendo su verdadera condición sexual. No son conscientes de que quizá estén ocultándola para no tener que lidiar con miradas despectivas, o quizá hayan tenido que dejarlo a un lado su carrera porque, por culpa de estas mismas personas, se hayan sentido expulsados de un espacio que debe ser para todos. Con el ánimo de hacer ver que no todo es fiesta y ocio nocturno en Torremolinos, en esta misma localidad encontramos un club curioso y novedoso. Diversport nació hace sólo 3 años con el fin de crear un espacio en el que los aficionados al deporte del colectivo LGTBI pudieran encontrar la forma de practicar su deporte sin miedo a sentirse juzgados o rechazados. Un hogar para los deportistas que promueve la diversidad.

«Muchos abandonan el deporte porque no sienten que sea un espacio seguro para mostrarse como son, para ser ellos mismos y por ello quería que este club sí que lo fuera». El autor de esta premisa es el fundador del club; un hombre de mundo, exatleta de élite, que nunca ocultó lo que es y que, buscándose a sí mismo, se encontró en Torremolinos. Liván Soto nació en La Habana y desde pequeño fue un estudiante modélico, algo que refrendó más tarde al completar sus estudios de Derecho mientras se desarrollaba como atleta de alto rendimiento, llegó a ser medallista panamericano en lanzamiento de peso e internacional con la selección cubana. Y por suerte, según cuenta, nunca tuvo que esconderse, aunque sí que vivió situaciones incómodas por ser gay. «Cuando yo estaba en el equipo nacional, muchos ponían en duda mi masculinidad o quien era yo, pero lo contrarrestaba siendo el campeón, ganando medallas aunque luego dijeran cosas sobre mí. Yo me sentía empoderado cuando ganaba, pero no todo el mundo puede tener una carrera deportiva de éxito y muchos abandonan el deporte», afirma.

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Esta misma mentalidad, luchadora y ganadora, la trasladó al ámbito legal. Poco a poco, fue dejando a un lado el deporte, consciente de que no podría vivir profesionalmente de ello; puso su foco de atención en la lucha por los derechos del colectivo LGTBI y su repercusión fue tal que llegó a ser asesor jurídico de Mariela Castro, hija de Raúl Castro, en el centro nacional de educación sexual, que coordinaba los derechos sexuales de Cuba. Pero quiso crecer y cumplir un sueño frustrado, el de vivir y estudiar en España. Así, hace más de una década recaló en la Universidad de Granada, donde cursó (becado) un Máster de Estudios de Género y Mujeres, pero allí aún sentía que le faltaba algo «No había un espacio seguro para identificarte como gay», reconoce.

Poco después, conoció Torremolinos y no dudó en instalarse en una ciudad en la que se sintió libre. Se enamoró de tal forma que quiso construir aquí su futuro y contribuir a este ambiente con una idea: un club deportivo. «Torremolinos es conocido por la fiesta y el ocio nocturno, pero yo quiero dar la oportunidad a la gente de que recupere la actividad deportiva que tuvo que abandonar algún día o sencillamente probar el deporte ahora e incluso conocer gente». Y lo consiguió, además, con un gran apoyo desde el primer día, cuando se sorprendió porque más de 50 personas acudieron interesadas a su presentación. Entonces, apenas contaban con unas pocas actividades (senderismo, tenis, patinaje, vóley-playa…), para hacer el deporte llamativo y accesible a todos y todas las que se apuntasen a la experiencia.

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Hoy, tres años después, Diversport cuenta con más de 300 socios o deportistas habituales y cuentan con secciones de pádel, natación, atletismo, vóley-playa, fútbol… Organizan sus propios partidos, entrenamientos o simples quedadas de entretenimiento. Están consiguiendo, entre todos y todas, el sueño que quiso plasmar Liván. Un espacio seguro, que promueva la diversidad para personas de todas las edades, condiciones y género, que sólo quieran practicar y disfrutar del deporte sin tener que esconderse. «Algunos son chicos o chicas que han tenido que dejar el deporte porque no se sentían cómodos, no podían ser ellos; otros que lo están retomando porque sufrieron una lesión… Muchos abandonaron el deporte porque no podían mostrarse como son». Y sobre todo, como vemos a diario, en el deporte masculino. «Construimos el concepto de 'ser hombre' a través de la negación: Un hombre no llora, no se andan con tonterías, a los hombres no les gustan otros hombres, te dicen que el último en llegar es una 'nenaza'… Es una identidad vacía», explica Soto.

Además, Soto, explica que el club siempre quiso ir más allá y por ello, también organizan charlas sobre la igualdad y los derechos LGTBI en centros educativos, realizan formación e incluso campañas que promueven la diversidad por Torremolinos. Con motivo de la semana del orgullo, además de organizar más actividades deportivas de lo habitual, jornadas de puertas abiertas que irán indicando a través de sus redes sociales, desarrollarán la campaña 'Breaking the silence', que aúna la salud mental, los derechos LGTBI e incluso los valores del deporte a través de charlas y consultas especializadas con uno de los miembros del club, Eduardo Llamazares. Algo más que un club deportivo, que busca darle un enfoque diferente a la diversidad de Torremolinos.

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