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RAFAEL RODRÍGUEZ
Domingo, 19 de junio 2022, 14:36
La procesión del Corpus Christi ha retomado este domingo la calle, tras celebrarse de forma claustral, en el interior de la Catedral, durante los dos años anteriores a causa de la pandemia. Sin embargo, la vuelta al exterior, sin restricciones, no ha sido precisamente tan brillante como el día, algo que, en realidad, no es nuevo, pero sí llama la atención por su persistencia en el tiempo sin que nadie ponga remedio. Y es que la procesión de Jesús Sacramentado, en claro declive desde hace décadas, apenas despierta el interés de los fieles, como se ha podido comprobar al paso de la carroza con la custodia por las calles del Centro Histórico. Quizá el horario matutino, que se mantiene desde 2018, no invita a acudir a esta cita y, además, con el añadido de que ha coincidido con la convocatoria de elecciones en Andalucía. Pero la participación tampoco es ya importante en número, toda vez que el cortejo se nutre, principalmente, de miembros de hermandades y cofradías, mientras que otros movimientos y grupos cristianos brillan por su ausencia o comparecen, en algunos casos, con una representación testimonial. Y por si fuera poco, la instalación de altares para recibir a la custodia ha quedado reducida a la mínima expresión, con solo tres monumentos y, una vez más, debidos a entidades cofrades, como son las agrupaciones de Cofradías de Semana Santa y Hermandades de Gloria, y a la Hermandad de la Cena.
La procesión del Corpus en Málaga, por tanto, no atraviesa por su mejor momento, aunque el trámite se ha cumplido con el deseo, una vez más, y si Dios quiere, nunca mejor dicho, de que lleguen tiempos mejores.
La jornada festiva ha comenzado bien temprano, a las 9.00 horas, con la celebración de una misa estacional, en la Catedral, que, en este caso, sí se ha llenado, presidida por el obispo de la diócesis, Jesús Catalá, y concelebrada por el clero de la ciudad. Catalá, durante la homilía, se ha referido a la fiesta litúrgica del Corpus, «en la que celebramos que el amor es el mejor motor de la historia» y ha exigido austeridad, coincidiendo con en el día de la caridad en el que Cáritas Diocesana ha puesto en marcha su campaña institucional bajo el lema 'Somos lo que damos. Somos amor'. «Todos podemos ser más austeros. Muchos utilizamos recursos que a otros les faltan», ha recordado el prelado.
Tras la ceremonia solemne, ha comenzado a desplegarse el cortejo, que ha partido desde el interior del templo catedralicio a las 10.15 horas, es decir, quince minutos más tarde sobre el horario previsto.
El Santísimo, ya en la custodia de la carroza, ha alcanzado el Patio de los Naranjos a las 10.35 horas, mientras la banda de música Nuestra Señora de la Soledad, de la Congregación de Mena, interpretaba el 'Himno Nacional', seguido de la marcha procesional 'Triunfal'. Como novedad, la carroza con la custodia presentaba unas ánforas cedidas por la Archicofradía de los Dolores de San Juan, cuatro candeleros de la Archicofradía de la Expiración con cirios que exhibían un lazo blanco y espigas, y un templete, para el frontal, que alberga a la imagen de la Virgen de la Victoria, patrona de Málaga y su diócesis, propiedad de la Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío, filial de Almonte.
La comitiva la ha abierto, una edición más, la banda del Real Cuerpo de Bomberos, seguida de una treintena de niños que han recibido este año la primera comunión, y, a continuación, las hermandades de Gloria y de Pasión, con guiones flanqueados por cuatro bastones, las corporaciones Sacramentales, con insignias alusivas a su carácter y una decena de hermanos con cirios, y la representación de la Agrupación de Cofradías, con su presidente al frente, Pablo Atencia, acompañado de los vicepresidentes primero, tercero y cuarto, José Carlos Garín, José Carretín y María del Carmen Ledesma, respectivamente, y del secretario de la entidad, Salvador Pozo, quien portaba la bandera agrupacional.
Por último, han figurado tres miembros de la Fundación Pontificia 'Ayuda a la Iglesia Necesitada', que se ha estrenado en el Corpus, y una representación de la Adoración Nocturna, tanto femenina como masculina, además de los seises, la banda Municipal de Música, el coro de la Catedral, dirigido por Antonio del Pino, cinco seminaristas, el clero, el pabellón basilical, canónigos, con el nuevo deán de la Catedral, José Ferrary, el obispo con báculo y la carroza, tras la que se ha situado el palio de respeto.
La custodia con el Santísimo Sacramento se ha detenido, primero, en el altar levantado ante el arco de entrada al pasaje de Chinitas por la Hermandad de la Cena, donde se ha alzado la imagen del Señor de Luis Álvarez Duarte, momento en el que la banda de música Nuestra Señora de la Soledad ha interpretado la célebre composición 'Corpus Christi'. Esta formación también se ha trasladado a los altares de la Agrupación de Gloria, instalado en la calle Larios y con la Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés como icono devocional, y al de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa, montado en la escalinata de entrada a la iglesia del Sagrario, en la calle Molina Lario, y que lo ha presidido una imagen de San Manuel González, que fue obispo de Málaga entre 1920 y 1935, y por la custodia de la parroquia de los Santos Mártires.
Precisamente en Larios, pasadas las 11.00 horas, la custodia con el Santísimo ha pasado entre mupis que publicitaban unas actividades deportivas celebradas hace una semana y turistas arrastrando maletas, sorprendidos por lo que estaban viendo.
Quince minutos antes del mediodía, la carroza del Corpus Christi ha entrado de nuevo en la Catedral. Monseñor Catalá ha cogido el Santísimo y lo ha portado bajo palio por el interior del templo, a fin de que todos los participantes pudieran estar cerca de Su Divina Majestad. Y en la plaza de la Constitución y en Larios, se ha procedido al traslado de las imágenes del Señor de la Cena a la parroquia de Santo Domingo, acompañado por la banda de cornetas y tambores de la Esperanza, que sí ha acaparado la atención del público, y de la Virgen del Carmen de la Colonia de Santa Inés, que se ha dirigido hasta el templo de los Mártires con el acompañamiento musical de la banda Sinfónica Virgen de la Trinidad.
Se ha puesto, así, el cierre a una celebración que hace cuatro décadas comenzó a experimentar cambios y a prescindir de participantes y promotores hasta dejarla en lo que es hoy, una procesión de trámite.
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