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La Virgen de la Trinidad recorre su barrio como parte de su festividad
La procesión gloriosa busca ser un punto de alegría y unión entre los vecinos y la cofradía
ana jiménez
Sábado, 11 de junio 2022, 20:49
El sofocante sol de este sábado iluminaba con un brillo especial la calzada de la Trinidad. Los farolillos de colores blancos y cardenal juguetean al ritmo de las escasas rachas de aire fresco. La banda de cornetas y tambores de Nuestro Padre Jesús Cautivo suena con fuerza al final de la calle, a las puertas de San Pablo, seguido de los sonidos más suaves y melódicos de la Trinidad Sinfónica.
Conforme se acercaban las 18:15 horas cada vez más personas se aproximaban a la plaza que abraza la iglesia donde la Virgen de la Trinidad espera para volver a mirar a su barrio en procesión gloriosa tras el solemne triduo celebrado en su honor, como parte de la festividad de la Santísima Trinidad: «Hoy es un día festivo y de alegría para festejar la existencia de la Virgen de la Trinidad como virgen que lleva el nombre del barrio, por eso se intenta trabajar mucho en este día la integración de los vecinos. De ahí que el Grupo Joven de la cofradía junto a la asociación de vecinos del barrio se hayan encargado de la decoración de las calles», explica el vocal de comunicación de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Cautivo, María Santísima de la Trinidad Coronada y el Glorioso Apóstol Santiago, Álvaro Cano.
La emoción, reflejada en los ojos de los devotos que desean revivir un suspiro de lo que fue el Lunes Santo, se contiene silenciosa hasta estallar en un aplauso cuando las primeras notas de una corneta anuncian la salida de la Virgen. «Veo a la gente con muchas ganas de disfrutar de Ella», comenta con una generosa sonrisa mientras sostiene la flauta travesera con fuerza la componente de la Trinidad Sinfónica, Rocío Guerrero. Un deslumbrante manto color blanco roto con delicados bordados se mece al son de la marcha «Alma de la Trinidad', acompañado del olor a incienso y velas. Un rumor corre de boca en boca cuando aparece tras las grandes puertas del templo: «¿Has visto cómo va la Virgen?», «qué bonita de blanco», «está espectacular».
La nube de personas que la acompaña en su recorrido hace que la Virgen de la Trinidad flote entre su barrio, moviéndose grácil por las calles y rincones que como Madre de sus hijos trinitarios conoce, desde calle Zamorano a la plaza Paco Márquez, pasando por calle Malasaña y Bailen, hasta volver de nuevo a la Calzada de la Trinidad. Los tonos dorados del atardecer abren las puertas de San Pablo, que abraza la llegada de la Virgen y de quienes revisten su corazón de color cardenal durante todo el año.
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